La Guardiana en las Sombras

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Mira era una persona que se podia caracterizar de distintas formas. Una de ellas, era su infinita paciencia y conocimientos. Podías ver la sabiduría relucir en sus bellos ojos, y podías admirarla tan solo al moverse. Ella era alguien gentil y amable. Era extraño verla molesta o verdaderamente furiosa.

Sus vecinos agradecian tener a tan bella y compasiva persona viviendo en el vecindario. Su marido de igual manera, la presumía cada vez que podía. Siempre ella el tema de conversación que salía en sus reuniones anuales de buscadores de tesoros o historiadores.

No había ser en la tierra que temiera a tan bella Dama y Madre.

Hasta ahora.

Pues aquella Dama pisaba el acelerador como si no hubiera mañana. Su marido quien iba de copiloto, solo atinaba a aferrarse al asiento del auto. Rezando internamente a cada Dios que podía recordar, habia visto y conocido. Acelerando, fue que comenzo a rebasar a todo aquel que la bella Dama creía un estorbo. Su objetivo yacía en el hospital de Heart City. Y dando un volantazo, el auto dio un ligero salto a la vez que cambiaba de ruta. Pasándose el semáforo en rojo.

Kazuma entonces tomo con fuerza el cinturon de seguridad, el cual ahora ya estaba enrollado en su cintura y torso. Él era alguien de peligro. Cosas tan simples como esa no deberían atemorizarlo. Pero quién iba manejando era quién le aterraba. Pues calles atras, ya había arrazado con algunos vendedores ambulantes y puestos callejeros. Al igual que algunas mesas de restaurantes o cafés. La que era su mujer, en este preciso momento, era quien no media el peligro de sus acciones.

Su lindo seño fruncido y sus labios apretados hasta casi hacer una línea era prueba de la desesperación y el enojo que sentía. Hace poco, uno de los amigos de su hijo y yerno le hablo, notificandole el percance que ambos tuvieron. Ella entonces recuerda haber votado el telefono y haber jalado a su marido al auto. Y de ahí, solo tontas personas estorbandole el camino.

Un nuevo volantazo hizo que el auto se ladeara por un momento. Y a su marido casi le da un infarto por tan pequeño movimiento. Ella solo rodo los ojos a señal de fastidio. Y tomando de nuevo su velocidad, fue que por fin vislumbro el hospital a lo lejos. Su semblante entonces parecio recuperar un poco de la tranquilidad, pero eso duro poco. Pues aun tenía que asegurar la seguridad de su hijo, yerno y su nieto.

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III se la paso todo el camino mirando a la pareja. La cual hacia lado a lado en aquellas frias camillas. Cada uno ahora tenía puestos oxígeno y otras cosas que apenas podia distinguir, pues los paramédicos no habian dejado que observara demaciado, ya que se mantenían tratando de estabilizar a los jovenes.

El diagnóstico rápido fue un Shock electrico. Algun accidente tuvieron que haber tenido para que tal magnitud de fuerza en electricidad pudiera noquearlos, y por suerte, no matarlos. Sus pulsos eran debiles, pero constantes. Ellos al parecer no se habían rendido. Y eso le agrado al pelirosa.

Más y más cosas fueron conectados a ambos, y en ese pequeño trayecto. Un presentimiento negativo se hizo presente. Así que sin perder el tiempo, fue que saco su celular, y llamando a la madre de Yuma, fue que apenas y tal presentimiento pudo disiparse un poco de su corazón. Aun así, habia algo que le gritaba con fuerza. Algo no estaba bien. Y no iba a estarlo hasta que sus amigos se despertaran.

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Kaito yacia preparando el posible escenario que estaba seguro se presentaría. Ya había desabilitado salas enteras en aquel hospital, a la vez que reservaba el posible quirófano que Yuma o Astral podría ocupar. Hubieron muchas quejas de parte de los pacientes ya antes instalados, pero no lo intereso.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora