- ¿Qué te parece esa? – me dijo Ashton señalando una camiseta en el aparador.
- Está horrenda – respondí con honestidad.
- Gracias _____, esa me gustaba – se quejó.
- Lo siento – reí – pero está fea.
- De acuerdo señorita, ¿qué cree usted que yo deba usar?
- Es que no es la camiseta Ashton – le expliqué – ES TU CUMPLEAÑOS, debes lucir bien, no como para ir un rato al parque… has considerado usar algo más para la ocasión, quizá un traje.
- ¿No crees que será muy formal?
- Es mejor que usar camiseta y jeans.
- Cierto… - entrecerró los ojos - tu ganas, busquemos un traje – dijo Ashton rendido.
•••
- ¿Qué te parece? – me preguntó Ashton saliendo del probador con un elegante traje negro que lucía mejor en él que en el maniquí, sentí como una revolución de cosquillas jugueteaban en mi estomago y mis pensamientos se perdían en él. - ¿_____? - insistió Ash – ¿tan mal me veo? – dijo arrugando la frente y volteando a verse en el espejo preocupado.
- No – dije agitando mi cabeza en un intento de aclarar mi mente – luce… bien – lucía mejor que bien, yo diría perfecto.
- ¿Segura?
- Bueno – agregué - podría lucir mejor con una corbata – dije inclinando mi cabeza de un lado.
- Sí, también lo pensé – me dijo. Tomé dos corbatas de mostrador y se las mostré a Ashton.
- ¿Cuál? – le pregunté. Ash las examinó con la vista minuciosamente.
- La roja – me indicó – pero me ayudarías con el nudo, soy un desastre en ello.
- Seguro – siempre lo hacía con mi papá quien era peor que un desastre. Me acerqué a Ashton con la corbata roja, y pasé mis manos alrededor de su cuello. Sentir su respiración tan cerca hizo que se me enchinara un poco la piel, comencé a hacer el nudo, lentamente, como intentando prolongar mi cercanía con él. Su aroma varonil llenaba mis pulmones, él solo me observaba atento mientras manipulaba la corbata.
- Listo – dije haciendo el ultimo ajuste, alcé la mirada y vi los ojos de Ashton, mirándome penetrantemente, sentí mis rodillas temblar, eran hermosos, agaché la mirada y me aparté un poco, sentí ruborizarme pero Ash, afortunadamente, pareció no notarlo.
- Gracias – dijo Ashton, volteo a verse nuevamente en el espejo - tenias razón, luce bien – miró su reloj de mano – ¿las 3:00 pm ya? – Exclamó sorprendido – me quito esto _____ y vamos a almorzar.
Me limité a asentir con la cabeza, Ashton entró al probador nuevamente y yo me senté en uno sillones que estaban dentro de la tienda. La cabeza me daba vueltas intentando captar el punto en el que me encontraba, en menos de 24 horas Ash había pasado de ser mi profesor a mi amigo, compañero de compras. Estaba yo, _____ Crowell sentada en un sofá esperando a que su profesor de Historia Universal contemporánea saliera del probador de la tienda donde escogieron el traje que él usaría en su fiesta de cumpleaños a la cual asistirían juntos para ir a almorzar algo. Si, sonaba como una locura para una persona como yo, pero no importaba porque la idea... la idea realmente me gustaba.