53. Voces

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Jack estaba tirado en el suelo, con los ojos llenos de lágrimas, mirando fijamente la silueta negra que había entre la niebla.

- ¿Quién hay ahí? - preguntó Jack con la voz temblorosa.

Mientras tanto, las voces no cesaban. El joven agachó la cabeza, hundió el rostro en sus manos y suplicó:

- Por favor, haz que paren.

La voz se empezó a reír a carcajadas y dijo:

- Desgraciadamente no soy yo el que provoca estas voces. Además si fuese un enemigo no pararía solo porque me lo supliques.

La voz se siguió riendo. Jack volvió a dirigir la mirada a la silueta negra, su rostro tenía una expresión de enfado y sufrimiento.

- Cómo te he dicho antes, las voces son los pensamientos más oscuros y profundos de tu interior. El bosque solo los ha sacado a la luz.
- ¿Qué quieres decir? - preguntó Jack.
- ¿No te lo han explicado antes de entrar aquí? - dijo la voz. - El bosque es muy caprichoso y solo si superas su "prueba" te deja pasar.
- ¿Prueba? - preguntó de nuevo Jack. - Solo te deja pasar si no tienes malas intenciones.

La voz se rió a carcajadas y dijo:

- Qué ingenuo. Tus traumas o problemas más profundos, los que no puedes superar y guardas lo más adentro posible de tu interior para que desaparezcan solos. Jajaja, los humanos sois muy peculiares, pensáis que el olvidar lo va a resolver todo. El Bosque Perdido te hace afrontarlos de cara.

Jack no dijo nada, se limitó a volver a taparse el rostro con la mano y llorar en silencio, la situación le superaba. No sabía si estaba hablando solo o con alguien y mientras tanto las voces no paraban. Se produjo un silencio durante un rato. Jack se tumbó bocarriba y con el brazo se tapó la mirada llena de lágrimas.

- Eres patético - dijo la voz. - ¿De verdad eres un Guardián?

Jack se sorprendió al escuchar eso.

- ¿Guardián? - dijo Jack. - Ni siquiera soy una persona fuerte, mirarme.
- Sí, das mucha pena - dijo la voz. - Si esperas que te comparezca o te apoye en el sentimiento lo llevas claro. Estás roto por dentro y autocompadecerte no te está ayudando, ni te va a ayudar.

La voz hizo una pausa y dijo:

- Qué patético.
- Cierra la boca - dijo Jack.

Acto seguido la silueta se acercó hasta el joven. Al oír los pasos, Jack se quitó el brazo de la cara y miró a la criatura que acababa de aparecer ante él. Al verla, Jack se incorporó de inmediato. Era un hombre alto, de pelo negro como el azabache con mechas color rojo sangre y con las orejas acabadas en punta. El iris de su ojo derecho era de color rojo intenso y el de su ojo izquierdo era blanco como la nieve. El tono de su piel era muy blanco. Vestía una túnica color gris ceniza que le cubría hasta los pies, pero los brazos estaban al descubierto, eran gruesos, definidos, del mismo color que su pelo y sus dedos eran grandes garras afiladas. Desprendía un aura muy oscura. Su figura imponía mucho, el joven tembló de terror, su instinto le decía que era un ser peligroso y que no tenía ni una sola oportunidad contra él.

- Vaya - dijo la criatura. - Así eres aún más patético.

Jack era incapaz de hablar, el miedo le había paralizado por completo.

- ¿No vas a decir nada? - siguió hablando la criatura.
- ¿Qui...qui...quién eres? - logró decir Jack con un hilo de voz.
- Por lo que veo, no vas a ser capaz de decir nada más. Qué pena, antes estabas más hablador - dijo la criatura mientras suspiraba. - Entonces me presentaré, soy el Rey Demonio.

A Jack se le heló la sangre al escuchar esa frase.

- Cómo... - empezó a decir el joven, pero no pudo terminar la frase.
- Sorprendido, ¿verdad Jack? - dijo el Rey Demonio.

El silencio reinó la zona. Jack estaba paralizado, asimilando todo lo que estaba sucediendo. La preguntas invadían su cabeza.

- Por la expresión de tu rostro, veo que no te lo esperabas y que tienes algunas preguntas - dijo el Rey Demonio. - Adelante, soy todo oídos.

Jack estaba en silencio, no le salían las palabras de la boca.

- Si te crees que te voy a matar o algo por el estilo, no lo voy a hacer - dijo el Rey Demonio. - Si esa hubiera sido mi intención te hubiese matado hace rato.

Jack reflexionó en su cabeza lo que acaba de decir. Tenía razón, había estado indefenso, mostrando debilidad desde el primer momento y lo seguía mostrando, si le hubiese querido hacer daño ya lo habría hecho.

- Para empezar - dijo el Rey Demonio mientras pasaba su mano por el rostro de Jack, quitándole las lágrimas de los ojos. - Si vamos a mantener una conversación no me lloriquees. Hablemos de rey a Guardián como es debido.

Acto seguido le agarró de la pechera y le levantó del suelo. En cuanto el joven puso los pies en el suelo, obligó al Rey Demonio a soltarle, dándole un golpe con el antebrazo en su mano. Una vez estuvo libre, se separó de él saltando hacia atrás e inconscientemente se puso en posición de ataque.

- ¿Uh? Qué cambio de actitud tan repentina - dijo el Rey Demonio.

En cuanto terminó de hablar, se movió a una velocidad increíble hasta ponerse de nuevo delante de Jack. Al joven no le dio tiempo a reaccionar, ni siquiera había podido seguirle con la mirada.

- Pero de nada te sirve ahora hacerte el valiente - continuó hablando el Rey Demonio.

Jack no se movió, sabía que el Rey Demonio estaba alardeando de poder y de la ventaja que llevaba sobre él y que si lo hacía, se repetiría lo sucedido una y otra vez hasta que mantuviesen la conversación tan ansiada por el rey. No tenía escapatoria.

- ¿Por qué me has llamado Guardián? - preguntó Jack sin rodeos.
- Vaya, si que has espabilado rápido mocoso - dijo el Rey Demonio sorprendido. - Si no te hubiese visto en ese estado, me hubiese costado pensar que hace unos segundos estabas tirado en el suelo llorando.
- No me has respondido - insistió Jack.
- Relájate - dijo el Rey Demonio. - Después de todo lo que ha pasado creo que adoptar ahora una actitud soberbia no es lo adecuado.

Jack no respondió, se quedó mirándole fijamente.

- Qué mocoso más patético - dijo el Rey Demonio mientras se separaba un poco de Jack. - Que por qué te he llamado Guardián ¿no? Pues la respuesta es simple, ¿es necesario que te la diga?

Jack no dijo nada, seguía mirándole fijamente. El Rey Demonio suspiró y con un leve tono de burla dijo:

- Por lo que parece sí voy a tener que responder. " Poque ere u Guardián".

Jack siguió mirando fijamente al Rey Demonio sin decir nada, pero su mirada hablaba por él, quería una explicación.

- Lo siento, si quieres una explicación haz memoria tú, algún Guardián ha muerto y te ha pasado su poder - dijo el Rey Demonio como si no quisiera saber nada.

La expresión de Jack cambió radicalmente al caer en la cuenta y recordar el momento en el que se había convertido en un Guardián, el Rey Demonio tenía razón.

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