76. Oeste II

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Scott estaba en guardia, mirando fijamente a Roger, preparado para reaccionar ante cualquier mínimo movimiento que hiciese el hombre. Roger estaba en posición de ataque, agarrando con fuerza las cuchillas de hielo que acaba de crear en sus manos. Después de unos pocos segundos que parecieron minutos, Roger se lanzó al ataque. Se posicionó al lado de Scott a una velocidad que el joven no fue capaz de seguir con la mirada. El hombre fue a cortarle el cuello con un movimiento rápido, Scott saltó hacia atrás instintivamente tapándose el cuello con su brazo, pero no logró esquivar el ataque por completo y Roger le hizo un corte poco profundo en el antebrazo. Rápidamente, el joven puso sus manos al frente y de estas salió una potente ráfaga de viendo que golpeó de lleno al hombre, mandándolo un poco lejos de donde estaban. Acto seguido, antes de que Roger pudiese levantarse del suelo, Scott movió rápido el brazo creando una fina cuchilla de viento que fue directa al hombre. Roger esquivó a tiempo el ataque saltando, ayudado por una pequeña ráfaga de viento creada por él mismo. Cuando el hombre aterrizó en el suelo movió el brazo levemente de arriba abajo, algo dolorido, debido a la caída que había sufrido antes. Instantes después, movió la mano y creó un camino de hielo en el aire, por el que se deslizó hasta llegar al lado de Scott nuevamente. Una capa de viento envolvió su puño y le lanzó un puñetazo al joven. Scott pudo frenar el ataque a tiempo creando un muro de hielo entre los dos.

- Eres bueno, pero te falta experiencia - dijo Roger mientras sonreía.

Scott, ignorando al hombre, dio un puñetazo al muro y por el otro lado salió un pincho de hielo que fue directo al cuello de Roger. El hombre esquivó con gran facilidad el ataque y se alejó un poco del joven.

- Frío y calculador, jaja, ¿lo pillas? Es buenísimo.
- Es malísimo - respondió Scott con una mueca de desagrado en su rostro. - Además es muy cliché.

Roger se llevó la mano a la barbilla y adoptó una pose pensativa durante unos segundos.

- Tienes razón - hizo una breve pausa. - Bien, me he decidido.

Dicho eso, despareció de la vista de Scott y volvió a aparecer detrás del joven. Scott se quedó congelado, ni siquiera había tenido tiempo de darse cuenta que estaba sucediendo.

- Pum, estarías muerto - dijo Roger mientras le tocaba la espalda con el dedo índice.

Scott dio un respingo y en décimas de segundo se giró, apartó la mano del hombre de un manotazo y saltó hacia atrás alejándose de él. Acto seguido alzó la mano y dibujó en el aire un arco de 180° con el brazo. A medida que iba dibujando el arco, sobre su cabeza iban apareciendo pequeños trozos de hielo afilados que apuntaban a Roger.

- Buena reacción, pero muy lenta. Así no vas a conseguir divertirme, mejor amigo.

Scott intentó ignorar las palabras de Roger pero estas le causaron bastante confusión. ¿Por qué le había dicho eso? Y sobre todo, por qué si ha tenido la oportunidad de matarlo, solo le había tocado la espalda mientras le decía que podía haber muerto. El joven apartó las preguntas de su cabeza e intentó centrarse de nuevo en el combate. Chasqueó los dedos y los cristales de hielo salieron disparados hacia Roger. El hombre puso la mano al frente y creo un muro de viento que paró el ataque completamente.

- Buen hechizo, es simple y elaborado al mismo tiempo, pero le falta potencia - dijo Roger mientras señalaba los cristales de hielo que habían caído al suelo.

Dicho eso, dio un puñetazo en el suelo y rápidamente empezaron a salir de la superficie muchas columnas de hielo que formaron una línea recta hasta llegar a Scott. El joven no supo reaccionar a tiempo y recibió el ataque de lleno. Una columna golpeó fuertemente su estómago provocando que el joven vomitara debido al impacto. Se incorporó torpemente mientras se agarraba el vientre con una mano debido al dolor. Roger comenzó a caminar lentamente hacia él cuando de repente desapareció de su campo de visión y apreció detrás de Scott de nuevo. Le pegó una fuerte patada en el costado enviándolo un poco lejos de donde estaba. A la hora del golpe, Scott emitió un pequeño grito de dolor.

- Te falta mucha agilidad y rapidez - continuó hablando el hombre. - Tienes una buena capacidad de análisis pero de nada te sirve. Tus movimientos son aún muy torpes.

El joven se levantó del suelo como pudo. Se llevó una mano a la zona recién golpeada y miró con rabia a Roger. Acto seguido, ignorando su dolor, saltó y chasqueó los dedos provocando de una fuerte ráfaga de viento le impulsara hacia arriba. Puso las manos al frente, juntó la base de sus manos y en el centro de estas se empezó a crear una pequeña bola de energía azul.

- ¡Céntrate en tu objetivo antes de lanzar el ataque! - le gritó el hombre desde el suelo.

Segundos después, salió un rayo de color azul de la bola de energia que en el momento que tocó el suelo lo congeló al instante, creando además pinchos de hielo que salían a gran velocidad de la superficie del hielo recién creado. Rodeó a Roger, encerrándolo en una muralla circular de pinchos, antes de lanzar el rayo directamente contra él. El hombre se protegió únicamente con su brazo derecho, en el momento que el ataque rozó su piel su brazo de congeló al instante. Cuando paró el ataque, con la otra mano dio un puñetazo a su brazo congelado y rompió el hielo que lo cubría. Scott se fijó que lo tenía entumecido.

- Muy bien, este ataque me ha gustado mucho más - le felicitó el hombre.
- Deja de jugar conmigo, ¿qué es lo que pretendes? - le reclamó Scott en cuanto aterrizó en el suelo. - Has tenido varias oportunidades de matarme y lo único que haces es darme consejos.
- Quiero entrenarte para que después matarte sea más divertido. No me puedes negar que estás muy verde. Es casi como luchar contra un niño pequeño, no es divertido.
- ¿Por qué iba a aceptar que me entrenases?
- No me puedes rechazar.
- Ah, ¿no?
- Como mi nuevo mejor amigo y mi sucesor, mi deber es ayudarte. Los amigos se ayudan, ¿cierto?
- Te estás quedando conmigo, ¿tu sucesor? ¿Estás de coña?
- Pequeño iluso, soy el antiguo Guardián de los Hielos Huracanados, que no te haya pasado personalmente MI poder no quita que haya sido el último guardián antes de que llegaras tú. Eso me convierte en tu antecesor.

Scott se quedó callado durante unos segundos antes de seguir hablando.

- Vale, tienes razón.

A Roger se le dibujó una sonrisa en el rostro.

- Pero - continuó hablando Scott. - No tienes ningún "deber". Si me quieres considerar tu "mejor amigo" adelante, la verdad, que te vaya ese rollo asusta un poco pero no me voy a dejar entrenar por ti.

La sonrisa en el rostro del hombre desapareció.

- No tienes elección. Soy el que mejor comprende tu poder.

En cuanto Roger acabó la frase dio un puñetazo al hielo que le rodeaba, rompiendo la muralla, y se posicionó delante de Scott en un abrir y cerrar de ojos. El joven, que se esperaba ese movimiento, fue a apuñalarlo con una pequeña lanza de hielo que había creado mientras hablaban. Roger, al ver el movimiento de Scott, intentó esquivar su ataque pero el joven le clavó la lanza en el hombro. El hombre miró a Scott.

- Aprendes rápido - dijo sonriendo mientras se sacaba el hielo del hombro. - A ver si eres capaz de esquivar tu ahora esto.

Abrió la mano y en su palma se empezó a crear una pelota de viento y en el centro de la bola una estrella puntiaguda de hielo. Scott sabía perfectamente que no iba a salir ileso si ese hechizo le golpeaba. Intentó echarse hacia atrás pero Roger fue más rápido. Cuando estuvo apunto de golpear a Scott, apareció un muro de fuego que bloqueó el ataque y quemó la mano de Roger.

- Aléjate de él - dijo Leo.

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