El abuelo cruzó la puerta creada mágicamente y entró en la estación, Mike le siguió y Scott se paró en el umbral de la puerta, dudando si entrar o no. Seguía confuso, por mucho que intentase asimilar rápido todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, le costaba hacerlo. Miró de nuevo la puerta y un torbellino de emociones invadió su cuerpo, estaba nervioso por todo lo que le iba a pasar en el momento que cruzase la puerta pero sobre todo, tenía miedo, no sabía qué iba a suceder o cómo le iba a cambiar la vida una vez cruzada la puerta, pero una cosa era segura, su vida ya no iba a ser la misma. Miró al frente y se encontró con los ojos de su abuelo, Scott sintió como su mirada le invitaba a pasar a la estación.
- Venga, entra sin miedo - le dijo su abuelo.
Scott asintió y finalmente cruzó la puerta.Una vez en el andén, Scott se fijó en la decoración de éste. Estaba ambientado en la revolución industrial, Scott miró hacia arriba y se percató de que no había techo, era una estación al aire libre. Estaba mirando la estación cuando oyó a lo lejos un silbato, giró la cabeza en dirección al sonido que había oído y se quedó de piedra. El tren estaba volando. Unos railes de color dorado aparecían a su paso para avanzar y desaparecían una vez que el último vagón había pasado sobre ellos.
Era un tren de vapor, su locomotora era de color plata y el color de sus vagones se iban alternando entre rojo y amarillo. Scott no podía pronunciar ni una sola palabra. De repente sintió un golpecito en el hombro, era su abuelo.
- No te lo esperabas ¿verdad? - le dijo su abuelo.
Scott negó con la cabeza.
El tren se posó cuidadosamente cerca del andén, acto seguido los vagones abrieron sus puertas y del primer vagón salió un hombre vestido como el botones de un hotel con un megáfono en la mano. Se puso el megáfono en la boca y dijo:
- ¡Pasajeros al tren!
El abuelo, Mike y Scott entraron en el tercer vagón. Los vagones estaban divididos en cuatro pequeñas salas conectadas por un pasillo situado a uno de los laterales del vagón. Los tres se metieron en una sala; Mike y Scott se sentaron en uno de los dos sofas que había y el abuelo se sentó solo en el sofa de enfrente. Pasaron unos segundos y en el exterior se se oyó al botones decir:
- ¡Último aviso! ¡Pasajeros al tren!Tres hombres vestidos como ingleses del siglo XX entraron en el tercer vagón en el último momento y se metieron en la sala siguiente a la de Scott.
Sonó el silbato y se cerraron las puertas de los vagones, seguidamente el tren se separó del andén y comenzó a volar. Scott estaba pegado a la ventana, miraba alucinado como el tren iba cogiendo altura. Pasaron unos minutos hasta que Scott se despegó de la ventana, miró a su abuelo y a Mike esperando a que le cuenten algo sobre el lugar hacia el que se dirigían y se acordó de que tenía una pregunta que hacerles.
- ¿Qué pasó con el antiguo guardián? - preguntó.
En cuanto terminó de formular la pregunta, su abuelo le miró a los ojos y Mike miró al frente con expresión seria. Scott sintió un poco de miedo por la reacción de ambos, pero a la vez aliviado porque su pregunta por fin había sido escuchada.
El abuelo respiró profundamente y comenzó a hablar.
- El Guardián de los hielos huracanados...
El abuelo se calló al ver que Mike le hizo un gesto con la mano para que se callase.
- Esto me toca a mi contarlo - dijo Mike con expresión seria.
El abuelo asintió y sin dejar de mirar al frente Mike empezó a hablar.
- El Guardián de los hielos huracanados, Roger, robó el pergamino prohibido, el pergamino que Lelanto les entregó a los 6 magos, con él en tu poder tienes el control absoluto sobre los demonios.
- Pero... Según me habéis contado el pergamino que invocó a los demonios se lo quedaron los 5 magos que se interesaron por aprender magia negra, porque mi abuelo no salió corriendo con el pergamino en la mano ¿no? - le interrumpió Scott.
Mike asintió con la cabeza.
- En la primera guerra que hubo contra los demonios, tu abuelo se enfrentó cara a cara con un mago del grupo que se encargaba custodiar el pergamino, su mejor amigo Kryox, y después de una dura batalla logró quitarles el pergamino. En la segunda guerra tu abuelo ya había creado el libro y gracias a eso aparecieron los guardianes. Con el pergamino utilizado como escudo para que no entrasen al reino y los guardianes atacando al frente no tuvieron oportunidad de hacer nada.
Pero hace unos cincuenta y cinco años, Roger, cegado por el poder, quiso hacerse más fuerte pero sabía que difícilmente iba a ser más fuerte que el guardián elegido para proteger el libro, ya que él tiene acceso a hechizos más fuertes y a su vez más complejos. Un día, lleno de ira y frustración, entró en la cámara de los tesoros y se llevó el pergamino, quería ofrecerselo a los demonios para que a cambio le hicieran más fuerte.Mike hizo una pausa, respiró profundamente y continuó.
-Mi padre, un mago de élite, se dio cuenta de sus intenciones y le intentó parar los pies a las puertas de la frontera del reino, pero su poder no era suficiente para hacerle frente y en un descuido, Roger le cortó la pierna a mi padre. Le dejó tendido en el suelo, desangrándose e inconsciente y cuando estuvo a punto de matarle, apareció tu abuelo y le salvo la vida.
Se enfrentó a Roger y le lanzó un hechizo que le arrancó los poderes y los selló en el libro, pero cuando iba a atraparle, Roger se logró escabullir con el pergamino y no se supo más de él.Scott estaba sorprendido, miró a su abuelo y éste asintió como si estuviese diciendo que lo que le acababa de contar Mike era real.
Scott miró a Mike, éste había dejado de mirar al frente para mirarle a él, Scott asintió sin saber lo que estaba haciendo y dijo:
- Me vais a tener que aclarar un par de cosas.-------
En la sala de al lado reinaba el silencio. Los tres hombres se miraron a la vez y se levantaron.
- Ya es hora - dijo uno de ellos con voz profunda.

ESTÁS LEYENDO
El Libro Encantado
FantasiEsta es la historia de Scott, un chaval con una vida normal... O eso creía él hasta que descubrió un libro que lo cambiaría todo. Se dará cuenta de su potencial y del secreto que hay detrás de el libro... O ¿tal vez no? Una gran guerra, la cual él d...