51. Intenciones

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El grupo seguía caminando sin descanso hacia Hudisia, la ciudad donde se encontraba la reina y una de las ciudades más importantes del reino de las hadas. Vatar y Elisa iban delante, llevaban un ritmo más acelerado que el resto. Ambos estaban callados, la tensión entre ellos se podía cortar con un cuchillo.

- No me respondes porque mi teoría es cierta - dijo Elisa rompiendo el silencio.
- Si vas a hablar de un elfo que aún no conoces no lo nombres como "un tal Siltor" - respondió Vatar algo enfadado. - Su nombre es Siltor. A secas.
- No evadas mi pregunta - dijo Elisa.

Vatar permaneció callado.

- Piensabas que al leer el contenido del libro me iba a dar cuenta de tus planes y no te lo iba a devolver, ¿cierto? - siguió hablando Elisa.
- Eres una humana muy intuitiva a la par que repelente, ¿lo sabías? - dijo Vatar.

La tensión entre ambos aumentó.

- Respondiendo a tu pregunta: sí, tienes razón - dijo Vatar. - Mi plan es escoltaros hasta el reino de las hadas y una vez allí volver al pasado usando un hechizo de este libro para rescatar a mi amigo. Ahora que lo sabes, ¿me vas a detener?
- ¿Escoltarnos? - dijo Elisa riéndose levemente - Ni que fueses nuestro guardaespaldas.

Por alguna extraña razón, Vatar respiró aliviado al escuchar esas palabras de la joven.

- No, no te voy a detener - continuó Elisa. - Es tu decisión, pero es peligroso ir solo y después de esto te debemos una. Deja de ser tan áspero con nosotros y pídenos ayuda.

El elfo se sorprendió al escuchar eso.

- Consideraré tu oferta - dijo Vatar.
- Y ahora... ¿Me dejas leer el libro? - dijo Elisa intentando conseguir lo que quería desde el principio.
- No - respondió Vatar cortante.
- Ya te he dicho que no me voy a interponer en tus planes. ¿Por qué no me dejas leerlo? - insistió Elisa.
- ¡Qué pesada eres! - dijo el elfo enfadado.

Elisa se calló al instante al ver la reacción del elfo. Su grito llamó la atención del resto. La joven, un poco dolida, aminoró su paso hasta que Mike le puso la mano en el hombro y dijo:

- Venga vamos, no te quedes atrás.

Los dos jóvenes caminaron en silencio un rato.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Mike curioso.

Elisa le miró y le contó toda la conversación que había tenido con el elfo.

- Entiendo - dijo Mike dándole vueltas en su cabeza a todo lo que le había contado Elisa. - ¿Por qué tienes tantas ganas de leer el libro?
- Realmente no lo sé - dijo Elisa. - Soy la Guardiana de la mente espacio-temporal, así que la respuesta sería obvia, simplemente quiero ver los hechizos que guarda sobre el tiempo, pero en realidad ese libro me está llamando.
- Cómo que te llama.
- Sí, hay algo más, esconde algo y ese elfo es consciente de ello.

Mike se quedó pensativo. Miró con desconfianza a Vatar que caminaba delante de ellos.

- Otra cosa que me ha llamado la atención es que te ha dicho que nos estaba escoltando, ¿no? - dijo Mike.

Elisa asintió y dijo:

- Pero no te comas la cabeza por eso, al fin y al cabo nos ha ayudado a salir vivos del reino de los elfos...
- Tienes razón, pero en ningún momento nos dijo la razón por la que nos acompañaba y ahora te dice que nos está escoltando - le cortó Mike.

Los dos jóvenes miraron a Vatar mientras las dudas invadían sus mentes. "¿Qué planeas realmente?" pensó Mike mientras miraba al elfo.
Al rato, empezó a levantarse una niebla que a medida que caminaban se iba haciendo cada vez más densa, hasta el punto de que era imposible ver unos pocos metros más allá.

- Vamos a realizar un pequeño descanso aquí mismo - dijo Vatar parándose. - Nos encontramos en la entrada del Bosque Perdido. Es mejor hacer una parada antes de entrar.

Los chicos asintieron y se sentaron en el suelo lleno de ramitas secas. Jack y Rory miraron a Vatar y después miraron a Elisa. Sentían curiosidad por saber que había sucedido para que el elfo diese aquel grito.

- ¿Nos vais a explicar qué ha pasado antes? - dijo Rory finalmente.

Elisa y Vatar se miraron durante unos segundos y desviaron la mirada. La tensión entre ellos se podía notar perfectamente.

- ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones? - preguntó Mike sin rodeos.

Vatar le miró con una leve expresión de superioridad y dijo:

- No se a que te refieres muchacho.
- No te hagas el loco, a qué te referías cuando has dicho que nos estabas escoltando - dijo Mike.

Las palabras de Mike llamaron la atención de Jack y Rory, que miraron a Vatar inmediatamente esperando una respuesta.

- Creo que estás dando demasiadas vueltas a una mera palabra chaval - dijo Mike.

La actitud de Vatar estaba provocando que Mike se alterara cada vez más. El joven respiró hondo, ordenó sus ideas en la cabeza y dijo:

- Desde el momento en el que nos has visto nos estás ayudando y te doy las gracias por ello, pero cuando te preguntábamos por qué o te pedíamos que nos explicases por qué tomábamos caminos distintos para satisfacer tus caprichos, siempre nos dabas evasivas y nos amenazabas con delatarnos. Ahora esas amenazas no juegan a tu favor puesto que estamos fuera del reino de los elfos. A si que explícanos por qué nos estás ayudando y por qué nos hemos tenido que jugar la vida para coger un libro.

Vatar respiró hondo, sabía que Mike tenía razón y un simple "no os importa" ya no le iba a funcionar, las miradas de los chicos pedían respuestas.

- Y ahora responde: a qué te referías con escoltarnos - dijo Mike.
- Os estoy escoltando por petición de la reina de las hadas - dijo Vatar serio.
- ¿Cómo? - respondió Rory sorprendida.
- Explícate - le exigió Mike.
- Yo me encontraba en la biblioteca regional de la magia, en Hudisia. Estaba buscando información sobre cómo viajar en el tiempo sin tener efectos secundarios o morir en el intento, cuando de repente la reina de las hadas apareció en la biblioteca y me dijo que ibais a llegar con un mensaje importante, pero los demonios os iban a tender una trampa. Yo me negué, no tenía tiempo para hacer de niñera. Al ver mi respuesta, la reina de las hadas me ofreció a cambio información para conseguir mi objetivo y finalmente acepté de mala gana. Antes de salir de la biblioteca me dijo: "Ellos te darán la razón para ir en su contra, elige sabiamente".

Los chicos se quedaron callados procesando todo lo que acababa de contar el elfo.

- Te darán la razón para ir en contra de quién - dijo Jack.
- De los demonios - respondió Vatar.
- Por eso nos dijiste eso antes, en la capital élfica - dijo Elisa.

Vatar asintió.

- ¿Cómo sabía la reina de las hadas que íbamos a llegar? - preguntó Rory confusa. - Que yo sepa no es vidente, los pocos videntes que quedan están en el reino de los dioses y en Sabburit.

La explicación del elfo había generado más preguntas que respuestas en los jóvenes, no entendían cómo sabía la reina de las hadas que iba a pasar todo lo sucedido.

- Yo no os puedo explicar más, esto es todo lo que sé - dijo Vatar. - Pero por vuestras expresiones, veo que tenéis más preguntas a las que no os puedo responder. Si queréis averiguar más tendréis que preguntárselo directamente a la reina de las hadas. No nos queda otra que ponernos en marcha y atravesar el Bosque Perdido.
- Aún nos tienes que explicar por qué nos hemos jugado la vida para coger ese libro - dijo Elisa.
- Ya os lo he dicho, buscaba información sobre cómo viajar en el tiempo y este libro es la clave para ello según lo que me dijo la reina de las hadas - respondió Vatar.
- Nosotros te estamos pidiendo la explicación real - dijo Elisa con expresión seria.

Vatar se puso tenso. El silencio reinaba la zona.

El Libro EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora