Scott y Zarut se encontraban en mitad del pasillo, espalda contra espalda, rodeados por las tropas del Rey Dios.
- ¿Nos quieres decir a qué viene esto? - preguntó Zarut.
El Rey Dios, que estaba al final del pasillo, junto con Yehiba, sonrió y dijo:
- Se me olvidó comentaros un par de cositas. Yehiba tiene el poder de la premonición. Ya estaba avisado de que ibais a llegar, dos días antes de vuestra llegada.
- ¿Y por eso nos tienes que apresar? - dijo Scott.El Rey Dios negó con la cabeza y dijo:
- Os apreso por la premonición de Yehiba. Ya se ha cumplido la mitad de lo que me contó. "Tres guardianes y un rey se presentarán ante ti buscando tu ayuda por un ataque demoníaco. Después los miembros del consejo intercambiarían información. Uno de los presentes alertará a los demonios y estos vendrán a por lo que es suyo. Los gemelos guardianes despertarán y lucharán para impedir que entren los demonios, pero el elemento será robado".
- No tiene ni una pizca de sentido lo que nos acabas contar - dijo Scott retrocediendo un poco al ver que tenía una espada a pocos centímetros del cuello.
- ¿Qué te traes entre manos Rey Dios? - preguntó Zarut. - ¿Qué es eso que los demonios vendrían a recuperar?El Rey Dios puso la mano en la puerta roja que había detrás de él y dijo:
- Aquí está...
- ¿Crees qué es seguro decirlo delante de tanta gente? - le cortó Scott mirando a los ángeles armados.El Rey Dios suspiró y fue a abrir la boca para decir algo, pero fue interrumpido por una voz al otro lado del pasillo.
- Qué es todo esto - dijo la voz.
Todo miraron a la persona que acababa de hablar y se llevaron una gran sorpresa, era Leo.
- Qué está pasando aquí - dijo Leo.
Todo el mundo estaba callado, nadie se atrevía a decir una sola palabra.
- Primero nos privas de tu ayuda y después, arrestas a mis amigos. ¿Por qué?¿De qué bando se supone que estás? - dijo Leo enfadado.
- Esto no es lo que te piensas - dijo el Rey Dios serio.
- ¿Ah no? Pues dime qué es exactamente, porque todo apunta a lo que estoy pensando.El Rey Dios bajó la mirada y dijo:
- Apresadle a él también.
Acto seguido, cinco ángeles se lanzaron a por Leo, rompiendo el círculo de soldados con el que rodeaban a Scott y Zarut.
Cuando Leo les vio acercarse, el iris azul de sus pupilas cambió a un rojo intenso y dijo:- A mi no me tocáis.
Leo alzó la mano y cerró el puño. Los ángeles frenaron en seco, empuñaron sus armas y se prepararon para el ataque. Leo impactó el puño contra el suelo y de debajo de cada ángel, apareció un círculo rojo. Los ángeles miraron a sus respectivos círculos algo asustados. A los pocos segundos, de los círculos emergió una columna de fuego que impactó directamente contra los ángeles, haciéndoles caer al suelo inconscientes con quemaduras severas por todo el cuerpo. El resto de ángeles, al ver el brutal ataque contra sus compañeros, se lanzaron a por Leo, rompiendo la formación y dejando a Scott y Zarut sin vigilancia. En ese momento, los dos jóvenes aprovecharon para realizar su ataque. Zarut estiró el brazo y en un instante su brazo se transformó en un brazo de dragón con escamas blancas y verdes. En cuanto la transformación estuvo completa, Zarut se lanzó contra los ángeles que había en la retaguardia y de un zarpazo, mandó a volar a casi todos, haciendo que impactasen contra las columnas del templo. Cuando Zarut se libró de la retaguardia, Scott puso la mano al frente con la palma hacia arriba, cerro la otra mano y golpeó el puño contra la palma. Al instante apareció un bloque de hielo sobre los ángeles que estaban al frente del ataque, cayendo sobre ellos y aplastándoles contra el suelo. El Rey Dios y Yehiba estaban muy sorprendidos, en cuestión de minuto y medio o menos, habían acabado con todos los soldados.
- ¿Y bien?¿Ahora nos vas a abrir la puerta? - dijo Zarut con una mirada asesina, mientras su brazo volvía a la normalidad.
- Por lo que acabo de ver no sois miembros del consejo solo de boquilla - dijo el Rey Dios.
- Que abras la puerta - dijo Zarut casi gritando.El Rey Dios se giró y empujó la puerta. Mientras la puerta se abría, Scott se acercó hasta Leo.
- Me parecía raro que te fueses a dar una vuelta sin conocerte el templo. ¿Qué es eso de que vosotros dos sois miembros del consejo? - dijo Leo mirando a Scott.
Scott suspiró y dijo:
- Ya te lo explicaré más tarde. Ahora no hagas muchas preguntas.
Leo dudó por un momento, no sabía que era lo que estaba pasando, pero asintió y siguió a Scott. Cuando la puerta se abrió del todo, el Rey Dios, Yehiba y los tres jóvenes se metieron dentro de la sala.
Una vez dentro, la puerta se cerró detrás de ellos. Dentro de la estancia, había dos altares de piedra, encima de uno había una tabla de arcilla con palabras escritas y encima del otro había un orbe de color oscuro con una runa grabada en su interior. El orbe no llegaba a tocar la superficie del altar e irradiaba un aura poderosa a la par que oscura y misteriosa.- ¿Qué es eso? - preguntó Scott señalando el orbe.
El Rey Dios, ignornado la pregunta de Scott, levantó los dedos y la tabla de arcilla comenzó a levitar, atrajo los dedos hasta él y la tabla se acercó flotando hasta posarse en las manos de Zarut.
- Preguntabais por la tabla de escritura que tenía en mi poder ¿no? - dijo mirando a Scott y a Zarut. - Pues aquí tenéis.
Dicho eso miró a Scott y dijo:
- Y podréis descubrir qué es "eso".
- Que cambio de humor, ¿cómo es que, de repente, ya no te preocupa que "vayan a venir" los demonios? - dijo Scott al Rey Dios con una mirada desafiante.El Rey Dios se encogió de hombros, se dio media vuelta y dijo:
- No me apetece discutir. Vosotros haced los asuntos por los que hayáis venido, que yo seguiré con lo mío.
- A mi sí que me apetece discutir, nos has intentado arrestar - le reprochó Scott.
- Perdonadme, ha sido un malentendido.
- ¿Un malentendido?¿Con lo seguro que estabas de que por nuestra culpa iban a aparecer esas criaturas?Scott notó que alguien le posaba la mano en el hombro, se giró para ver a la persona que le estaba tocando y se encontró con los ojos de Leo.
- No sigas - dijo Leo suspirando mientas quitaba la mano del hombro. - Se mejor que nadie, que así, no vais a llegar a ninguna parte.
- Pero... - empezó a decir Scott, pero se calló en cuanto vio a Leo negar con la cabeza.Scott lanzó una mirada de desconfianza al Rey Dios y se aproximó hasta Zarut, quien acababa de empezar a leer la tabla de escritura. A medida que Zarut avanzaba en su lectura, su expresión iba cambiando poco a poco a preocupación. Cuando terminó de leer la tabla, alzó la mirada y mirando a los ojos al Rey Dios dijo:
- Tu sabías todo esto y no has dicho nada.
El Rey Dios asintió sin desviar la mirada. La tensión del ambiente se volvió abrumadora. Un sentimiento de temor invadió por completo el cuerpo de Scott. Los dos reyes se mantenían inmóviles, manteniendo aquella mirada que parecía que si pasabas por medio de los dos, te asesinarían al instante. Scott se giró para ver a Leo, el joven estaba de pie en el sitio, asustado, le temblaban ligeramente las piernas. Leo comenzó a mover los labios mirando a Scott, este, a duras penas, logró captar el mensaje, nada alentador, leyendo sus labios. "Nunca le había visto así, no sé lo que puede pasar" fue el mensaje de Leo. Scott se volvió a girar para ver de nuevo el duelo de miradas que mantenían los dos reyes, tragó saliva y preguntó:
- ¿Qué es lo que dice la tabla?
- Esa esfera oscura por la que has preguntado antes, es una de las seis marcas de los seis magos que invocaron a los demonios hace siglos.Hubo unos segundos de silencio.
- ¿¡Qué!? - dijo Scott alarmado.
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El Libro Encantado
FantasyEsta es la historia de Scott, un chaval con una vida normal... O eso creía él hasta que descubrió un libro que lo cambiaría todo. Se dará cuenta de su potencial y del secreto que hay detrás de el libro... O ¿tal vez no? Una gran guerra, la cual él d...