Toma un Respiro...

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El tiempo paso casi volando para los monarcas. Los cuales llegada la mañana del día siguiente fue que comenzaron los preparativos para que todo marchara como debía ser. Yuma como ya se había vuelto costumbre paso a quedarse en sus aposentos, siendo acompañado poco tiempo después por las Doncellas que le vistieron y le prepararon para comenzar su día por si hustaba salir o hacer algo similar, siempre llevando consigo el recado de Ana y Astral.

No moverse era escencial al menos hasta pasada la siguiente semana. En donde ya comenzaría a realizar ejercicios que ayudarían al tan temido y poco hablado momento del parto. Pues en uno de los reportes de la curandera ya se hablaba de ello. Esto instalando un temor en el corazón del embarazado, pues... ¿Cómo se supone nacería su bebé si no tenía exactamente un lugar por el cual debía salir su primogénito? Dudaba mucho que saliera por donde... No. Mejor no imaginar eso. Sería... Muy, muy doloroso si tan solo se llega a platear esa posibilidad. Así que tratando de despejar su mente y ver lo positivo, fue que tomo el desayuno en el comedor, siendo solo acompañado por Kotori, Tetsuo, Cathy, Todoroki, Tokunosuke, y los tres principales miembros de la familia Arclight. Los cuales le saludaron una vez vieron como Astral paso a dejarle en el ligar antes de regresar a la sala de control. Donde acordaba detalles sobre los deberes de los nuevos Embajadores junto a Shark. Quien se notaba un poco muy feliz por colaborar, mientras era ayudado por un muy feliz Durbe. El cual se notaba levemente sonrojado. Tocando su mano con discreción de vez en vez. Ocultando algo brillante con la tela de sus túnicas. Importandole poco a los esposos. Los cuales ya discutian sus obligaciones y derechos. (Además de ser regañados por el Rey del Mundo Varian, por tremendo alboroto al Reino Astral). El peliblanco solo nego con su cabeza. Él estaba bien con eso. Después de ver como quedo de nueva la sala de control, sus preocupaciones se fueron junto a su enojo de la noche anterior. Eso y... Gracias a la ayuda de su amado. Pero eso era tema y aparte.

De esta manera ambos monarcas se habían dividido a los invitados. Cada uno atendiendolos por partes y en calma. Entreteniendo sin querer al embarazado, el cual ya contaba los días para que pasara a moverse con libertad por el Palacio y descubrir que más le esperaba en su embarazo con sus distintos cambios de humor y antojos que, sin saber. Estaba pegando a su peliblanco, pues sabía a escondidas de vez en cuando tomaba algún refrigerio. Cosa que le causaba gracia y ternura al mismo tiempo. Ya que había leído antes, solo las parejas que estan muy apegadas los unos con los otros, eran capaces de pasar los síntomas a quien no portaba el bebé. Este siendo el padre. El cual podía sufrir lo mismo que la madre. Así que saber eso le hacía recorrer un dulce sabor por su boca y una delicada sensación en su pecho. Quedando de esa manera mucho mas tranquilo, sabiendose apoyado en todo momento.

El desayuno se alargo más de lo que debía para Yuma. Sin embargo apenas y lo noto. Pues la conversación iba de allá acá. Siendo el pelirosa el tema a hablar. Al igual que su actual relación sostenida con el pelinaranja. Esto causando muchos conflictos más que nada internos con los Arclight. Quienes aun seguían en duelo por su perdida del menor. (Pues sabía, gracias a Astral, que cuando un hijo se va o un hermano se retira, los familiares sufren un duelo de perdida por eso, y esto los llevaba a cometer locuras, como por ejemplo lo que ocurrio la noche anterior). Y queriendo ayudar un poco a calmar ese dolor que no sabían los miembros de la familia Arclight tenía. El embarazado tomo cartas en el asunto. Invitandolos a ir al jardín junto a él. Siendo cargado esta vez por Christopher. El cual se ofreció casi de inmediato. Los demás siguiendoles de cerca.

El ambiente pasaba a ser tranquilo. Mágico al saberse en donde se encontraban. Recorriendo los pasillos del Palacio del Mundo Astral. Deteniendose a saludar de vez en cuando a los habitantes del lugar. Los cuales daban sus felicitaciones y buenos deseos al Reina. Quien les asentía y daba parte de su energía a cambio. Esto sin dañar realmente a su bebé, beneficiando de hecho. Haciendolo despertar, el cual pasaba a dar ligeros golpes a su madre para hacerle saber que estaba atento y escuchando todo lo que pasaba en el exterior de su lugar especial, donde estaba a salvo y sin ningun inconveniente.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora