Capítulo 2.

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- ¿Qué materias tenemos mañana Key? – le pregunto, mientras caminábamos a la salida del colegio.

- No lo sé, saca tu horario, o ya lo perdiste _______.

- No, lo puse en mi lib… Key, espera, ¿Tienes tú mi libro de historia?

- No, yo no tengo nada.

- Diantres, ya lo perdí.

- ¿Dónde lo viste por última vez?

- Ay no! - me quejo - la última vez que lo vi... fue en clase de historia – recuerdo lo que ocurrió esta mañana y unas ganas de vomitar llegaron a mi – debo ir a buscarlo.

- Bueno, entonces nos vemos mañana o mi hermano no me esperará, ya sabes cómo es, ¿no te molesta ir por él sola?

- No Key, ve, ya no puede haber nada peor a las tonteras que hice en la mañana.

- De acuerdo, entonces… nos vemos mañana.

- Cuídate - le dije regresando por el pasillo.

Regresé al aula de historia, pero ahora estaba vacío. El señor Irwin estaba sentado leyendo un libro.

- Disculpe, señor Irwin - dije atravesando la puerta.

Levantó la vista del libro y sonrió al verme, bajó su libro y colocó un separador.

- Señorita Crowell - me dice - adelante, ¿puedo ayudarle en algo?

- Me pareció haber olvidado mi libro de historia aquí, ¿lo ha visto señor Irwin?

- Dígame solo profesor, no lo sé, no me acostumbro aún a la idea de ser el "Señor Irwin", solo pienso en mi papá.

- Disculpe señ... - me muerdo la lengua - Profe Ashton, entonces, ¿ha visto mi libro?

- Supongo que ha de ser este – dice sacando un libro del cajón de su escritorio.

- Si, es mi libro – me acerqué a él y tomé el libro – muchas gracias profe, creí que lo había perdido.

- Lo ha dejado en su banco... en la mañana salió muy a prisa.

- Quizá porque sentí que metí la pata, no era mi intención hacerme la "chistosa" o algo así – dije avergonzada

- No tiene de que disculparse _____, le puedo asegurar que su respuesta fue la que más recordé en todo el día – me dijo y me dedicó una de esas sonrisas suyas que matan. – bueno, la estaba esperando, supuse que vendría por su libro.

- ¿Ya terminó su horario de clases?– pregunté, él había esperado por mi.

- Como hace una hora - me respondió tranquilo.

- Que pena, lo siento mucho.

- No señorita Crowell, tranquila, ese tiempo lo aproveché para leer un rato.

- ¿Qué lee? – pregunté curiosa.

- Unos cuentos de Gabriel García Márquez, ¿has leído algo de él? – me preguntó muy amigablemente.

- Es mi autor favorito, he leído cada una de sus palabras, mi cuento favorito de él es “algo muy grave va a suceder en este pueblo” me parece divertido.

- El mío es “el vuelo de la bella durmiente” – me contestó, parecía emocionado al saber de que sabía de que me hablaba.

- Ese cuento es muy bonito… y ¿qué piensa usted de “La luz es como el agua”?

- Lo he leído un millón de veces, y qué hay sus novelas, ¿te gusta “Del amor y otros demonios”?

- No he podido conseguir el libro, por más que he buscado.

- Que mal, y que me dices “Espantos de agosto”, ¿lo has leído?

- Al derecho y al revés – contesté y él soltó una risita. 

- Vaya, nunca había conocido a una chica, y menos de tu edad, tan adicta a García Márquez como yo...

- Me gusta leer... la literatura en general - le digo sonriente.

- ¿Y la historia? - me preguntó.

- Sí, también, y creo es algo más que "histórica"– se echó a reír, realmente estábamos pasando un buen rato, es increíble como yo con mi repelencia a las personas había entablado tan pronto una charla con el señor Irwin – La historia es mágica, es cíclica, es... como un enorme cuento donde los protagonistas somos nosotros y el autor es el destino... y le encanta hacer bromas pesadas.

- Bueno, si, esa es una mejor definición que "la historia histórica" - bromea.

- ¿A usted le gusta mucho la historia?

- Tanto como una buena charla – asiente dulcemente con la cabeza y me sonríe.

Dios, este hombre podría ser lo más cercano a la perfección, es atractivo, muy muy pero muy atractivo, pero no es tan solo un rostro sensual, había en él un ser humano maravilloso, noble, inteligente y divertido. Si tan solo no fuera mi profesor…

-Bueno señor Irwin, me voy, se hace un poco tarde…

- Hasta mañana Señorita Crowell, fue un agradable charlar usted, hacía tiempo que no platicaba con alguien tan amenamente – dijo sincero.

- Lo mismo pienso Profe Ashton.

- ______ - me dice interrumpiendo mi camino.

- ¿Sí?

- Será un placer ser tu profesor este año – sonrió de tal manera que sentí como mis piernas temblaron. Ashton era capaz de conseguir que mi corazón se detuviera con tan solo una sonrisa, con tan solo tenerle cerca, oh... vaya, mi querido profesor. 

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora