21. Magia

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Scott estaba callado, le estaba costando asimilar toda la información que le acababa de contar Zarut.

- Y según la reunión anterior, tenemos cuatro - dijo Scott.

Zarut asintió y dijo:

- Que las tengamos nosotros no es un problema, ya que las protegeremos para que no se reúnan y El Círculo no sea encontrado, y que permanezcan ocultas es incluso mejor, pero el problema es si lo encuentra alguien que no somos nosotros y se descubre la verdad de todo. Hoy en día, que la gente se haya olvidado de todo es una ventaja para nosotros, porque podemos trabajar tranquilamente, sin tener que preocuparnos de que alguien la podría encontrar.
- Entiendo - dijo Scott.
- Bueno, va siendo hora de que me vaya - dijo mientras se acercaba a Scott. - Está a punto de caer la noche y yo aún tengo que volver.

Dicho eso, removió el pelo cariñosamente a Scott, este le echó una mirada asesina por deshacerle el tupé, Zarut sonrió y salió de la terraza. Scott miró al cielo, había estado tan pendiente de la conversación que no se había dado cuenta de que casi era de noche. A los pocos segundos de haberse ido Zarut, Leo y Elisa aparecieron subiendo las escaleras y se sentaron en los sofás del salón agotados.

- ¡Eh! ¡Scott! ¿Qué haces ahí solo? - preguntó Leo al verle en la terraza.
- Ven, siéntate con nosotros - dijo Elisa a Scott.

Scott asintió, se acercó y se sentó con ellos. Tenía mucha información en la cabeza y sabía que no era el momento de analizarla, a si que de momento lo apartó de su cabeza. Al poco rato llegaron Mike, Rory y Jack, se sentaron con ellos y se pusieron a charlar sobre cómo les había ido la tarde. Poco después cenaron y se fueron a sus respectivas habitaciones a dormir. Scott se metió en la cama y las dudas le invadieron la mente de nuevo. Sentía que aún quedaban cabos sueltos por atar. ¿Por qué le llamaron legítimo Guardián en la primera reunión?¿Por qué la Reina Hada le dijo lo mismo que la anciana de su pesadilla? Después de apartar esas dudas de su cabeza, se quedó pensando en todo lo que le había contado Zarut hasta que se quedó profundamente dormido.

Al día siguiente, por la tarde, Scott y Jack se encontraban en el patio con Mike y Elisa.

- Bien - empezó a decir Mike. - Vamos a comenzar el entrenamiento de vuestras habilidades mágicas.
- Pero... ¿yo voy a poder hacer ese entrenamiento? - preguntó Jack - Entiendo que Scott lo haga, ya que es un guardián pero yo no poseo poder mágico.
- No te preocupes, vas a poder hacerlo, todo el mundo posee poder mágico - dijo Elisa. - Solo que muchas personas han olvidado la capacidad usar la magia. Sólo hay que refrescarlo un poco.

A Jack se le iluminó la mirada al oír esas palabras.

- Dicho esto cerrar los ojos, respirar profundamente y concentraros - dijo Mike.

Los chicos asintieron y siguieron las indicaciones de Mike.

- Sentir el poder mágico que os rodea, en el aire, en la tierra... - empezó a decir Elisa.

Scott y Jack se concentraron. A los pocos segundos abrieron los ojos y dijeron a la vez:

- Nada, es inútil.

Mike y Elisa se llevaron las manos a la  cara.

- Esto no va a ser fácil - dijo Mike mirando a Elisa.

Pasaron las horas, Scott y Jack seguían intentándolo hasta que llegó un punto en el que no volvieron a abrir los ojos diciendo que no sentían nada. Un halo de energía envolvió a los dos chicos, el ambiente alrededor de Scott era frío, como si hubiese bajado la temperatura drásticamente, en cambio, el ambiente alrededor de Jack era húmedo, parecía que acababa de llover a su alrededor. Los dos chicos permanecieron así un par de minutos más hasta que abrieron los ojos y dijeron:

- Lo he sentido.

Elisa y Mike estaban emocionados a la par que sorprendidos, les pareció increíble que en apenas unas horas hayan sido capaces de sentir la magia.
Les hicieron repetir el ejercicio un par de veces más, pasado un rato Mike dijo:

- Creo q es hora de poner a prueba vuestras habilidades.

Acto seguido un maniquí emergió de la tierra. Scott y Jack se quedaron alucinados.

- Ahora concentrad la energía que habéis sentido y lanzarla contra el maniquí - les dijo Mike.

Los chicos asintieron, Scott cerró los ojos y se concentró, sentía como la energía mágica recorría todo su cuerpo. Al cabo de unos minutos, abrió los ojos, inconscientemente hizo un par de gestos con la mano y del suelo salió un carámbano que impactó de lleno contra el maniquí. Jack, que se había quedado mirando a su amigo, estaba fascinado.

- Ahora me toca a mí - dijo.

Imitó las mismas acciones de Scott, a los pocos segundos comenzó a sentir también la magia por todo su cuerpo. De repente, el cielo se nubló y comenzó a llover. Jack miró al cielo.

- Joder macho - dijo algo frustrado.
- No te desanimes, que no sepas controlar bien tus ataques mágicos las primeras veces es normal - le dijo Elisa consolándole.

Jack al oír eso, en seguida recuperó el ánimo. Los dos chicos siguieron intentando pulir sus primeros ataques mágicos. Al cabo de un rato llegaron Rory y Leo.

- Ya hemos acabado los recados, por fin - dijo Rory.
- ¿Qué hacéis? - preguntó Leo a Mike y Elisa.

Estos se giraron y les mandaron callar con un gesto, los dos jóvenes que acaban de llegar se extrañaron al ver sus reacciones, pero lo entendieron al ver a Scott y Jack concentrados, reuniendo poder mágico. De repente, Jack y Scott lanzaron un ataque al mismo tiempo, de alguna forma sus magias se combinaron formando un torrente de agua congelada. El ataque fue tan fuerte que se descontroló, los cuatro chicos que estaban de espectadores se pusieron en guardia para frenarlo, pero una especie de estrella fugaz envuelta en oscuridad impactó contra el torrente, al impactar, la oscuridad que envolvía a la estrella fugaz de desprendió de ella y se tragó el ataque mágico.

- Ese ataque mágico... - empezó a decir Leo.
- Inés y Laya están de vuelta - dijo Elisa contenta.
- Hola chicos - se oyó una voz femenina detrás de ellos.
- ¿Ya estáis haciendo de las vuestras? Si queréis os recuerdos como acabó la sala de entrenamiento la última vez - dijo otra voz femenina.

Los chicos se giraron y vieron dos figuras femeninas acercándose hasta ellos.

- ¿Sabes quiénes son? - le preguntó Jack a Scott.

Scott negó con la cabeza.

- Hola, ¿sois nuevos aquí? - preguntó una de las chicas a Scott y a Jack.

La chica tenía unos ojos azules que contrastaban con su cabello largo, liso y negro como el azabache. Scott y Jack asintieron.

- Uy, entonces que descortés por mi parte - dijo disculpándose y añadió. - Soy Laya, la Guardiana de la luz oscura.
- Y yo soy Inés, la Guardiana de las aguas estrelladas - dijo la otra chica.

Inés tenía el pelo pelirrojo y ondulado y sus ojos eran de color verde intenso.

- Un placer, yo soy Jack, amigo de Scott - dijo presentándose.
- Yo soy Scott, el Guardián de los hielos huracanados.
- ¿Cómo? - dijeron Inés y Laya a la vez.

Acto seguido miraron al resto como si estuviesen esperando que eso fuese mentira, los chicos asintieron a la vez.

- ¿Cómo es eso posible? - preguntó Laya.
- Es una larga historia - dijo Mike. - A si que poneos cómodas.

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