Capítulo 142.

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El resto de mis regalos de cumpleaños fueron dos libros de crimen policíaco, un reloj nuevo y la lámpara y un control nuevo para mí televisor (el anterior murió accidentalmente cuando cayó de mi cama… accidentalmente y sin que mi torpeza tupiera que ver).

Keyttlin y Wesley están en mi casa, comemos hamburguesas que mi papá prepara.  Ellos han traído también regalos. Wesley me regaló unos lindos lentes de sol muy a la moda (estoy casi segura de que Keyttlin los escogió por el) y ella me ha comprado un sombrero playero que curiosamente hace juego perfecto con los lentes que me regaló Wesley. Lo curioso es que… es Diciembre, hace frío y el sol no se muestra en su totalidad desde hace semanas. No sé qué tan bien pensando hayan estado sus regalos. Bien, el verano siempre llega.

- Es una lindura – dice Keyttlin mientras sostiene a Queso.

- Key, estás comiendo, no deberías sostenerlo – le dice Wesley.

- Ay, quien no quiere que te sostenga cuando estás más limpio que el humano sucio de mi lado – dice con voz infantil a Queso mientras él no puede dejar de ver las cuentas de sus pendientes dorados.

- Ja, ja, que graciosa.

- Relájate Wesley – dice Key colocando a Queso en su regazo – es solo un gatito inofensivo… ¿o acaso te da miedo?

- ¿Cómo crees? – bufa Wesley.

- Ay, tu tío Wesley te tiene miedo, si, si, te tiene miedo.

- Es un gato, no un bebé – se queja él.

-  ¡Oye! – le digo yo.

- Es un gato – me dice él con esa sonrisa sínica de lado.

- Pero es “mi” gato – digo haciendo énfasis en el mí – y tiene un nombre.

- ¿Queso? – pregunta burlón.

- Tú te llamas Wesley y ninguna de nosotras se burla de ello – le dice Keyttlin colocando a Queso en la cajita que se ha convertido en su casa momentánea.

- ¿Por qué somos amigos? – le pregunta exageradamente indignado a Keyttlin y ella ríe como una niña.

- Porque así nos quieres a las dos y sin nosotras serías muy miserable.

 Él la mira con cara de estupefacción por unos segundos y después vuelve la cara asintiendo.

- Es cierto – dice y reímos.

 Es casi medio día y Ashton no se ha comunicado conmigo… desde ayer. No quiero parecer desesperada pero él me había dicho que estaría aquí para mi cumpleaños.

- Bien _____, ¿y qué haremos para celebrar tu cumpleaños? – me pregunta Keyttlin.

- Comer hamburguesas – respondo levantando la mía.

- Hablo en serio, es tu cumpleaños, debemos salir a divertirnos…

- Sabes que no se me dan los centros nocturnos.

- ____, aquí eres la única que tiene la edad legal para entrar a uno… y yo no hablaba de ir a un antro… luego como controlamos a este… - me murmura fuerte señalando a Wesley y él le jala un mechón de cabello. Ella se queja y él ríe.

- Igual Keyttlin, no sé… - me encojo de hombros.

- ¿O estás esperando a alguien? – me dice Wesley – un alguien cuyo nombre empieza con “C” y termina con "alum”

- Es cierto _____, por qué no he sabido nada ese muchacho, ¿se pelearon o algo así? – interviene mi padre sentándose en la mesa con nosotros.

- No, no nos peleamos… - le digo – terminamos.

Hubiese querido que mi voz sonara con algo de sentimiento y no como si dijera la hora. Mi papá casi se atraganta con el pedazo de hamburguesa que tenía en la boca.

- ¿Cuándo? ¿Pero por qué? ¿Te hizo algo? ¿Por qué no me habías dicho nada?

- Hace unos días, no funcionó, no me hizo nada, de hecho fui yo quien lo terminó y no te había dicho nada porque no hay mucho que decir…

-______...

- Tranquilo papá, estoy bien, Calum y yo igual, como antes, buenos amigos… nada más.

Ya había acordado esto con Calum y Ashton, realmente no podía seguir con esa mentira, más no creí que a mi padre fuese a golpearle tanto esa noticia, me mira con cara de espanto o como si fuese un cachorrito atropellado en la calle.

- Incluso ya me felicitó por mi cumpleaños, estamos bien – agrego con la intención de sobreponer a mi padre, ¿acaso no acosaba a Calum con este asunto?

- Entonces no tienes motivos para quedarte aquí encerrada en tu cumpleaños – agrega Wesley – salgamos nosotros, como dice Key, podemos ir a los bolos o a los juegos para que la aplaste en el hockey de mesa.

 Ella le da un golpe amistoso en el brazo y él ríe.

- Y podemos invitar a más amigos de la escuela… Los que nos quedemos en la ciudad para vacaciones por lo regular nos morimos de aburrimiento.

- No lo sé – digo intentando transmitir con el rostro que lo dejen. No puedo planear mi tarde con ellos, quizá piensan que estoy triste porque Ash no está en la ciudad, pero ellos no saben que me dijo que vendría.

- _____... – insiste Keyttlin – anímate, anda, es más, después de los bolos podemos ir a mi casa y hacer una pijamada tú y yo, como cuando estábamos en secundaria… estoy solita, saber que no me gusta estar solita.

- ¿Por qué estás sola?

- Mis papás e Itamar se fueron a  ver el tonto evento de mi prima.

- La que te dijo que eras horrenda y que tu cara parecía de…

- … si – me interrumpe – esa misma, al parecer sus aullidos ahora son considerados como “cantar”, yo me negué a ir con ellos porque no la quería cerca y porque iba a ser tu cumpleaños…

- Key…

- _____, el próximo año comienza el último semestre de la prepa y sabemos muy bien que será una locura, entre finales, proyectos, universidades, decidir el resto de tu vida, el evento de graduación… Y que si aquí a un año por ir a universidades distintas tú consigues una nueva mejor amiga… más universitaria.

- Oh, Keyttlin – me quejo – eso no pasará.

- De cualquier forma, mira, ya instalaron el teatro en casa, podemos subir a la música todo lo que queramos o ver películas de esas que nos hacen reír y llorar como locas o ver Gossip Girl o Teen Wolf… - pone cara de cachorrito – y acostarnos hasta que amanezca y dormir todo el día para despertarnos y desayu-almorzar brownies.  Prometo devolverte a casa en la tarde.

- Errr…

- Claro que irá – interviene mi papá.

-¿Qué?

-_____, es tu cumpleaños, y si lo más divertido que piensas hacer es comerte esa hamburguesa, hija, yo tengo que hacer algo al respecto

 - Pero papá…

- Sin peros, ve a divertirte con tus amigos, es una orden.

- ¿Qué hay con Queso?

-Él y yo nos quedaremos a descansar en casa. Nos hace falta, estamos hechos polvo después de tantas compras para tu cumpleaños.

- Papá… no quiero dejarte solo.

- No estaré solo, Queso me hará compañía, tú deja de actuar como una anciana y sal con tus amigos, es una orden…

 Me guiña un ojo.

- Gracias – le digo yo a él.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora