Vatar abrió la trampilla, subió por las pequeñas escaleras y salió fuera de los pasadizos. Los guardianes le siguieron y salieron a la sala del trono. Al ver la sala se quedaron maravillados, parecía una sala de cuento. En el centro, al fondo, subiendo unos pocos escalones, se encontraba el trono vacío, detrás del asiento había una cristalera que iluminaba la sala entera. A los lados había columnas de marfil que, si te posicionabas en uno de los extremos de la sala, tapaban las puertas que había en las paredes laterales y al otro lado había una gran puerta de roble, la puerta principal.
- Se puede saber qué hacéis - dijo Vatar susurrando fuerte al ver que los jóvenes se habían quedado mirando la sala.
- ¿Quién anda ahí? - se oyó una voz procediente de una de las puertas de los lados.Vatar hizo un gesto rápido para que se escondiesen detrás de las columnas. En el momento que se escondieron, la puerta de la pared contraria se abrió y salió un guardia. Mike, que se había escondido con Vatar, le preguntó susurrando:
- ¿No se supone que era el cambio de guardia?
Vatar asintió.
- No debería haber nadie - respondió Vatar en el mismo tono.
- ¿Y la biblioteca dónde está?Vatar señaló en dirección al guardia.
- Pues estamos apañados - dijo Mike suspirando levemente.
- ¿Quién anda ahí? - repitió el guardia.El guardia se acercó lentamente hacia las columnas donde el grupo estaba escondido, observando la sala detenidamente. La tensión del grupo aumentó al oír los pasos casa vez más cerca. Estaba a punto de mirar detrás de las columnas cuando una voz, procedente de dentro de la habitación por dónde había salido, le interrumpió.
- ¿Has encontrado a alguien?
El guardian se paró y dijo:
- No, han debido de ser imaginaciones mías.
Dicho eso, se dió media vuelta y se metió de nuevo en la habitación cerrando la puerta tras él. En cuanto sonó la puerta cerrándose, todos respiraron aliviados.
- ¿Qué vamos a hacer ahora? - susurró Mike. - ¿Cómo vamos a entrar?
Los jóvenes miraron a Mike extrañados.
- Según Vatar, la biblioteca está tras esa puerta - dijo Mike, respondiendo a las miradas de sus amigos.
En cuanto acabó la frase, la expresión de los jóvenes cambió radicalmente y dirigieron sus miradas hacia Vatar. El elfo les miró levemente preocupado durante unos segundos y miró al suelo, buscando una solución en su cabeza. Después de un par de minutos, alzó la cabeza y miró el reloj, quedaban siete minutos antes de que los guardias apareciesen de nuevo en la sala.
- Tengo una idea, pero no acaba bien - dijo Vatar.
- Da igual, dilo - dijo Rory. - No nos sobra el tiempo, ¿no?Vatar respiró profundamente y dijo:
- Esto puede acabar de dos formas. La primera: que tengamos que usar la magia y nos detecten. La segunda: que se nos acabe el tiempo, acabe el cambio de guardia antes de que lleguemos al torreón y haya guardias "esperándonos" arriba.
- Entonces nos van a detectar sí o sí - dijo Elisa con una expresión de preocupación.
- Pero en cuanto lleguemos al torreón, solo tenemos que encargarnos de los guardias y activar la lácrima - dijo Jack. - Una vez nos teletransporte estaremos fuera de peligro.
- Tienes razón - dijo Mike. - Pero, según las opciones que nos has dado, significa que hay un momento clave que nos va a llevar a uno de los dos "finales" y ese momento es...Mike miró a Vatar esperando una respuesta, el elfo miró al techo resoplando y dijo:
- Ese "momento clave" que dices es buscar el libro.
Todos miraron a Vatar.
- No nos vamos a arriesgar por un maldito libro - dijo Rory.
- Te ayudaremos en otra ocasión y de forma más legal - dijo Elisa. - Pero ahora son nuestras vidas las que están en juego.Vatar asintió pesaroso.
- Entiendo, tenéis razón - dijo el elfo. - Pero yo soy aquí el que se conoce los planos, el que ha ideado vuestro plan de escape y el que os va a llevar al reino de las hadas. Así que más os vale ayudarme a buscar el libro o se seguirá derramando sangre y no queréis perder a nadie más, ¿verdad?
Al escuchar esas palabras, Mike apretó los dientes y Rory y Jack le lanzaron una mirada asesina.
- Está bien - dijo Elisa, intentando mantener la calma. - Dinos cómo es el libro para entrar ahí, encontrarlo y marcharnos cuanto antes.
Vatar les describió el aspecto del libro y el grupo se dirigió a la puerta por dónde había salido el guardia. Cuando estuvieron a escasos centímetros de la puerta, Mike dijo:
- ¿Cuánto tiempo nos queda?
- Seis minutos proximadamente - respondió Vatar.
- Hay que ser lo más rapido posible - dijo Mike mirando al resto.Los jóvenes asintieron. Vatar agarró el pomo de la puerta, miró a los jóvenes y comenzó a abrirla lentamente. Entornó la puerta un poco e hizo un gesto para que los chicos se metiesen en la habitación por el hueco que había dejado. Estos se fueron metiendo uno a uno, con el máximo sigilo posible y una vez dentro, se escondían entre las estanterías que había en el centro de la sala. Una vez dentro, el grupo se separó y cada uno comenzó a buscar el libro por su zona de la biblioteca, escondiéndose en todo momento de los guardias. Afortunadamente solo había dos guardias, pero estos estaban muy atentos a su alrededor y en cuanto oían el mínimo ruido, se acercaban a la zona de dónde venía el sonido. El tiempo corría y el grupo no encontraba aquel libro, la desesperación y la angustia invadían poco a poco el cuerpo de los jóvenes. En un intento desesperado de subir a las estanterías del segundo piso, Jack fue descubierto por uno de los guardias.
- ¡Eh! ¿Quién eres? ¿Y cómo has entrado? - preguntó el guardia enfadado.
Jack se quedó inmóvil en las escaleras.
- ¿Estás sordo o qué? - dijo el guardia cada vez más enfadado.
De repente, el otro guardia cayó al suelo inconsciente, dejando a Mike al descubierto. El guardia que estaba pendiente de Jack, se giró al oír un fuerte golpe contra el suelo y vio a su compañero tendido en el suelo y a Mike, de pié, al lado de su compañero.
- ¡INTRUSOS! - gritó el guardia alarmado.
- ¡Joder! - dijo Vatar.Acto seguido Vatar empezó a mover las manos sobre sí mismas en círculos. A los pocos segundos, las extendió con las palmas hacia arriba y de ellas aparecieron dos esferas transparentes que se quedaron levitando sobre sus manos. Miró a los guardias y lanzó las esferas contra ellos. Las esferas se tragaron a los guardias, atrapándoles en su interior y dejándoles inmóviles.
- ¿Qué has hecho? - preguntó Elisa alarmada.
- Son jaulas temporales - dijo Vatar alterado. - Olvidaos del libro, ¡vámonos!Antes de que pudiesen dar el primer paso, una voz proveniente del tercer piso de la biblioteca les hizo quedarse congelados en el sitio.
- Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? - dijo la voz.
ESTÁS LEYENDO
El Libro Encantado
FantasyEsta es la historia de Scott, un chaval con una vida normal... O eso creía él hasta que descubrió un libro que lo cambiaría todo. Se dará cuenta de su potencial y del secreto que hay detrás de el libro... O ¿tal vez no? Una gran guerra, la cual él d...