Doppelganger

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Por alguna razon, Vector estaba confundido. Muy confundido. No. Pensandolo bien. Eso no le hacía justicia a lo que justo ahora estaba sintiendo. Y es que no era para menos. Pues Astral le estaba sonriendo. Y no de una manera malvada o mal intencionada. No. Al contrario. Esa era una sonrisa amable y feliz.

Astral estaba feliz de verlo. Es más estaba tan contento de verlo que incluso le ofreció un lugar a su lado en aquella cama.

Vector entonces retrocedio los mismos pasos que dio. Trataba de alejarse de ese sujeto que se hacia pasar por el imbécil de Astral. Más un bello pelirosa le detuvo en medio de su huida. Tomandolo de la mano para que se acercara a la pareja.

Él entonces quiso morder su brazo para escapar. Necesitaba alejarse de ese tipo. ¡Era peligroso! ¡Por favor que alguien lo notara! ¡¿Acaso era la única persona cuerda en aquella habitación?! Intento poner fuerza en sus piernas y cuerpo para que III le soltara. Pero por más que se jaloneaba no funcionaba. De hecho, Michael le jalaba sin ningun problema. ¡Y eso era el colmo! ¡¿Dónde es que escondía moustrosa fuerza?!

Miro a quién se supone era su rival. Esa mirada felíz y esa sonrisa amable. Eso era lo más aterrador que ha visto hasta ahora. Y rezando a todos los dioses habidos y por haber. Fue que se resigno al cruel destino que le esperaba.

O eso suponía. Pues alguien toco a la puerta. Anunciando su llegada.

Un Kaito se asomaba a la habitación. Junto a un par de niños que le tomaban de sus piernas. Los cuales le sonreían a la pareja en la cama. Y entrando sin ninguna invitación, aquellos infantes se arrojaron encima de los pacientes. Los cuales les abrazaron con cariño.

Y entonces, Vector pudo escapar ante la distracción de III, colocandose en la puerta. Listo para sacar de ahí en cualquier momento al pelirosa y huir a otro país de ser posible.

-¡Yuma! ¡Astral! ¡Que alegría verlos de nuevo! Diganme, ¿Se encuentran bien? ¿Se sienten mejor?-Pregunto aquel niño de cabello azul claro y mirada dorada.

Yuma fue quien sonriendo le contesto. Separándose un poco de él.

-Por supuesto Haruto. No tienes que preocuparte. De hecho. Justo hace unos minutos ya nos dieron el alta. Así que mas temprano que nunca, Astral y yo podemos irnos de aquí...-Anuncio con felicidad.

Haruto sonrió volviendo a abrazar al menor. Astral por otro lado abrazaba a Hayato. Quien hace mucho tiempo no había visto. Pues solo Kaito les hacia llegar pequeños reportes acerca del niño Caballero. Y separandose un poco fue que le saludo.

-¿Cómo has estado? ¿Te han tratado bien?-El niño solo sonrió con alegría, asintiendo una y otra vez.

-Así es. Son muy amables conmigo. Haruto y yo jugamos mucho en los tiempos libres...-Relato con inocencia.

-¿De verdad?-El peliblanco le aparto con ciudado haciendo que se sentara en la cama.

-¡Sí!

-Me alegro mucho por ti-Menciono Astral acariciandole la cabeza. Aquel niño solo se dejo hacer.

Kaito se acerco hasta la pareja, y tomando asiento en una silla cerca fue que se unió a la agradable escena. Mirando solamente de soslayo a Vector, quien se mostraba a la defensiva. Cosas de locos, suponía.

Mira quien aun estaba en la habitación sonrio ante la escena, y viendo que su hijo y yerno estaban en buenas manos. Salio para ir a la cafetería. Pues justo ahora ella necesitaba un aperitivo.

III por otro lado tomo asiento a la orilla de la cama. Mostrandose felíz ante el pequeño reencuentro de los niños con la pareja. Parecían tan paternales en ese momento. De hecho, si tuviesen un hijo, eso solo le agradaría. (Aunque sabía que eso era imposible). Así que alejando esos pensamientos fue que se enfoco en el momento.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora