57. Poder

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El Rey Demonio caminó pausadamente hasta el lugar en el que se encontraba Jack. La pelota oscura había impactado de lleno contra él, pero afortunadamente había podido crear un muro de agua escasos momentos antes de que el hechizo le alcanzase. Si no lo hubiese hecho, probablemente ahora estaría al borde de la muerte.

- Gritas como una princesa en apuros - dijo el Rey Demonio mientras se reía.
- Ese grito no ha sido mío - dijo Jack mientras se levantaba a duras penas. - Por la voz, habrá sido de Rory o Elisa. A si que acabemos rápido con esto, que tengo cosas que hacer.

El Rey Demonio se echó a reír.

- Solo con oír el berrido que se ha escuchado sabes seguro que han sido tus amigas - dijo el Rey Demonio riéndose a carcajadas. - ¿Tienes como amigas a un cruce entre focas marinas y elefantes?

El Rey Demonio no podía parar de reírse.

- Retiralo - dijo Jack enfadado.
- No - dijo el Rey Demonio mientras se intentaba calmar un poco. - Además, ¿te crees que por decirme que tienes cosas que hacer me vas a vencer antes? Es muy triste y penoso que te creas ahora el héroe, cuando hace un rato, si no llega a ser por mi, seguirías tirado en el suelo llorando. Es hora de demostrarte la diferencia de poder y de meterte en nuestro ejército.

Dicho eso, el Rey Demonio juntó las manos, las separó y en el centro de empezó a crear un pequeño vórtice negro como el azabache. Jack chasqueó los dedos y varias rocas envueltas en una luz amarilla salieron disparadas contra el vórtice, provocando que este colapsara. El Rey Demonio, en cuando vio que el hechizo iba a ser incontrolable, lo deshizo al instante. Miró a Jack con una expresión de odio y acto seguido hizo un par de gestos rápidos con la mano. A los pocos segundos, Jack se vio engullido por una ola de energía mágica. El Rey Demonio sonrió y dijo:

- Desesperate dentro del poder demoníaco.

El joven entró en pánico, intentaba nadar desesperado entre la energía sin éxito. Intentó lanzar un hechizo para deshacer el ataque del Rey Demonio, pero era incapaz de conjurarlo, sentía que la energía le arrebataba su poder mágico. En un intento desesperado por salir, el color verde de sus ojos cambió a amarillo intenso y sin ser consciente empezó a transformarse. Sus piernas se transformaron en una cola de tritón azul verdoso y en el cuello le aparecieron branquias. De repente, al ver en lo que se había transformado y ver que se podía mover con facilidad entre la energía, nadó rápidamente hasta salir de aquella ola de energía. En cuanto salió y el extremo de su aleta tocó el suelo, volvió a su forma original. Sorprendido por lo que acababa de pasar, el joven se palpó todo el cuerpo sin terminarse de creer en lo que se había convertido durante unos segundos.

- Muy inteligente por tu parte usar la forma guardián para escapar - dijo el Rey Demonio sorprendido. - Pero a juzgar por tu estado, veo que has gastado mucha energía para salir de ahí.

El joven le miró jadeando, el demonio tenía razón. Se encontraba al límite de sus fuerzas, había gastado mucho poder mágico para salir.

- Si te unes a nosotros, tendrás más poder del que tienes ahora - continuó hablando el Rey Demonio. - Ahora mismo no estarías tan cansado y podrías seguir luchando.

Acto seguido, el demonio le tendió la mano como signo de que le estaba invitando a que se fuese con él. Jack miró la mano y con rabia, la apartó de un manotazo. El Rey Demonio sonrió y dijo:

- Bien, hasta aquí la charla.

Dicho eso, chasqueó los dedos y del suelo aparecieron unas cadenas negras que apresaron a Jack.

- He sido demasiado paciente contigo - dijo el Rey Demonio mientras se acercaba hasta él.

Jack intentó liberarse con las últimas fuerzas que le quedaban pero fue imposible. Cuando el Rey Demonio llegó a su lado, extendió la mano a la altura de su pecho y empezó a recitar un hechizo en arcano. Una energía incolora empezó a salir de su mano y a meterse en el cuerpo de Jack.

- ¡No!¡Para! - gritó Jack desesperado.

El joven empezó a sentir una gran presión en el pecho y su visión empezó a ponerse borrosa mientras veía varias imágenes fugaces, hasta que todo se volvió negro. Pasado un rato, las cadenas que apresaban a Jack desaparecieron y este cayó de rodillas al suelo.

- Deberías haber empezado por ahí - dijo Jack con una leve sonrisa en el rostro. - Qué planes tienes mi rey.

El Rey Demonio esbozo una sonrisa de triunfo y dijo:

- Déjate de formalidades, llámame Arkgozt, mi leal compañero.
- Como quieras, Arkgozt - dijo Jack mientras se levantaba. - ¿Cuál es el plan?

Arkgozt levantó la mano y al momento, la niebla que les rodeaba desapareció. Jack giró la cabeza y vio la capital del reino de las hadas, Hudisia, rodeada por miles de demonios esperando la orden de ataque.

- Ya veo - dijo Jack. - Pobres ingenuas, que disfruten de sus últimos minutos de vida.

Arkgozt, sin apartar la mirada de la ciudad, puso la mano encima del hombro del joven y dijo:

- Tú vas a liderar este ataque, muéstrame de lo que eres capaz.
- Este ataque va a fracasar - dijo Jack.
- ¿Te das ya por vencido? - le reprochó el Rey Demonio.
- No, pero Roger no va a retener a Mike mucho más tiempo, Elisa y Aurora pueden perfectamente con los demonios que las están acosando y Vatar es la criatura nombrada como Tiempo oscuro, seguramente ya esté junto a la reina poniéndola al día de la situación. Además, si no me equivoco, este ataque solo es una exhibición de poder.
- Vaya, viendo el estado en el que estabas previamente, me has dejado impresionado con tus deducciones - dijo Arkgozt sorprendido.
- ¿Y bien?
- Este es tu reto, transforma la exhibición de poder en una conquista de territorio.
- Eres muy ambicioso.
- Cualidades del rey de los demonios. Ahora realiza con éxito la misión que te he encomendado.

Jack miró a Arkgozt y haciendo una pequeña reverencia dijo:

- Será todo un placer.

Dicho eso, en su rostro se dibujó una sonrisa sombría y comenzó a caminar hacia Hudisia.

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