La Odisea del Rey

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Aquel salon de clases yacía casi en silencio. Si no fuera por la voz de aquel docente. Todos los alumnos de último año, yacían sentados en sus pupitres. Lapices y plumas se movían, al igual que los dedos de quienes usaban un papel electrónico. El ambiente estudiantil podía sentirse hasta en los pasillos. O eso era hasta que un chico de cabello negro y rosa entro azotando la puerta de aquel salón.

-¡Mis disculpas! ¡No vi el reloj!

Entonces la clase coloco su atención al recién llegado, el cual jaloneaba algo detras de sí. Parecía un costal blanco. Hasta que comenzó a moverse. Entonces surgió un chico peliblanco levemente magullado por el viaje. (Y que a pesar de eso, seguía viéndose realmente bien).

El docente entonces miro a la pareja molesto. ¡Siempre era igual con ese chico! Aunque, debía admitir que desde que el peliblanco había llegado, eso había dejado de pasar. Que volviese a presentarse de nuevo tal situación le irrito. Quizá Yuma era demaciada mal influencia para el nuevo.

Aquel docente entonces suspiró. Y con clara advertencia menciono.

-Pasen ya, y sientense en silencio. La clase ya va a la mitad.

La pareja entonces solo asintió. Yuma un poco avergonzado, y un Astral sobandose la cabeza. El menor cuando quería era más fuerte que él. Eso lo confirmo las magulladuras por todo su cuerpo y ropa.

Ambos jóvenes ya sentados en su respectivo lugar comenzaron a colocar atención a la sesión. Eso hasta que el maestro recordo algo importante.

-¡Astral!-Llamó.

-Sí...

-Ve a la oficina del Director-Dijo señalando la puerta.

-¿Eh? ¿Por qué?...-Cuestiono confundido.

-¿Acaso tengo que recordarte el último incidente en este salon?-Fue cuando Astral rememoró lo que paso-Tienes suerte de que pueden reconstruir un lugar como este en menos de 12 horas.... Ahora ve.

-En-Entiendo...-Dijo con nerviosismo. Y entonces salió del lugar.

Yuma por medio de sus corazones, le dio animos para lo que fuera que escuchara del Director. Astral solo le sonrió antes de salir completamente.

-.-.-.-

Espero encontrarse con su Némesis. Pero por suerte eso no paso. Así que después de visitar rápidamente al Director. Volvió a dirigirse de nuevo a su salón. O eso pensaba hasta que algo llamo su atención.

Astral miraba con cautela aquel cartel que hacía esparcido por toda la escuela. Sus letras grandes y brillantes solo gritaban una cosa.

¡No olvides el día blanco! ¡Recuerda devolver el afecto de tu amada(o) con un chocolate o algun otro detalle! ¡Cultiva el amor! ¡Te esperamos en el Gimnasio con grandes descuentos!

Atte: El Comité Estudiantil.

Corazones blancos podian verse tenuemente espercidos por el papel. Astral siguió observando. ¿Día Blanco? Jamás había escuchado algo así. ¿Devolver afecto? El ya lo hacía con su pareja, cada que podía. Especialmente en las noches más frías y espectaculares. Una sonrisa pícara y un tenue sonrojo adorno su rostro.

Las chicas que pasaban cerca le miraban soñadoras, aunque un poco decepcionadas. Pues se habían enterado que él ya tenía a alguien especial, y que lo queria demaciado siquiera para voltear a verlas. Si antes tenían una oportunidad, ahora ya esta era nula. El peliblanco ya estaba fuera de su alcance.

Y dando suspiros, aquellas mujeres pasaban de largo.

Cathy había pedido permiso para salir rápidamente al tocador. Contrario del peliblanco que salió a la oficina del director, quien le dio una advertencia clara acerca de iniciar una nueva pelea dentro del salón de clases.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora