Capítulo 111.

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- Llegas temprano _____ - me saluda David.

 - Mi papá me trajo.

 - Lo hiciste madrugar en sábado – bromea.

 - Todo lo contrario, él tenía que ir a arreglar unos asuntos de su trabajo, me hizo llegar temprano a mí – me encojo de hombros – ¿te ayudo con una de esas cajas?

 Él pobre está batallando mientras camina con ellas.

 - Sería muy bueno.

 Todo dos de ellas, veo como varios chicos y chicas del consejo comienzan a llegar, es sorprendente lo puntuales que son. Tiene un punto positivo conmigo. Al igual que una nube negra que predice tormenta veo a Pamela acercarse al edificio.

No son ni las 9:00 am y ella ya luce como si fuera a una sesión fotográfica. La mayoría usamos unas converse, jeans, camiseta y un abrigo porque no hemos tenido temperaturas cálidas en días. Ella usa unos jeans ultra ajustados, botas de piel marrón, un abrigo que luce costoso con una linda blusa de tela floral. No parece que se haya hecho la idea de que venimos a trabajar.

Dejo las cajas junto a otras que están apiladas a un lado del salón y me acerco con él resto a escuchar las indicaciones de David. A mitad de su charla me veo interrumpida por el apuesto profesor que ingresa por la puerta trasera cargando unos cables eléctricos. Más de la mitad de las chicas han dejado, como yo, de escuchar a David, quien depara en ello e invita a Ashton a su lado.

 - Señor Irwin, que bueno que llega, ¿usted estará a cargo de las tomas de corriente?

 - Sí, ayer fui de los 5 suertudos en ser seleccionados para trabajar en esto.

 - Pero usted es el primero que llega – dice David – el año pasado no llegó ningún profesor, solo la Lic. Noelia.

 - Y este año también – irrumpe ella llegando al lugar quitándose su grueso abrigo – sí que es otro día frío – comenta.

 - Bien, no nos demoremos más – indica David – hay que comenzar a trabajar.

Y sin decir más todos van a su trabajo asignado, David me ha puesto a cargo de decorar el arco de la entrada. Trabajo con un par de chicas más que son de un grado inferior a mí. Son fáciles de llevar y conversamos de cosas triviales, hasta que nuestra labor se ve interrumpida por unas risitas suyas.

 - Que buen trabajo están haciendo, chicas – dice Ashton y eso explica el porqué de las risitas de mis dos ayudantes.

 - Gracias – dicen las dos a unísono.

 - ¿Y usted, Sr. Irwin, cómo va con la instalación eléctrica? no sabía que tuviera esas habilidades.

 - Bueno, ____, eso es porque usted solo se aburre conmigo escuchándome hablar de fechas y hechos en las clases de historia.

 - Sus clases no son aburridas.

 - Eso es porque usted es mi mejor alumna – dice con una sonrisa radiante.

 - oh, señor Irwin, gracias, pero creo que no debería mostrar favoritismos.

 - Bueno, no debería hacer varias cosas que hago – dice haciendo ese gesto suyo de cuando contiene la risa ante esa broma privada que continuaría: “como salir con usted, por ejemplo”

 - Yo creo que es un gran profesor.

 - Muchas gracias. En fin chicas, las dejo trabajar, nos vemos luego _____.

 Jalando un cable color malva se une a un grupo de chicos que traen pinzas en las manos y cosas de electricidad. Jalo un lazo flojo en el arco.

 - _____ - habla tímidamente una de las chicas con las que trabajo, me han dicho sus nombres pero no los he aprendido, así que me limito a identificarlas mentalmente como la castaña y la rubia. La que me ha hablado es la rubia.

 - ¿Qué pasa?

 - ¿Te podemos hacer una pregunta?

 - Claro, si puedo responderla, adelante.

- ¿Es cierto que estás saliendo con el amigo de tu profesor?

 - Con el que acaba de saludarnos.

 ¿Cómo Oops! se supone que yo responda a eso?

 - ¿Por qué lo preguntan? – respondo con  una risita nerviosa.

 - No te asustes, pero es el tema del momento – dice la castaña con un gesto que me recuerda mucho a Hannah.

 - ¿Soy el tema del momento? – exclamo con evidente sorpresa.

 - Su amigo también es muy guapo.

 - Eres nuestra ídola.

 - Nosotras morimos por cursar a último grado para poder tener clases con él, es tu "cuñado", pero no se puede negar que se cae de bueno.

 Mi cuñado, ugh, ver a Ashton de esa forma me retuerce las tripas. Sin embargo es cierto que se cae de bueno.

 - Aunque claro, nosotras quizá no lleguemos a conquistar a su amigo, la gran pregunta de todo el mundo es ¿cómo le hiciste? ¿cómo es que lo conociste? ¿qué piensa él? ¿lo has podido tratar fuera de clase?

 - Es tan… increíble – chilla la rubia.

- Señoritas, menos platica y más trabajo, ese arco tiene que quedar listo hoy -  nos bufa David mientras va de un lado a otro del salón, si yo creí que ser presidenta de clase era difícil, no quiero imaginar lo que es para David ser el presidente de los presidentes.

 - Ya va chicas, nada de eso ocurrió con intensión, fueron azares del destino que de una u otra forma me trajeron a este punto.

 - Pero vamos, estás viviendo un sueño con todo esto.

 ¿Un sueño? a veces todo luce más como una pesadilla para ser sinceros. Una muy disparatada.

 - Están exagerando – digo riendo – mejor hay que darnos prisa.

 - Oh vamos, cuéntanos más sobre sobre su amigo.

 - Si ____, cuéntanos más sobre Calum… - irrumpe la cara de ardilla en la conversación

 - Pamela está no es tu sección de trabajo.

 - oh, eso se ve a simple vista – dice mirando nuestro trabajo de forma despectiva – pero los arreglos individuales que preparé van junto a… esto, y no los puedo colocar hasta que tu termines.

 - Ya casi terminamos, aún es temprano, solo danos un minuto.

 - ¿Para qué? – dice con un risa burlona -  para que puedas seguir contando tu gran hazaña de cómo te enganchaste al amigo del Sr. Irwin, bravo _____, ahora eres muy popular.

 - Lo que yo haga con mi vida no es asunto tuyo – la atmosfera entre nosotras se tensa rápidamente.

 - Tienes razón, tu reputación no es de mi interés, ni que fuese tu madre… aunque claro, eso que importa para ti si la tuya está muerta. Qué vergüenza sería para ella verte ahora…

 Sus palabras dan justo en el blanco.  Es como un cuchillo ardiente que se clava en mi haciendo que un dolor incontrolable brote. Pamela suele ser ofensiva, pero cuando quiere hacer daño sabe exactamente como provocarlo. No voy a llorar frente a ella, no pienso dejarle saber que me ha hecho daño. ¿Por qué tiene que ser tan cruel? oigo como mi respiración se quiebra, es irregular, como si el aire faltara, torpemente corro hacia la puerta, no quiero ver más su cara disfrutando del efecto de sus palabras, empujo la puerta y siento el aire gélido golpearme, no he tomado mi abrigo, ni mi bolso, solamente he salido corriendo, y no quiero detenerme, corro y corro sin decidir si quiero llegar a alguna parte. Solo quiero estar lejos.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora