Leo se acercó hasta Scott y se apoyó en la valla al lado del él. Scott le miró unos segundos y volvió a dirigir la mirada hacia la ciudad.
- No sé exactamente por lo que estás pasando - empezó a decir Leo. - Pero creo que te entiendo.
- ¿Crees? - dijo Scott levantando una ceja.Leo dejó escapar un pequeño resoplido, asintió y dijo:
- No me puedo quejar de la infancia que he tenido, llevo toda mi vida en esta ciudad, entre las diferentes razas que existen, no me resulta raro ver a un hada sobrevolar las calles o ver a un hombre transformarse en un majestuoso lobo cuando hay luna llena...
Scott le miró de reojo al ver que su tono había cambiado.
- Pero siento que esa infancia no es la que tendría que haber pasado.
Scott se sorprendió al escuchar esas palabras.
- No te sigo - dijo Scott.
- Perdona, me he expresado mal. Me da la sensación de que no estoy conectado a las personas que me han criado, no siento esos lazos de sangre que unen a una familia. Por eso siento que esa infancia no me pertenece del todo, no sé, como que no tendría que haber pasado de esa forma.
- Siento que suene duro pero, ¿qué tiene que ver eso con que "creas" me entiendes?Se hizo un silencio incómodo.
- Tiene que ver con que ahora mismo tendrás la sensación de que no perteneces a este lugar - respondió Leo.
Scott se rió por dentro y negó con la cabeza.
- La cuestión no es esa. Hace escasos cuatro días estaba celebrando el funeral de mi padre.
- Lo siento mucho - dijo Leo impactado al escuchar eso.
- Eso es lo de menos. Da igual que fuese un funeral, un cumpleaños o un día de escuela. La cosa es que hasta hace cuatro días llevaba un vida normal, tenía una madre y un padre...Hizo una pausa, cogió aire y continuó.
- Tenía unos padres que me querían, que velaban por mi futuro, soñando con que un día me convertiría en un hombre independiente con una familia a la que dar mi amor y cariño como ellos me lo dieron a mi. Pero, de repente, me encuentro con un libro, un maldito libro, que haría que mi vida diese un giro de trescientos sesenta grados y como por arte de magia descubro que mi abuelo es un mago poderoso, que soy un Guardián y que todo lo que estaba escrito entre las hojas de los cuentos fantásticos para niños existe de verdad. Está sucediendo todo tan rápido que siento que no me da tiempo a respirar, secuestran a mi amigo de la infancia, con el que llevo toda mi vida, mi otro amigo resulta que también es otro Guardián y para el colmo, mi tutor y mi profesora de lengua también pertenecen a este lugar.
Las emociones de Scott se acumulaban en su interior, sentía cómo se formaba un nudo en su garganta, no sabía si gritar o llorar para desahogarse, no sabía cómo asimilar todo rápidamente para llevar una vida normal cuanto antes. Leo miró a Scott y vio que tenía los ojos vidriosos.
- Necesito un cigarro - dijo Scott.
Leo se sorprendió al escuchar esa frase sin ningún contexto. Se llevó la mano al bolsillo, saco un paquete de cigarros y de él sacó dos.
- Qué sorpresa - dijo Leo. - Toma, aquí tienes.
Le dió el cigarro a Scott. Acto seguido chasqueó los dedos y de su dedo índice salió una pequeña llama que encendió los dos cigarros. Scott dio una calada y dijo:
- Ahora las hadas, los duendes, los dragones... existen. Están pasando muchas cosas en muy poco tiempo y me cuesta mucho asimilarlo. Me siento completamente inútil y se supone que soy el líder de los guardianes.
Una lágrima cayó del ojo de Scott, recorriendole la mejilla. Leo al verlo, se acercó a él y le pasó su brazo por el hombro consoládole. Scott se incorporó y Leo aprovechó para darle un abrazo.
- No te preocupes, yo y el resto de los Guardianes somos tus compañeros y se que pronto, amigos. No dudaremos a la hora de tenderte la mano cuando te caigas, nos cuidamos y nos ayudamos mutuamente en lo que haga falta. Somos como una familia. Todo va a ir bien - le dijo Leo mientras le abrazaba.
Scott no pudo aguantar más las lágrimas e inconscientemente hundió la cara en el hombro de Leo. Sentía el calor y consuelo de su abrazo. Tenía la sensación de que no estaba solo.
Pasado un rato, se separaron, Scott se secó las lágrimas y se volvieron a apoyar en la valla para acabarse el cigarro. Ninguno de los dos dijo nada en ese rato.- Me voy a la cama - dijo Leo dándole la última calada al cigarro. - Tú no deberías de tardar mucho.
Scott le miró y asintió. Leo entró por la puerta de la terraza, Scott dio su última calada y entró detrás de Leo. Los dos se cambiaron de ropa y se metieron en sus respectivas camas.
- Buenas noches - dijo Scott antes de quedarse dormido.
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Scott se despertó en el suelo de una habitación blanca, totalmente vacía. Observó el lugar en el que se encontraba.- Otra vez aquí - dijo al reconocer el lugar.
Se levantó del suelo y salió por la puerta accediendo a la sala de la mesa redonda.
- Otra vez le estábamos esperando Guardián - le dijo una voz con tono jugueton cuando entró.
Scott miró a la persona que le había dicho eso. Sus ojos se posaron en el hombre de pelo negro con tupé y ojos color miel que fue nombrado como Rey de las Criaturas Místicas la vez anterior.
Scott se sentó a la mesa y se fijó que se volvía a quedar una sillas libre.- Esta vez he sido yo el que os ha convocado - empezó a decir el hombre de pelo amarillo anaranjado, ojos color morado y un par de pequeños cuernos en la frente, que la vez anterior fue nombrado como Rey Remoldán. - El motivo de la reunión es que mis tropas hallaron un templo misterioso y en su interior se encontraba una de las tablas de escritura.
El ambiente se alteró un poco.
- ¿Sabes algún dato más sobre ese templo? - dijo él que fue llamado como Gran Sabio.
El Rey Remoldán negó con la cabeza.
- Es una suerte que lo hayamos encontrado nosotros - dijo el hombre con la corona de laurel dorado.
- Tienes razón Rey Dios, aún quedan cuatro tablas por encontrar, esperemos que no caigan en malas manos - le dijo la mujer de cabello color bronce.
- No te confundas Reina Hada, nuestro cometido es protegerlas, no encontrarlas - dijo el Gran Sabio serio. - Nosotros entramos en el juego en el momento que son halladas.
- Afortunadamente, para el resto del mundo solo son tablas con valor histórico - dijo el Rey de las Criaturas Místicas.
- De momento - añadió el Rey Remoldán. - Y esperemos que siga así durante mucho tiempo.
- Ha este paso, se va a cumplir la profecía escrita por nuestros antepasados - murmuró el Gran Sabio con un tono preocupado.Siguieron hablando del tema, Scott permanecía callado en su asiento, intentándose enterar de lo que estaban hablando, sin éxito. Se fijó que el hombre nombrado anteriormente como Rey Demonio no participó en ningún momento en la reunión.
Pasado un rato, el Gran Sabio se levantó y dijo:- Bien, está reunión se da por concluida.
Scott se levantó rápidamente de su asiento para preguntar todas sus dudas, pero los integrantes de la sala ya estaban empezando a desaparecer.
Scott viendo inútil su esfuerzo, se quedó de pie en el sitio hasta que desapareció de la sala.
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El Libro Encantado
FantezieEsta es la historia de Scott, un chaval con una vida normal... O eso creía él hasta que descubrió un libro que lo cambiaría todo. Se dará cuenta de su potencial y del secreto que hay detrás de el libro... O ¿tal vez no? Una gran guerra, la cual él d...