Turbulencia en Blanco (VII)

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El ambiente era de cierta manera tranquilo. Los ciudadanos aún realizaban sus labores diarias con una leve y tenue sonrisa. Casi imperceptible, mientras los niños eran mantenidos a un lado de sus padres, los cuales se mostraban ligeramente temerosos y tristes. Pues sus semblantes daba mucho a decir. Los mercaderes gritaban o en su defecto alzaban la voz para llamar la atención de los presentes, invitandoles a comprar y consumir sus productos. Cosas que Yuma no sabía para que eran o si quiera conocía. Todo era extraño para él, pues asomandose levemente por debajo de su capa, podía ver con claridad el panorama, encontrando a muchos seres extraños. Agenos a él. Los cuales parecían perdidos en la rutina, comprando lo que se afiguraban eran cristales o diversos objetos de esa índole. Esto llamando poderosamente su atención hasta que Astral le volvió a hablar.

-Baja la cabeza...-Susurro- Estamos por salir de la ciudad. Hay bastantes guardias ahí...

-S-Sí... Oye, Astral-Llamo en voz baja el infante. A lo que el mencionado solo se inclino para poder escucharlo mejor. Esto haciéndole entender al otro que siguiera hablando- ¿Qué son esas cosas? ¿Dónde estamos? ¿A donde vamos?

-¿No acaso ya lo deje claro? Iremos al acantilado...

-Sí. Sí. Eso pude entenderlo. Pero me refiero a... ¿Qué camino tomaremos?

-Oh. Eso...-El mayor pareció tensarse un momento ante un Guardia que se le quedaba viendo con insistencia, hasta que pudieron pasar sin ningún inconveniente de él. Suspirando fue que pudo continuar- Tendremos que tomar el camino largo. No debemos exponernos de más... Calculo que nos tomara un día o 23 horas llegar a nuestro destino si no nos detenemos...

-¿Eh? ¿No es demaciado tiempo? ¿No necesitamos descansar?

-No... No es necesario-El mayor nego suavemente con su cabeza- Sé ahora que lo necesitas. Pero yo no necesito de eso. Así que me vere en la obligación de llevarte a cuestas si hace falta...

-...¿Los seres Astrales no descansan? ¿No se sienten mal si no lo hacen?-La curiosidad del menor comenzaba a salir a relucir. Esto, haciendo sonreír al peliblanco. Ese rasgo era algo compartido. Él también era curioso por naturaleza, así que tratando de calmarse así mismo y al infante fue que siguió con la charla.

-No, los seres Astrales no necesitamos dormir o "comer" como tu le dices...

-Oh... ¿Y eso no es triste?...-Pregunto el menor, apenas volviendo a alzar un poco su cabeza, mirando con dificultad al mayor.

-Bueno... No lo sé. Supongo que depende de la perspectiva de cada quién...

-Mmm... Por cierto, no me has dicho en donde estamos...-Recordo Yuma a Astral. Quien suspiró.

-Es verdad... Estamos dirigiendonos a la salida de la capital. Justo ahora pasamos por la última sección que conforma la ciudad, es un sitio bastante... Concurrido, pues aquí es la entrada y salida de mercancia para los mercaderes. De esta sección se distrubuyen las entregas y demas pedidos para los comerciantes o para abastecer algunos almacenes...-Explico a lo que el menor solo paso sus ojos observando a los habitantes. Realmente no entendiendo lo dicho.

-S-Sí...

La charla pareció terminar en ese momento. Al menos hasta que se toparon con la puerta de salida. Donde muchos más guardias esperaban a revisar a cada individuo que entraba y salia. Esto causando mucha más ansiedad al mayor.

-Diablos...-Maldijo en susurro. Deteniendo al caballo, el cual paso a quejarse moviedo sus patas. Jalando un poco su cabeza.

-¿Qué pasa?-Cuestiono Yuma alzando su mirada. Tapando en todo momento su cabello y cuerpo.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora