El Libro Encantado

14. Demostración

Leo hizo un gesto con la mano para que Scott se acercara, pero este sabía muy bien que lo que estaba haciendo en realidad era intentar provocarle. Scott cogió aire y se lanzó contra Leo, este esquivó el ataque con mucha facilidad. Scott intentó nuevamente darle un puñetazo aprovechando que estaba de espaldas, pero Leo rápidamente se giró, bloqueó el ataque con la mano y con la otra le golpeó la zona del esternón con la palma. A causa del impacto, Scott retrocedió unos pasos para recuperar el equilibrio mientras tosía y le miraba con un poco de rabia.

- ¿Eso es todo de lo que eres capaz? - dijo Leo con una mirada de superioridad.

Esto hizo que Scott se enfadara un poco, Leo sonrió al ver el efecto que habían causado sus palabras. Scott cargó contra Leo, pero este le frenó poniendo los brazos en cruz al frente de él. Acto seguido, deshizo los brazos en cruz mandando a Scott lejos. Scott se levantó del suelo dolorido y corrió hasta donde estaba Leo, cuando estaba a escasos metros de él, lanzó un fuerte puñetazo ayudado por el impulso de la carrera, pero Leo puso la mano al frente y frenó el puñetazo de Scott. Scott desconcertado, porque había parado su ataque con una mano, intentó retroceder, pero le fue imposible ya que Leo le tenía agarrado por el puño. Leo tiró del puño hacia él obligando a Scott a acercarse más a él y cuando estuvo a escasos centímetros dijo:

- Se acabó.

En cuanto acabó la frase, dio a Scott un golpe seco en la zona del cuello haciéndole caer al suelo mareado.

- Si quieres buscar a tu amigo, sí que necesitas entrenar - dijo Leo serio.

Scott apretó los puños frustrado, intentó levantarse pero no pudo, la cabeza aún le seguía dando vueltas.

- Vas a tener que esperar un rato hasta que puedas levantarte - le dijo Leo.

Mientras tanto, en el grupo, Elisa estaba desconcertada.

- ¿Por qué no ha usado la magia? - preguntó. - Cuando se lanzó contra Luxus en la terraza envolvió sus puños en viento.
- ¿En serio? - dijo Rory sorprendida.
- Sin tener en cuenta el tiempo que ha pasado inconsciente, hace apenas dos días que descubrió la magia, que descubrió que era un Guardián y que descubrió que todo lo que se narra en los cuentos de hadas realmente existe, aunque los libros tienen una versión distorsionada de la realidad mágica - dijo Mike - Aún sigo sin creerme que fuese capaz de ayudarme en la batalla que hubo en el tren o lo que pasó con Luxus. Aunque creo que ambos fueron más actos inconscientes que acciones en las cuales sabía lo que hacía.
- También te curó el hombro, Mike - dijo una voz detrás de ellos.
- ¡Maestro! - dijo sorprendida Elisa.
- ¿Cómo es posible? - preguntó Mike mientras se giraba para no darle la espalda.

En cuanto Mike se giró del todo, se quedó de piedra, estaba muy sorprendido, el Maestro no estaba solo, había otra persona a su lado.

Más alejados, Leo ayudaba a Scott a levantarse. Scott estaba frustrado, sabía que con las habilidades de batalla que tenía actualmente, no iba ser capaz de encontrar a nadie y menos salvarlo, entre Leo y Luxus, la realidad le había dado un buen golpe en la cara.

- Eh, eh, no te desanimes - le consoló Leo al verle la expresión de tristeza que tenía en el rostro. - Vamos a descansar un rato y enseguida nos ponemos a entrenar duro.
- Por mucho que entrene duro no voy a ser capaz de aprender lo básico para salir en su búsqueda en un día - dijo Scott. - No sé cuánto tiempo lleva secuestrado, de lo que yo tengo constancia, dos días y si le sumamos los dos días que he estado en cama, son cuatro los días que lleva secuestrado y seguramente lleve más tiempo. En mi ciudad, cuando alguien es secuestrado, la policía lo busca durante 48 horas y si no lo encuentran en ese periodo de tiempo, las esperanzas de encontrar a la persona viva se reducen notablemente. Por eso, si tengo la oportunidad de buscarlo quiero hacerlo cuanto antes.
- ¿Ya me estás dando por muerto? - dijo una voz cerca de ellos.

Los dos muchachos miraron a la persona que acababa de hablar. Scott se quedó inmóvil en el sitio al reconocerla, no era capaz de gesticular ninguna palabra.

- ¡Jack! - pudo decir finalmente.
- Hola Scott - dijo Jack con una sonrisa.

Scott, sin ser muy consciente de lo que hacía, fue corriendo hasta su amigo y le dio un abrazo que casi lo tira al suelo.

- Jeje, yo también me alegro de verte - dijo Jack recuperando el equilibrio.

Mientras Scott y Jack estaban abrazándose, el abuelo de Scott se acercó hasta ellos y dijo:

- Ahora que no tienes que aprender lo básico deprisa para poder ir a buscarle, debes entrenar duro para desarrollar todas tus capacidades.

Acto seguido, los dos muchachos terminaron el abrazo y se separaron, el abuelo, que llevaba en la mano el libro, se lo entregó a Scott. Este se quedó mirandolo detenidamente, estaba sorprendido, ha estado tan pendiente de rescatar a su amigo que se había olvidado por completo de que ya no tenía el libro. Leo, Elisa y Rory estaban con la boca abierta, aunque ya sabían la identidad de Scott, estaban sorprendidos porque algo dentro de ellos no se lo terminaba de creer.
Mike de acercó hasta Scott, le puso la mano en el hombro y con una amplia sonrisa le dijo:

- Gracias.
- ¿Por qué? - preguntó Scott desconcertado.
- Porque me curaste el hombro en el tren. Me cerraste el agujero y trataste mi herida, lo suficiente como para que no tuviese que ir en un estado crítico con Rita.
- Pero eso no puede ser, ¿hice yo eso?

Mike asintió.

- Técnicamente sí - dijo su abuelo metiéndose en la conversación.
- ¿Cómo que técnicamente? - preguntó Scott extrañado.
- Se lo he explicado a Mike, pero él ha llegado a la conclusión de que realmente habías sido tú aunque estuvieses medio inconsciente - dijo el abuelo.
- ¿Medio inconsciente?

El abuelo asintió y le explicó a Scott todo lo sucedido en el tren una vez acabó la pelea. Scott estaba muy confuso.

- Pero... - empezó a decir Scott. - Si estaba medio inconsciente, tendría mis lagunas, pero me acordaría ¿no?. Lo último que recuerdo es que estaba en los asientos, Mike cayó al suelo y de repente todo se volvió negro. Después...

Scott se calló repentinamente, se acordó de aquella extraña reunión en la que estuvo y de las palabras de la persona que fue nombrada como Rey Dios. Dichas palabras resonaron en su cabeza: "Nadie conoce la existencia de El Círculo".
"¿Y si nadie tiene constancia de que dicha reunión existe? Si eso fuese cierto, metería la pata hasta el fondo si hablo sobre eso. " pensó Scott.
Las dudas se amontonaban en su cabeza, no sabía que hacer o que decir y tenía que hacerlo antes de que sospecharan de alguna forma.

- Me desperté aquí - pudo decir finalmente.

Sin saber por qué, se quedó pensando en la frase que acababa de decir, su cabeza empezó a divagar con sus recuerdos. Se acordó de la pesadilla que tuvo antes de despertarse en este lugar, de las palabras de la señora mayor y de lo que sucedió instantes después.
"Pronto verás a tu amigo" dijo en su cabeza, repitiendo las palabras de la vieja. 
Después de eso, un pitido le obligaba a mirar hacia un lado y justo el camión lo atropellaba.
De repente Scott movió la cabeza como si se acabase de acordar de algo, cuando, en realidad, acababa de sacar sus propias conclusiones de aquel sueño. Giró la cabeza, miró a Jack muy serio y dijo:

- Quién demonios eres.

Al escuchar esas palabras, Mike y Leo se pusieron en guardia y a Jack se le dibujó una sonrisa siniestra en la cara.