— A continuación recibamos a la alumna ______ Crowell, vicepresidenta del consejo estudiantil y mejor promedio de la generación quien va a presentarnos el discurso de despedida.
David me guiña un ojo y me ayuda a subir al escenario. Yo esperaba que fuese él quien dijera este discurso, me sorprendió ser yo la seleccionada.
Wesley tenía razón, él intentó algo conmigo, a veces me doy coraje, quizá esté dejando ir a alguien muy bueno por un ideal imposible.
Afortunadamente David fue bastante comprensivo. Es lindo que siga siendo como siempre conmigo.
Exhalo antes de colocarme en el atril. Abro el folder donde tengo escrito mi discurso y levanto la mirada. La luz que me ilumina directamente no me deja ver bien, pero sé que está rebosante de gente. Alumnos, graduados, familiares, amigos. Hay un tirón en mi estómago.
Dios, estoy nerviosa.
—Es probable que muchos de ustedes se pregunten por qué soy yo la que ahora se encuentra aquí pretendiendo hablar de lo maravillosos que fueron los últimos años en el colegio y lo bastante que echaremos de menos todo. — digo sin ojear mucho mi discurso, casi me lo sé de memoria — Y a otros de ustedes les interesa que termine de hablar para poder ir a la recepción que organizo el consejo estudiantil — se escucha una especie de bullicio acompañado de silbidos animosos — por lo que intentaré ser lo más breve y clara posible. Esta tarde no pretendo hacer un recuento de los años que vivimos en el colegio y de los diferentes que somos a los chicos de quince años que entraron hace tiempo con una mochila llena de expectativas e incertidumbres. Ustedes también estuvieron aquí, cada quien guarda con cariño sus propios recuerdos y yo quiero respetar eso.
»Es por ello que prefiero hablarles de algo más sencillo: el cambio. Todos lo hemos experimentado, eso es un hecho. Todos lo seguiremos experimentando hasta nuestro último aliento, ese es otro. Existen cambios pequeñitos y cotidianos, como la programación en la televisión, el estado del clima, los menús de la cafetería y la canción moda en la radio. A veces se vuelven tan cotidianos que ni notamos cuándo ocurren, cuándo llegan o se marchan. No puedo decir lo mismo de los cambios que depende de nuestra toma de decisiones, porque es donde todo parece ser más difícil.
»Y es que tomar decisiones jamás en la historia de la humanidad ha sido sencillo, estoy segura que los cavernícolas que decidieron dejar la comodidad de su vida en las cavernas y aventurarse a un mundo desconocido sintieron miedo en algún momento y cuando todo se puso difícil se preguntaron si esa había sido una buena decisión… y en vista de que no andamos por ahí escondidos entre las cuevas me aventuraré a decir que si fue una buena decisión.
» ¿A dónde quiero llegar con ello? verán, en unos cuantos minutos será oficial, estaremos graduados, el colegio del que tanto nos lamentamos ha llegado a su fin para no volver jamás. ¿Y ahora qué sigue? Simple, grandes cambios aguardan por nosotros. El mundo nos exigirá cada vez más y más porque seremos adultos jóvenes y con ello ya no el futuro de una nación, si no su presente. Vienen nuevos retos y caminos que tendremos que recorrer solos. Es entonces cuando un sentimiento mayor nos invade: el miedo.
»El cambio es inseparable del sentir miedo e incertidumbre. Pero eso no tiene que ser un impedimento. Al contrario, el miedo nos hace valientes, la incertidumbre nos hace personas decididas. Hay quienes creen que el cambio en el mundo sólo puede conseguirse con un milagro, bien, yo les digo que no es así, nosotros somos parte del mundo, y si queremos que éste cambie debemos comenzar a por nosotros. No te conformes, eso es lo peor que puedes hacer para todos y para ti mismo.
»Ten el valor de aceptar que necesitas un cambio, y ve a por ello. Sé que asusta, lo sé en carne propia. Pero la vida es lo suficientemente corta como para vivir disfrazados de alguien que no somos sólo porque es cómodo y porque así nadie nos dirá que estamos rompiendo un status quo. Otra cosa de la vida: aquellos que son miserables y sin valor por hacer algo diferente en sus vidas son los que más te atacarán, pensándolo de esta manera, ¿en serio dejarás que su opinión te afecte tanto como para abandonar tus convicciones?
»Con esto no te estoy diciendo que necesitas convertirte en el Gandhi o el Mandela del nuevo milenio, si puedes, adelante, pero a lo que yo te invito es a ser la mejor versión de ti mismo. Encuéntrate y verás que fácil puede ser feliz, e incluso a hacer feliz a los que tienes a lado. Como la señora de la cafetería que prepara la mejor comida del mundo, porque lo hace con cariño. El conserje que hace más que limpiar el colegio, te ofrece su amistad y comprensión. El prefecto que no sólo aplica un reglamento, si no espera que seas una buena persona… — siento un nudo formarse en mi garganta — o el profesor que en un solo semestre logro entendernos como nadie, nos mostró lo mucho que valemos y más que enseñarnos historia… nos alentó a ser parte de ella, a crear la nuestra.
»Mi invitación esta tarde es muy clara, no temas al cambio, si quieres algo luchar por ello hasta el último aliento de tu alma. Mientras estemos vivos es posible. La vida es tan sólo un momento… y nuestro momento es ahora.
»Generación 2011-2014, felicidades, nos hemos graduado.
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mi profesor 》irwin.
FanfictionUna relación un tanto peligrosa pero excitante a la vez.