El Libro Encantado

40. Fenser

- Pero bueno, si es Vatar, ¿qué tal? - dijo la voz con un tono irónico.

Dicho eso, la figura que se encontraba en el tercer piso de la biblioteca saltó, aterrizando en el centro de la sala.

- Ha pasado mucho tiempo - dijo la voz.

La expresión de Vatar cambió radicalmente al reconocer a la persona que acababa de aparecer en la habitación.

- Fenser... - dijo Vatar entre dientes.

Los muchachos se miraron sin saber que estaba sucediendo y miraron a la persona que acababa de aparecer en la sala: un elfo de orejas puntiagudas, de pelo largo color blanco como la nieve y ojos color plata. Fenser les miró, miró a Vatar y dijo:

- Veo que has formado tu grupito.

Vatar no dijo nada, estaba callado mirando fijamente a Fenser. Al ver que el elfo no decía nada, Fenser continuó hablando.

- A juzgar por sus caras, veo que no me reconocen. Qué feo por tu parte no haberles hablado de mí.

Se giró para mirar a los jóvenes y dijo:

- Voy a daros una pista.

Acto seguido, Fenser adoptó una postura imponente que hizo que los jóvenes, excepto Jack, le reconociesen al instante.

- Eres... - empezó a decir Rory.
- ¡El Rey Elfo! - terminó la frase Mike.

Fenser se echó a reír.

- Veo que ya sabéis quién soy.

Se giró de nuevo para mirar a Vatar y dijo con un tono juguetón:

- ¿Qué te trae por aquí? No me estarás traicionado, ¿verdad?
- Maldito canalla, todavía tienes las narices de dirigirme la palabra. ¿Tu sentido del remordimiento dónde está?

Fenser se encongió de hombros.

- Seguramente esté con Siltor, esperandote - dijo Fenser sonriendo.

El sentimiento de ira invadió hasta el último rincón del cuerpo de Vatar, intentó mantenerse sereno, pero le fue imposible. Apretó los dientes y se lanzó contra Fenser, este le esquivó con gran elegancia.

- Vaya, vaya, ¿es que no sabes dialogar? - dijo Fenser.

Vatar, colérico, se acercó hasta Fenser, le agarró de la pechera con una mano y le levantó del suelo. La mano que tenía libre comenzó a iluminarse con fuerza y una energía de color blanco empezó a envolverle la mano. La energía comenzó a tomar forma hasta adoptar la forma de una espada.

- Con que el Filo del tiempo ¿eh? - dijo Fenser. - Qué inusual verte usar ese hechizo.

La ira de Vatar aumentaba por segundos mientras iba cargando el ataque. La actitud calmada y confiada de Fenser le irritaba cada vez más.

- No serás capaz - dijo Fenser con una sonrisa.

Vatar fue a ejecutar el hechizo, pero fue frenado por unas raíces que salieron del suelo. En el momento que el filo de la espada de energía tocó las raíces, la energía envolvió las raíces y estas se desintegraron al instante, convirtiéndose en polvo.

- ¡Qué haces! - chilló Vatar furioso mientras se giraba para mirar a Mike.
- No podemos matar a nadie y menos a él - respondió Mike. - No sé qué habrá sucedido entre vosotros dos, pero se supone que íbamos a escapar sigilosamente.

Acto seguido, la espada se desvaneció y Vatar dejó en el suelo a Fenser.

- Además, tenemos que irnos ya - dijo Elisa. - Al usar la magia, es cuestión de tiempo que nos atrapen.
- Por eso no tienes que preocuparte - dijo Fenser mirando a Elisa. - El campo mágico está desactivado.

Fenser hizo una leve reverencia y dijo:

- De nada.
- No te pases de chulo - dijo Jack mirándole fijamente. - No estás en una situación favorable para mantener una actitud arrogante.
- Qué correcto eres - dijo Fenser. - Si pudiese te contrataría como mi secretario.

Jack se acercó hasta él, hizo un gesto rápido con la mano y en el cuello de Fenser apareció una cadena de color amarillo. En el momento que apareció la cadena, Fenser sintió que no podía mover el cuerpo, lo sentía rígido.

- ¿Qué me has hecho? - preguntó Fenser algo tenso.
- Son cadenas astrales - respondió Jack. - Paralizan el cuerpo completamente. No podrás moverte hasta que te quite la cadena.

Fenser desvió la mirada resignado.

- Parece ser que aquí todo el mundo te conoce - dijo Jack. - Todo el mundo menos yo. Así que explicame quién eres y por qué has aparecido de repente.
- Da miedo - dijo susurrando Rory a Elisa.

Elisa asintió sin dejar de mirar aquella escena. Fenser miró a Jack con un poco de odio, cogió aire y dijo:

- Como bien han mencionado antes tus amigos, soy Fenser, el Rey Elfo - dijo Fenser sonriendo levemente.

Jack cerró el puño y la cadena del cuello de Fenser se hizo más pequeña, impidiéndole respirar con normalidad.

- Repito: no estás en una situación favorable para mantener una actitud arrogante - dijo Jack serio.

Fenser buscó a Mike con la mirada y dijo:

- Tú. ¿No vas a pararle?

Acto seguido, Jack apretó el puño con fuerza y las cadenas se hicieron aún más pequeñas.

- Va...le... vale..., ya lo... pillo... - dijo Fenser casi sin aire.

A los pocos segundos, Jack abrió la mano y las cadenas recuperaron su forma inicial. Fenser cayó al suelo de rodillas, cogiendo una bocanada de aire.

- Qué amargado estás - dijo Fenser.

Jack fue a cerrar el puño de nuevo, pero se frenó al oír a Fenser gritar.

- ¡De acuerdo! Lo he entendido, lo he entendido. Por favor, otra vez no.

Jack bajó la mano y se quedó mirándolo, esperando a que hablase.

- De verdad, no sé qué ganas tenéis de que se extinga del todo la raza.
- ¿Qué raza? - preguntó Elisa.
- La de los elfos celestes.

Mike, Elisa y Rory se quedaron congelados al escuchar esas palabras.

- Por vuestras caras, deduzco que no lo sabíais - dijo Fenser. - Repito mi presentación como es debido: Soy Fenser, el Rey Elfo y el último elfo celeste.
-Pero... se extinguieron hace siglos - dijo Rory sin creerselo. - ¿Cómo es posible?
- Muy sencillo - respondió Fenser. - Dos antepasados míos huyeron de la batalla y se escondieron en el bosque donde tuvieron descendientes hasta llegar a mí.
- Demasiado sencillo diría yo - dijo Mike mirando a Fenser como si fuese un bicho raro.
- Tan sencillo que yo no lo entiendo - dijo Jack confundido.

Jack enseñó la mano como amenaza de que iba a apretar el puño de nuevo. Fenser se dio cuenta al instante y comenzó a hablar.

- Todo comenzó el día anterior a la Caza élfica, hace varias décadas. Una batalla movida por el odio donde exterminaron a todos y cada uno de los elfos celestes que existían, bueno, a casi todos. El día anterior ya se empezaban a oír rumores de que iban a atacar a todos los elfos celestes: por miedo, por no tener poder sobre ellos, por la falta de conocimiento...
- Pero por miedo a qué - le interrumpió Jack.
- A nosotros.

El silencio reinó la sala durante unos segundos antes de que Fenser continuase hablando.

- Nosotros somos usuarios de magia que se considera tabú. Debido a nuestra naturaleza, mitad elfo, mitad ángel, somos capaces de revivir a los muertos, manejar el tiempo o el espacio a nuestro antojo, crear vida...
- ¿Puedes revivir a los muertos? - dijo Jack sin terminar de creerselo.

Fenser negó con la cabeza.

- No, yo no. Debido a nuestra mitad elfo, solo somos capaces de dominar un tipo de magia, es decir, nuestros hechizos se ciñen a un solo atributo mágico: tiempo, espacio, naturaleza...
- Pero... - dijo Mike. - ¿Quiénes os iban a atacar?

Fenser hizo tardó unos segundos en responder.

- Elfos y ángeles, liderados por un Guardián.