37. El plan

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Vatar, seguido de los tres guardianes y el nuevo guardián, bajó por unas escaleras en mal estado y entró a una sala que olía a humedad, con dos pilares en mitad de la sala y un escritorio de madera desgastada en la pared del fondo, sobre el escritorio había un montón de papeles y planos.

- Aquí nos refugiaremos hasta que tracemos un plan - dijo Vatar sin girarse para mirar a los chicos.

Dicho eso, se acercó hasta el escritorio y, sobre él, desenrolló varios planos. Los jóvenes se esparcieron por la sala, Mike dejó a Jack apoyado en una de las columnas. Todos estaban destrozados, Rory y Elisa se encontraban sentadas, apoyadas contra la pared, las lágrimas todavía recorrían el rostro de Rory. Mike daba vueltas por la estancia intentado mantenerse sereno, de vez en cuando se paraba, apretaba los puños y los dientes y a los pocos segundos volvía a caminar. Jack estaba muy cansado, aquel hechizo le había dejado sin fuerzas, apenas se podía mover. El joven tenía la mirada perdida, repetía en su cabeza una y otra vez aquel momento mientras se culpaba de su muerte, de no haber sabido reaccionar para protegerla. Elisa, al ver su rostro, supo en lo que estaba pensado. Se levantó, se acercó hasta el joven y dijo:

- No te culpes, no es culpa tuya. Ella te protegió.

Una lágrima recorrió la mejilla de Jack. Elisa le abrazó consolándole. Vatar escribía a gran velocidad sobre los planos, pensaba en miles de planes y calculaba las probabilidades de éxito y de fracaso de cada uno.

- ¡Joder! - gritó Vatar dando un puñetazo en la mesa.

El grito atrajo la atención de los jóvenes, Mike se acercó hasta él y dijo:

- ¿Qué pasa?
- No hay ningún plan seguro para cruzar la frontera.

Mike se quedó pensando y preguntó:

- ¿Cuál es el más seguro de todos?

Vatar le miró a los ojos durante unos segundos ante de contestar mientras señalaba uno de los planos.

- No hay ninguno que sea seguro, pero el que tiene más probabilidades de éxito es este.

Mike miró el plano que estaba señalando el elfo. Los planos mostraban la estructura de un castillo que parecía sacado de un cuento medieval.

- ¿Esto es lo que creo que es? - dijo Mike sorprendido.

Vatar asintió.

- Son los planos del castillo Selfa, muestra todos las salas y pasadizos que se conocen de este - dijo Vatar.
- ¿Por qué nos cuentas esto? - preguntó Mike. - Esta información es de alto secreto, nadie conoce el castillo excepto el Rey Elfo, que vive en él.
- Te equivocas chico, los planos del castillo también los posee el presidente y el ejército. Se creó el mito de que sólo lo sabía el rey para que nadie robase los planos.

Todos miraron a Varat, pidiendo explicaciones con la mirada. El elfo oscuro suspiró y dijo:

- Por todos los dioses, soy un elfo oscuro, no me creo que no os hayáis planteado la idea de que estos planos...

Vatar se calló al ver que las miradas de los guardianes no cambiaban.

- Está bien - dijo Vatar sintiendo que le habían pillado. - Los elfos oscuros nunca se tragaron esa historia falsa que contaron, a si que una organización de espías investigó y descubrió que realmente no era cierto, pero los planos están muy bien escondidos y nadie ha podido obtenerlos nunca.
- ¿Nadie? - dijo Elisa con sarcasmo.
- Vaale, yo sí - dijo Vatar desviando la mirada. - A diferencia de ti, Guardina de la mente espacio-temporal, mi magia solo se centra en el tiempo. Todas las criaturas mágicas: elfos, hadas, ninfas..., somos usuarios de magia antigua y poderosa. En un descuido que tuvieron, paré el tiempo e hice una copia exacta de los planos. Además, os enseño esto porque es uno de los pocos planes en los que salimos todos de una pieza.

Hizo una pausa, miró la suelo y suspiró antes de continuar.

- Bueno, los que quedamos.
- ¿A qué te refieres con "salimos"? - preguntó Rory.
- Espera, ¿eres el Tiempo oscuro? - dijo Elisa sorprendida.
- Sí - dijo Vatar mirando a Elisa. - Y a tu pregunta, Guardiana de los dragones feéricos: sí, me voy con vosotros.
- Y eso quién lo ha decidido, ¿tú? - le reprochó Rory.
- Por dos razones, la primera no os importa y la segunda es que sin mi ayuda no vais a saber salir de este reino sin que os pillen.
- Nos las sabemos apañar sin ti.
- Maldita humana, ahora mismo os tengo a todos en un sótano, es solo cuestión de dar un grito y que vengan a asesinaros a todos. Te recuerdo que sigo de parte de mi raza y aunque no me parecía bien ese plan aún no me he negado a ejecutarlo.
- ¡Calmaos los dos! - dijo Mike serio, interponiéndose entre Rory y Vatar.
- ¿Por qué aún no te has negado a esa misión? - preguntó Jack.

Vatar desvió la mirada enfadado y dijo:

- No me fío de los demonios, aunque seamos un raza derivada de ellos. Voy con vosotros para que me deis una razón para luchar en su contra.

La sala se quedó en silencio durante unos minutos.

- Vale, por el momento confiaremos en ti - dijo Elisa. - Pero cuál es la primera razón.
- Como he dicho antes, no os importa, pero tranquilos, pronto lo sabréis.

Un sentimiento de desconfianza e incomodidad invadió el cuerpo de los jóvenes al escuchar sus palabras.

- ¿Y cuál es el plan? - preguntó Mike, acercándose a la mesa.
- Bien - dijo Vatar girándose para coger los planos. - Hay una entrada al sur de la ciudad que lleva al castillo por uno de los pasadizos subterráneos, pero hay que tener mucho cuidado y ser discretos, porque al estar en el centro de la ciudad, es solo cuestión de tiempo que acabemos rodeados por sus tropas si nos pillan.
- Comprendo, hay que ser lo más sigiloso posible - dijo Elisa.

Vatar asintió y continuó:

- Aunque seamos sigilosos hay que estar preparados porque en cualquier momento nos podemos meter en una pelea.

Los jóvenes asintieron.

- Después de atravesar el pasadizo - dijo Vatar. - Saldremos por la sala del trono.
- Pero nos estamos exponiendo al enemigo saliendo por ahí - dijo Jack.

Vatar negó con la cabeza y continuó.

- A las siete de la tarde se hace el cambio de guardia, por lo que tenemos diez minutos para atravesar la sala del trono y acceder a la biblioteca de hechizos. Hay que tener cuidado porque esa sala siempre está vigilada. En la sala de hechizos nos meteremos por un pasadizo que nos llevará al torreón donde hay una lácrima de teletransporte que nos llevará a la torre abandonada que se encuentra en la frontera entre el reino de los elfos y el reino de las hadas. Este es el plan, ¿lo habéis entendido?

Los jóvenes asintieron a la vez.

- Pero, por lo que estoy viendo en los planos, hay una ruta más segura - dijo Mike señalando los planos. - Podemos salir por la sala de armas y subir el torreón, por lo tanto, ¿por qué tenemos que ir por la biblioteca?
- Capricho propio - dijo Vatar sin dar más detalles. - Además la escalera de caracol que sube por la torre estará llena de guardias y no podemos arriesgarnos a que nos pillen, porque alertarán al resto de la guardia.

Mike miró con desconfianza a Vatar y asintió.

- Dicho esto - dijo Vatar. - Mañana saldremos de aquí a mediodía. Descansad todo lo que podáis, porque va a ser un día complicado.

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