75. Oeste

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Scott aterrizó en la estalagmita de hielo y se deslizó por ella hasta llegar al suelo. En cuanto se separó del hielo alzó la vista y se agachó en unas décimas de segundo al ver que un ataque mágico iba directo hacia él. Se levantó rápidamente y miró a su alrededor en estado de alerta. La escena que veían sus ojos era impactante y sangrienta. Ambos bandos tenían numerosas bajas, los soldados del ejército de las hadas luchaban aunque estuviesen envueltos en sangre, los demonios atacaban como bestias hasta que soltaban su último aliento, era devastador. El miedo y la angustia se apoderó de Scott, no sabía que hacer o cómo reaccionar, su instinto de supervivencia le gritaba que saliera corriendo de ahí. Buscó con la mirada a Leo y a Mike. Al ver que estaba completamente solo, pegó su espalda al hielo esperando que nadie le hubiese visto y deseando con todas sus fuerzas que sus amigos aparecieran pronto para ayudarle. A los pocos segundos escuchó a su derecha un gruñido agudo, giró la cabeza y vio a un demonio saltando hacia él con las fauces abiertas. Scott saltó hacia la izquierda por instinto, le pegó un puñetazo de lado al hielo y de este salió un pincho de hielo que atravesó al demonio. Scott se llevó la mano al pecho, tenía la respiración agitada. "Céntrate o acabarás muerto" se dijo a si mismo, "¿Con esta actitud pretendes salvar a Jack?". En el momento que pensó esa frase su mirada cambió. Era cierto, si no era capaz de sobrellevar esta situación de alguna forma no iba a ser capaz ni de acercarse a su amigo, puesto que la zona en la que se encontraba podría estar igual o peor. "Pero no han preparado para este tipo de situaciones. He librado batallas, sí, pero nunca de esta magnitud". El miedo volvió a apoderarse de Scott, le temblaban las piernas y era incapaz de meterse en la lucha. Respiró profundamente e intentó calmarse hasta que alguien cayó sobre él, tirándole al suelo. Rápidamente envolvió su puño en una capa de viento dispuesto a atacar a cualquiera que sintiera que era una amenaza. Observó que la criatura que le había caído encima era un soldado del ejército, este se levantó del suelo dolorido y al ver al joven su rostro expresó sorpresa y preocupación.

- ¡Que hacés aquí!¡Te van matar!

Mientras el soldado gritaba a Scott, el joven vio que un demonio le iba a atacar por la espalda. Sin pensarlo dos  veces, rápidamente se incorporó, empujó al soldado todo lo fuerte que pudo para apartarle y dio un puñetazo en el suelo provocando que saliera de este un pincho de hielo. El demonio esquivó el ataque de Scott y con sus zarpas le hirió el brazo izquierdo. Scott se agarró la parte del cuerpo dolorido durante unos instantes, acto seguido chasqueó los dedos y una ráfaga de viento les elevó al cielo. El joven hizo unos movimientos rápidos con su mano derecha y en un abrir y cerrar de ojos una bola de aire impactó desde arriba al demonio estrellándolo a gran velocidad contra el suelo. En cuanto vio que el demonio había muerto espachurrado volvió a chasquear los dedos y descendió a una velocidad moderada.

- Vengo ayudar, estoy de parte de las hadas - dijo Scott mientras miraba al soldado.

El soldado estaba muy sorprendido del poder de Scott.

- Pues no te quedes ahí parado o tu ayuda no servirá para nada.

Dicho eso se metió de nuevo en la batalla. Scott se quedó unos segundos parado, el soldado tenía razón, quedarse quieto esperando a que llegasen sus amigos no iba a ayudar en nada, además se había demostrado a sí mismo que era capaz de derrotar a los demonios. Era un mago principiante, no tenía tanta experiencia en batalla pero era lo suficientemente fuerte como para poder defenderse y no morir. En el momento que se convenció a sí mismo de era capaz, localizó a un pequeño grupo de demonios que se estaban pasando la cabeza de un hada como si fuese una pelota de fútbol. Un sentimiento de ira y desagrado invadió su cuerpo. Alzó la mano, cerró el puño y sobre las cabezas de los demonios se empezó a crear un gran bloque de hielo. Los demonios miraron al cielo extrañados. Puso la mano al frente con la palma hacia arriba e impactó el puño contra su palma haciendo que el bloque de hielo cayese a gran velocidad contra los demonios. Scott se quedó inmóvil observando si su ataque había matado a todos, pero se fijó que lo habían parado. Acto seguido chasqueó los dedos.

- De esta no os escapáis. Hechizo de hielo: estrella de hielo.

Dicho eso, del bloque de hielo salieron múltiples pinchos hasta que el bloque se transformó en una masa de pinchos, que agujereó los cuerpos de los demonios hasta que cayeron muertos. Cuando las criaturas dejaron de moverse, Scott miró de nuevo a su alrededor buscando a sus amigos y al seguir sin verlos se dijo a sí mismo que estarían bien, sabía lo fuertes que eran aunque Mike estuviese un poco débil. A los segundos de convencerse, decidió irse al este de la ciudad, donde se encontraba Jack, para descubrir que le había pasado y salvarle si estaba siendo controlado de nuevo por algún demonio. En el momento que se dio media vuelta para salir corriendo, las palabras de Zarut pasaron por su cabeza. El joven movió de lado a lado la cabeza como si estuviese intentando que la voz del hombre saliera de su mente y echo a correr. Después de avanzar unos pocos metros, un gran muro de hielo color ceniza se alzó ante él cortándole el paso. El joven se giró y buscó con la mirada al responsable del hechizo y vio a un hombre con el pelo repeinado de color bronce y ojos de color verde azulado. Vestía con una camisa blanca remangada hasta el codo, un pañuelo negro anudado al antebrazo izquierdo y unos pantalones anchos.

- ¿Ya te vas? - dijo el hombre. - ¿Tan pronto?

Scott se le quedó mirando fijamente mientras el hombre avanzaba lentamente hacia él.

- Tenía muchas ganas de conocerte, ¿sabías?
- ¿Disculpa?
- El nuevo Guardián de los Hielos Huracanados - siguió hablando el hombre, ignorando a Scott. - El Guardián de la magia que sellada... ¿Sabes por quién?
- Es posible. Esto... cómo se llamaba.... ¿Roper?¿Truper? - se burló Scott.
- Roger.
- Lo dicho, Truper.
- Qué gracioso eres. Me gustas. Ahora somos mejores amigos, ya que mate al anterior por ser tan sieso.
- ¿Cómo?
- ¿Te lo tengo que repetir? Jolines macho, otro sordo. Ahora somos mejores amigos.
- Sí sí, te he escuchado la primera vez, pero ¿así, sin más? ¿Sin invitarme a una copa antes o algo?
- Ja ja ja, me la has colado. Definitivamente estamos destinados a ser mejores amigos.

Mientras Roger y Scott conversaban, un demonio fue atacar a Scott por la espalda, pero un proyectil de hielo le atravesó la frente matándolo al instante.

- A mi mejor amigo solo le toco yo - cortó Roger con un tono serio la conversación mientras miraba el cuerpo sin vida del demonio.
- Que considerado por tu parte ¿no? - dijo Scott mientas miraba el cadáver.
- Es lo menos que puedo hacer.

En cuanto acabó de hablar, abrió sus manos y en cada palma se empezó a formar una cuchilla de hielo. Cuando las cuchillas estuvieron formadas, las agarró y se puso en posición de ataque.

- Bien, ¿jugamos?
- Será un placer - respondió Scott.

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