91. Este IV

2 1 0
                                    

Zarut y Vatar se encontraban dentro de la ola oscura creada por Inés, luchaban por salir de ahí pero no eran capaces. Los segundos iban pasando y se iban quedando sin oxígeno poco a poco, por más que intentaban moverse dentro del agua no lo conseguían, parecía una prisión mortal. La desesperación por necesitar respirar empezó a aparecer, sus movimientos eran cada vez más bruscos y rápidos hasta que llegó un punto en el que dejaron de moverse. Cuando Inés vio que ya no se movían, hizo un gesto con la mano y la ola se metió dentro de la tierra, dejando en el suelo los cuerpos de Zarut y Vatar. Hubo un momento de silencio, el Rey Demonio se echó a reír, acto seguido movió los brazos de dentro hacia fuera y el escudo que le protegía de Luxus se expandió, bloqueando por completo sus hechizos y lanzando al hombre un poco lejos. Luxus maniobró rápidamente en el aire para caer de pié.

- Muy bien, muy bien mi querida Inés - le felicitó el Rey Demonio mientras aplaudía. - Dos menos, ¿qué vas a hacer mago supremo?

Luxus se le quedó mirando fijamente.

- ¿Ya has ganado? - le preguntó Luxus un tono sarcástico.

Arkgozt le fue a responder con una amplia sonrisa pero fue interrumpido por Zarut y Vatar que, de repente, empezaron a toser mientras escupían agua.

- Ha estado cerca - dijo Zarut mientras  mientras respiraba con torpeza.

La expresión del Rey Demonio cambió de alegría a enfado.

- Putas cucarachas. Inés, ya sabes lo que tienes que hacer, no seas inútil.

Inés asintió levemente sin mirar al Rey Demonio y se preparó para lanzar otro hechizo. Zarut se puso en guardia dispuesto a contraatacar pero Vatar levantó un muro alto transparente alrededor de ellos.

- No te precipites - le dijo Vatar a Zarut. - Casi nos ahogamos, date un minuto para respirar agusto y calmarte.

Zarut respiró profundamente y empezó a toser de nuevo, aún le quedaba un poco de agua en sus pulmones.

- Tienes razón - dijo Zarut.

Después de que ambos tosieran un poco más y estabilizaran su respiración, se prepararon para atacar. Zarut se fijó que Inés no había realizado ningún movimiento aún.

- ¿No ataca?¿Va a desobedecer la orden de Arkgozt? - preguntó confundido.
- No es eso - respondió Vatar. - Conoce este hechizo. Se trata de un muro de tiempo que absorbe todos los hechizos que se lanzan contra él, los envía atrás en el tiempo, a un segundo antes de que sean lanzados y además, el hechizo aparece justo detrás de la persona que lo ha conjurado, de modo que el mago recibe su propio ataque antes de que lo lance.

Zarut se le quedó mirando como si le acabasen de explicar una teoría cuántica.

- Menuda paradoja - respondió. - Bueno, el caso es que no nos va a atacar mientras esté este hechizo activo.
- No - aclaró Vatar.

Zarut volvió a mirar a Inés. Se quedó pensando en las palabras de Vatar: "Te vi morir. Estaba presente en el momento que te asesinaron". "¿Por qué no les protegió?" se preguntó. Algo no le cuadraba, Vatar estaba en su bando y además conocía los planes de los elfos oscuros, pero ¿solo les advirtió? ¿No hizo nada para impedir lo que sucedió? Cada vez más preguntas aparecían en su cabeza. De repente la voz de Vatar hizo que volviese a la realidad.

- ¿Por qué estas viva? - preguntó Vatar directamente a Inés. - ¿Cómo es posible?

Inés alzo la cabeza, sus ojos verdes estaban vidriosos.

- Estuve muerta - respondió. - O eso creo, tengo la sensación de que lo estuve, pero mis recuerdos son muy confusos. Cuando os miro siento que os conozco, pero es la primera vez que os veo y por vuestras reacciones vosotros me conocéis a mí muy bien.

Hizo una pausa, Vatar se quedó de piedra al escuchar eso, una gota de sudor frío le recorrió la sien.

- Me da mucha pena tener que mataros porque quiero saber quién soy.

Vatar permanecía callado, Zarut no se creía lo que acababa de escuchar. Habían revivido a Inés de entre los muertos, no era nigromancia. Inés estaba viva. Permanecieron inmóviles, sin decir ni una sola palabra, ese tipo de magia era completamente tabú para cualquier tipo de raza, aunque existen hechizos para revivir y hay criaturas que tienen más afinidad con ese tipo de hechizos, el precio a pagar es muy alto. La vida es un camino con un principio y un fin, cuando ese camino se altera puede afectar de muchas formas y la amnesia de Inés era una de ellas.

- Lo único que sé es que vosotros habéis dañado a Jack y por mucho que mi cuerpo se resista a atacaros, no voy a permitir que le lastimeis más - añadió Inés. - Antes has explicado el hechizo que os protege. Es cierto que sí lo recuerdo por eso no he sido imprudente, pero también recuerdo su punto débil.

Zarut miró a Vatar esperando una explicación, ya que eso no se lo había contado. Mientras tanto Inés puso la mano al frente y delante de su mano se empezó a dibujar una constelación.

- Un hechizo muy potente puede romper el muro, ya que tiene un límite a la hora de absorber magia, si dicho límite se sobrepasa, el muro colapsa y se rompe - dijo Vatar sin cambiar en ningún momento la expresión de su rostro.

Cuando la constelación estuvo completa, se iluminó con mucha fuerza, hasta el punto de que hacía daño a los ojos mirarla directamente.

- Invoco de las doce constelaciones el poder del león: constelación del león, Leo.

Acto seguido, de la constelación comenzó a salir energía que adoptó la forma de la cabeza de un león. La cabeza rugió con fuerza y envuelta en energia luminosa de color amarillo salió disparada hacia Zarut y Vatar. A escasos centímetros del muro, abrió sus fauces y golpeó el muro con mucha fuerza. Zarut, viendo que el muro se iba a hacer añicos, cubrió sus brazos con escamas de dragón, se puso delante de Vatar, que seguía en shock, y se preparó para el impacto. Segundos después, el muro se rompió e impactó contra Zarut y Vatar, generando una explosión que levantó mucho polvo. Luxus se cubrió los ojos con el brazo y en el momento que pudo volver a mirar con comodidad, fue a correr para comprobar que estaban bien y ayudarles pero fue detenido por el Rey Demonio que apareció delante de él sin previo aviso.

- ¿Te has olvidado de mí? - preguntó juguetón.

Sin darle tiempo para reaccionar, le fue a asestar un puñetazo, pero Luxus fue más rápido y lo logró esquivar a tiempo. El hombre contraatacó con otro puñetazo pero el Rey Demonio lo paró con su antebrazo. Así siguieron durante un rato, intentando golpearse a base de puñetazos, pero ningún golpe llegó a dar a ninguno de los dos. Arkgozt, cansado de que le parase los ataques, invocó unas cadenas negras que salieron del suelo y agarraron al hombre por sus extremidades. Luxus intentó librarse de las cadenas pero estas tiraron hacia abajo haciendo que se arrodillase.

- Mírate - dijo Arkgozt mirándole por encima del hombro. - Patético.

Dicho eso, en la palma de su mano se comenzó a formar una bola de oscuridad. Fue a impactar la esfera contra el pecho de Luxus pero el sonido de algo moverse en la tierra le frenó. Giró la cabeza y vio a Jack levantarse con torpeza.

- Hombre, te has despertado, por fin - dijo Arkgozt mientras se incorporaba y deshacía el hechizo. - ¿Quieres hacer los honores?

Jack miró a Luxus y después miró al Rey Demonio.

- Sí - respondió el joven.

El Libro EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora