56. Krey

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Elisa y Rory caminaban entre la niebla dadas de la mano. Sabían que en el momento que se soltaran el bosque las iba a separar.

- Ya deberíamos haber llegado a Hudisia - dijo Elisa extrañada.
- Es posible, pero ten en cuenta que dentro del bosque no hay noción del tiempo - dijo Rory. - Cuando nos volvamos a encontrar con Mike, Vatar o Jack puede que para ellos hayan pasado cinco minutos o cinco horas.

Elisa se quedó pensativa, lo que acababa de decir Rory era cierto, pero le daba la sensación que algo no estaba yendo bien. Estaba completamente segura de que deberían de haber atravesado ya el bosque.

- Algo no marcha bien - dijo Elisa después de un rato sin parar de caminar.
- ¿Otra vez con eso? - dijo Rory. - Ya te he dicho que...
- Tengo oídos, sé lo que me has dicho - dijo Elisa cortándole. - Además yo también he estudiado geografía y me sé el comportamiento de este lugar. Estaba sentada a tu lado en clase, ¿recuerdas?
- Qué borde - le reprochó Rory.
- Voy a hacer el hechizo de exploración para investigar el terreno - dijo Elisa.
- La niebla no te va a permitir ejecutar bien el hechizo, además si lo consigues ejecutar vas a gastar mucha energía y va a ser muy débil.
- Lo sé, pero para eso te tengo aquí, para que me ayudes.
- Qué morro tienes.

Elisa sonrió como si no fuese a hacer nada malo. Acto seguido se puso seria, cerró los ojos y se concentró. Rory sentía como su energía se iba por la mano con la que estaba agarrada a Elisa.

- El hechizo que voy a usar es un poco distinto al hechizo de búsqueda - dijo Elisa sin abrir los ojos.
- La búsqueda del pensamiento - dijo Rory.
- Exacto. Al dominarlo, no consume tanta energía como en el hechizo de búsqueda.

Dicho eso, Elisa emitió una onda mágica que solo percibía ella, al cabo de varios segundos emitió otra y así durante varios minutos. Debido al bosque, las ondas no tenían mucho alcance, pero tenían el suficiente como para detectar a todas las personas que había a su alrededor. Pasados cinco minutos, Elisa dejó de emitir ondas y su expresión cambió radicalmente. Rory, al ver la cara de su amiga, dijo:

- ¿Qué has detectado?¿Quienes hay cerca?

Elisa se había quedado muda, se rostro estaba cada vez más pálido y era incapaz de de gesticular ninguna palabra.

- Eli, ¿estás bien? Quienes hay cerca - dijo Rory un poco preocupada al ver que su amiga no respondía.

La joven zarandeó un poco a Elisa para que reaccionase de alguna forma. Al sentir el movimiento, Elisa miró a Rory y esta al ver la expresión de su mirada su preocupación aumentó de golpe.

- Elisa dime algo por favor - dijo Rory a punto de llorar de preocupación.
- No... no me sueltes... - respondió finalmente Elisa con voz temblorosa.

Rory notó que su amiga cada vez la apretaba con más fuerza. La joven agarró con las dos manos la mano de Elisa y dijo:

- No te voy a soltar, estoy aquí. Dime lo que has sentido.

Elisa cogió aire y dijo:

- Estamos rodeadas.
- ¿¡Cómo!? - dijo Rory muy sorprendida. - ¿Quién más está en este bosque?
- Todos - respondió Elisa.

Rory permaneció en silencio esperando a que su amiga le explicase quienes eran todos.

- A la derecha, a escasos metros, está Jack, herido. Cerca de él hay una criatura con aura maligna y poderosa. A la izquierda está Mike con otra persona. Vatar está desaparecido. El resto de personas que nos rodean... - dijo Elisa.

La joven no pudo acabar la frase, cayó de rodillas al suelo mientras las lágrimas se asomaban por sus ojos y pedía perdón.

- De verdad que no era mi intención... Yo no quería... - dijo Elisa entre lágrimas.

Rory se agachó muy preocupada y abrazó a su amiga, nunca la había llegado a ver en ese estado.

- Yo no quería de verdad... - repetía Elisa sin parar.
- Eli, Eli, estoy aquí, no pasa nada - dijo Rory intentando consolarla sin éxito.

Ver el estado de su amiga provocaba que se le encogiera el alma, por mucho que la hablase o la abrazara no era capaz de consolarla. Elisa no paraba de llorar y constantemente repetía las mismas palabras. Rory sabía que no era el momento de preguntar quienes eran esas personas, su amiga estaba encerrada en si misma y no iba a responderla.

- Son... los habitantes del pueblo Krey - dijo Elisa de repente.

A Rory le cambió la expresión del rostro de inmediato al escuchar esas palabras. En cuestión de segundos, analizó la situación y empezó a atar cabos, en su cabeza elaboró una teoría que esperaba desesperadamente que no fuese cierta. Se separó de su amiga y cogiéndola por los hombros, hizo que le mirase a los ojos.

- El pueblo Krey fue masacrado hace años - dijo Rory seria. - Por qué están aquí sus habitantes rodeándonos y cómo sabes que son ellos.

Elisa no dijo nada, se limitó a mirarla con los ojos llenos de lágrimas. Rory la zarandeó mínimamente y dijo:

- Elisa, respóndeme.

Elisa desvío la mirada y siguió callada. El ambiente estaba un poco tenso. Rory necesitaba una respuesta, debido al estado de su amiga se temía lo peor, pero Elisa no era capaz de responder, no le salían las palabras. Pasado un rato, Elisa dijo:

- Buscan venganza, están llenos de pensamientos negativos, ya que no dejé a ni uno vivo.

Rory se quedó congelada en el sitio, una gota de sudor frío le recorrió la sien.

- Ya que no dejaste a ni uno vivo... - repitió Rory las palabras de Elisa.

Elisa rompió a llorar nuevamente.

- No era mi intención... - repetía de nuevo la joven una y otra vez.
- ¿Cómo que no era tu intención? - dijo Rory volviendo del estado de shock.

Elisa seguía disculpándose y repitiendo la misma frase constantemente. Rory estaba preocupada, agobiada y asustada, no sabía cómo digerir la situación. En un acto desesperado, levantó la mano para darle un guantazo a Elisa para que reaccionara, pero escasos centímetros antes de que su mano impactase contra la cara de su amiga, alguien la detuvo agarrándola del antebrazo. Rory miró a la persona que le había detenido y una expresión de terror apareció en su rostro. La cara de la persona que le había detenido estaba desfigurada, tenía un ojo colgando y quemaduras muy graves por todo el cuerpo.

- No te permitiremos que golpees a nuestra presa - dijo una voz detrás de ella.

A la joven se le heló la sangre, era incapaz de moverse, el miedo invadía todo su cuerpo. De repente sintió cómo le tocaban el hombro, desvió la mirada hacia la zona donde estaba sintiendo el contacto y vio una mano a la que le faltaban tres dedos. Quiso gritar y echar a correr, pero tenía tanto miedo que no podía ni abrir la boca para gesticular. La mano se movió hasta tocar su pecho derecho y a su izquierda apareció una cara con la piel medio arrancada.

- Qué tal si jugamos contigo también - dijo la cara mientras se relamía.

Rory estaba a punto de desmayarse, a duras penas lograba mantenerse consciente. La persona que le había agarrado del antebrazo aún no le había soltado y la cara que le estaba acosando no tenía intención de dejarla. La mano que tenía agarrándole el pecho, empezó a masajearselo y a jugar con sus senos. De repente otra mano le agarró de los pelos y tiró fuerte hacia atrás obligándola a mirar hacia arriba. A escasos centímetros de su cara, estaba la cara de una mujer totalmente desfigurada y golpeada.

- Comencemos la tortura - dijo la cara de la mujer mientras se reía.

Acto seguido más de una docena de manos la agarraron distintas partes de su cuerpo y empezaron a golpearla, pellizcarla, arañarla y manosearla. Rory estaba llorando aterrorizada y en medio de la desesperación pegó un grito desgarrador.

El Libro EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora