34. El orbe

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El ambiente de la sala era muy tenso. El Rey de las Criaturas Místicas y el Rey Dios mantenían la mirada sin decir nada. Scott no daba crédito a lo que le acababa de contar Zarut.

- Cómo que esa esfera es una de las marcas de los seis magos negros - dijo Scott sin creerselo del todo.

Zarut le lanzó la tabla, Scott la cogió al vuelo y se dispuso a leerla.
" En el lugar donde....
Las seis marcas, que contendrán el poder de los seis primeros integrantes del consejo, se reunirán haciendo tambalear el sello que encierra a la calamidad....
Se desatará el poder Creaty...."
Las frases estaban cortadas y había alguna que otra palabra suelta, pero el mensaje principal estaba claro.

- Cómo estás tan seguro que esa es una de las seis marcas - dijo Scott a Zarut.

De pronto, Scott se acordó de la profecía por la cual el Rey Dios quería arrestarles. El joven hizo memoria y se quedó con una frase en concreto: "Uno de los presentes alertará a los demonios y estos vendrán a por lo que es suyo", llegando a la conclusión de que el orbe oscuro era el objetivo de los demonios.

- Ya veo - dijo Scott.
- Espero que la explicación sea buena - dijo Zarut al Rey Dios.

El Rey Dios desvió la mirada, rompiendo aquel duelo de miradas.

- Ya sé que es una falta grave contra el consejo, porque estoy escondiendo información importante - dijo el Rey Dios. - Pero el Rey Demonio no debe enterarse de esto.

Se produjo un silencio.

- ¿Por qué? - dijo Zarut.
- Es el Rey Demonio - respondió Scott. - Ni si quiera sé que hace dentro del consejo.
- La respuesta es simple, pequeño Guardián - dijo el Rey Dios. - El consejo se formó en el momento que todas las razas formaron la alianza para acabar con Cronos, incluidos los demonios y un pequeño grupo de titates que se oponían a él.
- Espera, ¿qué? - dijo Scott muy sorprendido.
- Últimamente, he notado que el Rey Demonio se comporta de manera extraña - continuó el Rey Dios. - En las reuniones del consejo, está prohibido hablar sobre los problemas que pasen entre las razas, es el único momento en el que se dejan las diferencias aparte para proteger el sello e impedir que se abra, pero creo que el Rey Demonio usa esa información para beneficio propio y está usando los ataques a otros reinos como distracción, cuando realmente, quiere encontrar El Círculo.
- En qué te basas para decir eso - dijo Zarut.
- En la última reunión no habló nada, cuando en la anterior, todo el mundo, menos yo, participó - dijo Scott.
- ¿Y eso que tiene que ver? - le dijo Zarut a Scott.
- El Guardián tiene razón - dijo el Rey Dios. - En el momento que el Rey Remoldán dijo que había encontrado la cuarta tabla, sonrió levemente.

Hizo una pequeña pausa y añadió:

- Hay algo que se nos escapa.
- Aunque se nos escape algo, esa es una acusación muy grave - dijo Zarut. - Debes de estar muy seguro de ello.
- Puede que la acusación haya nacido de miedos y conjeturas, pero lo que sí sé seguro es que algo se traen entre manos.

Todos se quedaron en silencio.

- Entonces, según lo escrito en la tabla y las conclusiones sacadas a partir de ello, las marcas de los seis magos que invocaron a los demonios son la llave para romper el sello - dijo Scott.

El Rey Dios asintió y dijo:

- Hice una investigación en secreto y aprovechando la enemistad eterna que hay entre dioses y demonios, ataqué a los demonios. Fue una dura batalla, las cosas se complicaron mucho en el momento que Xenres hizo su aparición en ella. Masacró a mis tropas, pero, a duras penas, le conseguí robar la marca de su pecho. Al quitársela, la marca se transformó en el orbe oscuro con la runa grabada que estáis viendo sobre el altar.

Todos dirigieron la mirada al orbe.

- ¿Y los demonios son conscientes de ello? - preguntó Scott.
- ¿De qué? - respondió el Rey Dios. - ¿De qué le robé la marca? Por supuesto, no son subnormales.
- No me vaciles - dijo Scott serio.
- Ah, eso, no creo que sean conscientes del verdadero fin de las marcas, pero me da la sensación de que los magos negros se huelen algo - dijo el Rey Dios.
- Todavía nos falta por saber una cosa - dijo Zarut. - A que de refiere la tabla con que las marcas contendrán el poder de los primeros integrantes del consejo.
- Eso no lo se - dijo el Rey Dios. - Investigando, descubrí que los primeros integrantes del consejo fueron: un dios, un demonio, un hada, un sabio, un remoldán y una criatura mística, creo que un dragón. El titán y, por último, el Guardián se unieron más tarde. Pero no he descubierto nada más.
- Bien, de momento nos tendremos que conformar con eso - dijo Zarut mientras pensaba.

Mientras los tres conversaban, Leo se acercó hasta el orbe, no entendía muy bien la conversación que estaban manteniendo, sabía que ese orbe era importante, pero algo dentro del orbe le llamaba, le decía que lo tocase. Cuando estuvo a punto de tocarlo una voz le hizo reaccionar.

- ¡Leo! - dijo Scott.

Leo se apartó del orbe con un salto.

- ¿Qué intentabas hacer? - dijo Zarut.
- No... no lo se - dijo Leo algo confundido.
- Ya veo - dijo el Rey Dios. - Interesante.
- ¿Interesante? - dijo Scott repitiendo sus palabras.

El Rey Dios, sin decir nada, se acercó hasta el orbe. De repente, sonaron unos aplausos pausados.

- ¿Yehiba? - dijo el Rey Dios confundido.
- ¿Ese es el nombre de este cuerpo? - dijo Yehiba dejando de aplaudir.

Yehiba se quitó la capucha que le cubría el rostro, mostrando su cara. Tenía una expresión siniestra, sus ojos no expresaban emociones y tenía una sonrisa en el rostro.

- Quién eres - dijo el Rey Dios.
- ¿Qué quién soy? - dijo Yehiba mientras se echaba a reír. - Que ofensa que no me recuerdes.

Todos dieron un paso atrás, excepto Yehiba, que se mantuvo en su sitio.

- Está poseído - dijo Zarut.

Al decir eso, Scott y Leo se pusieron en posición de ataque.

- Es increíble toda la información que he recopilado gracias a esta conversación - dijo Yehiba. - Así que, la marca que le robaste a mi jefe es una especie de llave ¿eh?

El ambiente se volvió tenso, todo el mundo estaba callado.

- Es hora de que se la devuelvas ¿no? - dijo Yehiba con un tono juguetón.
- Sobre mi cadáver - dijo el Rey Dios. - Yehiba, ¿puedes oírme? Lucha por salir.
- Tu querido Yehiba no te oye, tontorrón. He tenido que sacrificar mi cuerpo para poder entrar con vosotros, no voy a soltar este tan fácilmente.

"¿Sacrificar su cuerpo?¿Es el mismo demonio que poseyó a Jack?" pensó Scott.

- No es un demonio fantasma - dijo Leo. - En el momento que le saquemos de ese cuerpo morirá.
- ¿Demonio fantasma? - dijo Scott.
- Entonces hay que sacarlo de ahí como sea - dijo Zarut, ignorando la pregunta de Scott.
- Vaya que perspicaz eres, rubiales - dijo Yehiba. - Tendré que mostrarte el poder de un demonio de las tropas de Xenres.

Hizo una pausa y continuó:

- Aunque..., prefiero que lo paséis mal un rato.

En cuanto acabó la frase, se quitó el manto que lo cubría y lo que vieron les enfureció. Tenía a Laya sujeta por el cuello y en la otra mano tenía un cuchillo que lo acercó al cuello de la joven.

- Moveos y la chica no volverá a ver la luz del sol - dijo Yehiba riéndose.

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