mi profesor 》irwin.

Capítulo 103.

- No te disculpes – me dice Key – de cualquier manera no podía dormir bien anoche, no me despertaste con tu llamada.

- Sabía que era tarde, pero él insistió en que te contará por teléfono ya que hacerlo aquí sería más difícil.

- “él” es muy astuto – dice Keyttlin burlándose de mi manera de referirme a Ashton. – Oye, y ¿estabas en su cama cuando me llamaste?

- Keyttlin – le gruño entre dientes y ella comienza a reír. Seguro me he puesto colorada porque siento una ráfaga de calor en el rostro.

- Sabes ______ - dice con su habitual buen humor - ustedes dos lo van a conseguir… son una cosa muy linda…

- ¿A qué te refieres?

-Tú sabes, es increíble que no lo haya visto antes, esa chispa en ti y en él, como si con solo mirarse fueran capaces de hacerse las personas más felices del mundo, es especial…

- Es un lio… - bromeo

- Por ahora, pero a pesar de todo han logrado salir adelante. Muchas personas esperamos un amor extraordinario, pero ustedes no esperan, ustedes lo crean, lo viven, lo protegen.

- Todo eso suena muy lindo.

- Porque así es… - dice con una radiante sonrisa. Abre su mochila y saca una sudadera Hollister de color blanco – mejor póntela de una vez – ordena – ha amanecido realmente fresco.

- Gracias – le digo obedeciendo su orden – mi otro abrigo no se secó y él no me podía prestar uno… - subo la cremallera – y el jersey no es suficiente para un día tan frío como este.

- Descuida, luego me lo devuelves – entrelaza su brazo con el mío mientras nos abrimos paso al entrar en el edificio del colegio - _____, lamento no estar para mañana, realmente no sabía que necesitarían mi ayuda…

- No te preocupes por eso, tú no tienes la culpa, no puedes estar a disposición nuestra cada vez que te lo ordenemos, eres nuestra amiga.

- Lo sé, pero ustedes no han podido celebrar un aniversario…

- Mesversario – la corrijo

- … un mesversario nunca.

- Tampoco es que sea la gran cosa Key, con nuestra situación solemos celebrar cada día que estamos tenemos, además, ayer estuvimos juntos y Ashton entiende.

- Sí, pero cuidar de un herido no es una situación muy romántica.

- Pero créeme, fue muy lindo… los planes que teníamos para mañana los dejaremos para otra ocasión, además, es la final de la temporada con el equipo universitario de béisbol donde Itamar es la estrella, es importante para tu familia, no puedes faltar, ve sin remordimientos – le ordeno – promételo.

- Vale, lo prometo, pero se lo compensaré.

Le ruedo los ojos y río - si, ahora camina más rápido, comenzamos con geografía y creo que no somos del agrado de la profesora.

Ella ríe – es porque siempre usamos su clase para platicar.

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- Solo intenta no actuar como un bruto, tu herida parece estar cicatrizando rápido, si no la maltratas estarás como nuevo pronto – le digo a Wesley mientras ajusta su camiseta del colegio, Ashton le acerca una botella con agua y una píldora.

- Tomate esta Stromberg y después una cada ocho horas, no te has llevado la caja como te dije en la mañana.

- No creía que hablara en serio, señor – casi se me escapa una carcajada al escuchar a Wes tan dócil y llamando a Ashton “señor”.

- Lo hago, no es bueno que quieras soportar el dolor cuando tienes analgésicos, y además fueron comprados para ti.

- Pues vale, muchas gracias. – Wesley toma la cajita de píldoras y las mete en el bolsillo de su sudadera.

- Debo ir a las oficinas a firmar unos circulares de ayer y mi justificante – dice Ashton – e ir a dejar el dinero de las cooperaciones para el evento de aniversario de mañana, ¿tienes el dinero _____?

Asiento y saco el sobrecito de la bolsa pequeña de mi mochila. – Aquí está, incluí también una lista con el desglose de la cantidad de dinero con los alumnos que cooperaron.

- Una presidenta muy eficiente – dice Ashton con ternura y yo le sonrío.

Ash se despide de Wesley con un choque de manos muy varonil que los hombres se suelen dar entre amigos, es como si nacieran programados con ese gesto.

- Cuídate esa herida, Stromberg – le indica, se acerca a mí y besa mi frente – nos vemos a la salida, te quiero – susurra cerca de mi oído y me hace sonreír como una idi0ta – cierren la puerta al salir.

Recojo mi mochila de la mesita y Wes hace lo mismo – ¿necesitas ayuda? – le digo mientras le veo colgarse su mochila en la espalda.

- No, estoy bien –  una sonrisa pícara le brota en el rosto.

- ¿Qué?

- Sonríes como boba cuando se acerca a ti, es raro verte actuar así.

- ¡Te estás burlando de mí!– le digo.

- No, preciosa, estoy diciendo la verdad – pasa uno de sus brazos por mi hombro con cierta pisca da superioridad. – Además no te culpo, creo que yo también me he enamorado de él – bromea fingiendo la voz de una chica y me hace reír por lo estúpido que es y lo jodidamente bien que se siente tenerlo de regreso en su estado natural.

- ¡Tonto! – le digo con los ojos en blanco.

- Pero no debes ponerte celosa, chulita – dice doblando la mano cual diva – yo se respetar lo que no es mío.

- ¡Wesley! – chillo riendo aún más fuerte.