42. Huida

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Fenser se lanzó contra Vatar y los dos cayeron al suelo.

- Esa parte podrías haberla suprimido, ¿no crees? - dijo Fenser algo enfadado.
- Jamás - respondió Vatar desafiante. - Dejaste tirado a un amigo, lo abandonanstes a su suerte, solo por un maldito hechizo.

Fenser bajó levente la cabeza algo avergonzado y dijo:

- Tienes razón, pero he cambiado.
- Una persona nunca cambia si no se lo propone y creo que tú estás muy lejos de cambiar - le reprochó Vatar.

Fenser hizo una mueca al ver que el elfo no se había creído su mentira y recuperó su sonrisa que no expresaba ninguna emoción de felicidad.

- Entonces... si no he entendido mal - empezó a decir Elisa. - Antes érais super amigos, pero de repente todo cambió. ¿Cuál fue el momento que hizo que Fenser apoyase a los demonios?
- ¿Qué importa eso? - dijeron los dos elfos a la vez.

Elisa retrocedió unos pasos, sintiendose un poco atacada.

- Tu hermano te comió la cabeza desde joven. Tú no eras así - dijo Vatar mirando fijamente a Fenser.
- No metas a mi hermano en esto - dijo Fenser poniéndose serio. - No tiene nada que ver con esto.
- Y una mierda. Fue el que nos metió en todo ese lío.

Fenser apretó los dientes y atacó a Vatar, pero fue detenido en mitad del ataque por Jack, que le había puesto la cadena en el cuello nuevamente. Fenser, inmovilizado, pasó unos segundos desconcertado, sin saber que estaba pasando, pero cuando se dio cuenta de que Jack le había puesto de nuevo la cadena se echó a reír.

- Otra vez la cadenita, ¿eh? - dijo Fenser. - Qué inocente eres. Deberías escuchar cuando te hablan.

Jack no entendía el por qué de esas palabras y por qué se estaba riendo. Fenser levantó la cabeza para mirar a Jack a los ojos, se agarró de la cadena y tiró de ella hasta que se rompió.

- Segunda vez que me la quito - dijo el elfo. - ¿No aprendes de tus errores, chaval?
- Cómo... - dijo Jack desconcertado.
- Como bien te ha dicho antes tu amiguito Vatar, mi atributo mágico es la energía. Puedo controlar la energía a placer, crearla, destruirla y transformarla. Tus grilletes son energía astral con forma - dijo el elfo con una sonrisa macabra.

Los jóvenes se quedaron sin habla al escuchar esas palabras.

- ¿Cómo quieres que te mate? - dijo Fenser con un tono juguetón, mirando a Jack. - Te estoy dando a elegir, para que veas lo generoso que soy.

Jack estaba congelado, no sabía cómo reaccionar. Mientras tanto, Fenser se le iba acercando despacio. De repente, Vatar cargó contra Fenser, tirándole al suelo.

- Yo me encargo de él - dijo Vatar. - Buscad el libro, hay un hechizo que le frenará lo suficiente como para que podamos escapar.

Los jóvenes asintieron y se pusieron a buscar el libro.

- Moriréis en el intento - dijo Fenser levantándose del suelo

Acto seguido, chasqueó los dedos y a su alrededor aparecieron varias bolas de energía. Estiró el brazo y las bolas salieron disparadas contra sus objetivos: los guardianes, pero en el momento que las bolas salieron disparadas, se frenaron en el aire y se desintegraron. Fenser se giró para mirar a Vatar.

- ¿Con eso pretendes matar a alguien? - dijo Vatar. - No me hagas reír.

Fenser le lanzó una mirada de odio y comenzó a hacer gestos rápidos con la mano, de pronto, el suelo de la sala comenzó a moverse, como si fuesen olas del mar.

- A ver si eres capaz de parar esto - dijo el elfo celeste.

Vatar perdió el equilibrio y cayó de boca contra el suelo. Intentó levantarse pero no pudo. Viendo que era imposible, dió un puñetazo contra el suelo, la zona del puño que estaba en contactó con el suelo, se iluminó levemente y al instante, el suelo dejó de moverse, recuperando su forma original. Se levantó del suelo y creó rápidamente varias jaulas temporales que las lanzó contra Fenser. Este estiró la mano, cerró el puño y las jaulas temporales desaparecieron al instante. Acto seguido, Fenser apretó los puños, estos se envolvieron en energía y comenzó a dar puñetazos al aire. Al dar un puñetazo, la energía que envolvía los puños del elfo se desprendía, convirtiéndose en un proyectil de energía. Vatar esquivó el ataque como pudo, pero varios proyectiles le alcanzaron.

- ¡El libro! - gritó Rory. - ¡Lo he encontrado!

La batalla entre los dos elfos acabó al instante. Vatar corrió hasta donde estaba Rory y Fenser empezó a cargar un ataque a distancia con el que golpear a la joven, pero fue interrumpido por unas raíces que le apresaron, impidiéndole moverse. Se giró para mirar quién era el que había ejecutado ese hechizo y vio a Mike con una sonrisa. Fenser gritó frustrado. Mientras tanto, Vatar buscaba entre las páginas del libro un hechizo que tenía en la cabeza. Cuando lo encontró, soltó el libro, este se quedó levitando a la altura de sus ojos y leyó el hechizo en voz alta. De repente un torrente de energía mágica invadió la biblioteca, dicha energía comenzó a acumularse alrededor de Fenser. El elfo celeste miraba a todos lados alterado.

- Te arrepentirás de esto - gritó.

A los pocos segundos, desapareció sin dejar rastro. En cuanto Fenser desapareció, el libro cayó al suelo y Vatar se dejó caer cerca del libro, estaba agotado.

- ¿Qué has hecho? - preguntó Elisa.
- Le he encerrado en un bucle temporal - dijo Vatar desde el suelo. - Va a estar viviendo este momento una y otra vez. Eso nos dará un poco de tiempo para escapar, no le retendrá durante mucho tiempo.
- Pues hay que irse ya - dijo Mike ayudando a Vatar a levantarse. - Tú eres el que te sabes los planos del castillo, dinos donde está la entrada al pasadizo que lleva al torreón.

Vatar asintió. De pronto, una grieta apareció en el aire, en mitad de la sala.
- Está saliendo del bucle - dijo Vatar.
- Entonces no hay tiempo - dijo Elisa. - Aprovechando que el campo mágico está inactivo voy a usar el teletransporte. Vatar imagina con fuerza nuestro destino.

El elfo oscuro asintió y cerró los ojos para imaginarse el lugar con claridad. Elisa le puso la mano en el hombro e hizo un gesto para que el resto se acercasen a ellos. Acto seguido un círculo mágico apareció en el suelo, rodeando el grupo y en cuestión de segundos, desaparecieron de la biblioteca y aparecieron arriba del torreón, al lado de la lácrima de teletransporte.

- Rápido, vámonos - dijo Vatar.

Lo jóvenes asintieron y tocaron la lácrima uno a uno, teletransportandose al instante a la frontera entre el reino de los elfos y el reino de las hadas.

El Libro EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora