mi profesor 》irwin.

Capítulo 170.

Ashton.

—Lo siento, bro. Esa semana no estaré — se disculpa Calum — es el día de la graduación de Key, iré con ella, prometí llevarla a celebrar después de la ceremonia.

— ¿Irás a la ceremonia del colegio? — le pregunto a mi hermano.

— ¡Ja! Qué más quisiera, pero Key no quiere que me vean con ella por ahí, ¿recuerdas que soy recordado como el exnovio de su mejor amiga?

Una punzada de culpa me acecha. La relación de ellos no tendría que complicarse por culpa de mentiras que no son de su autoría.

— Lamento eso — le digo.

— No, descuida, no lo decía con esa intención, Keyttlin y yo somos fieles creyentes de ustedes y de que estás siendo un atarantado con eso de estar en Washington.

— Calum… — advierto, siempre que hablamos terminamos en lo mismo y no es sencillo.

— Ya sé — me dice — igual no tengo mucho que decirte. Keyttlin me cuenta casi nada a últimas fechas porque te detesta por romperle el corazón a ______.

— Creo que lo dejó muy claro la última vez que la vi — le digo, Keyttlin casi le saca los ojos a Tara cuando la vió sentada a mi lado. Bueno, ella y mi hermano.

— Te dije que la llevaría, era bastante verte a ti como para pedirle que te soportara junto a tu nueva conquista, ¿qué esperabas que ella hiciera? O qué yo hiciera. Amamos a _______ y nos duele que todo haya terminado así para ustedes.

— A mí me mató, Calum…

— Y llegando con una nueva chica a la comida es como lo demuestras — espeta.

— No es nada para  mí — le gruño — sólo una amiga que me ha ayudado a soportar este infierno de vida sin _______.

— Eso dices… — murmura — aunque no soy quien para reclamarte, igual yo me decía su mejor amigo y hace tanto que no la veo. Creo que no has sido el único idiota que la abandonó.

— Yo no la abandoné.

— Sí, lo hiciste, como su novio y yo como su amigo. Somos la pura-mierda

Suspiro — Jamás debí meterme en su vida.

— Te apuesto mi alma a que ella no se arrepiente de eso.

— No lo sé, las cosas pueden que hayan cambiado.

— ¿Ya no la quieres? — pregunta directo.

— ¿Estás demente? — le digo — cómo si eso fuera posible.

— ¿Entonces porque piensas que para ______ es distinto?

Silencio. Esos pensamientos no logran más que hacerme sentir como una mierda. Ya no debo pensar más en ______ si no puedo tenerla, pero una parte de mí se niega a renunciar a ella.

— Sé que no lo es, pero no podemos estar juntos, yo soy…

— ¿Su profesor? — me interrumpe — ya no lo eres más y en una semana ella ya no será más una estudiante en ese colegio.

— Pero sigo siendo mayor que ella, ya puse de cabeza su mundo una vez, amigo, ahora está por comenzar una nueva etapa en su vida que ya fue planeada sin mí. No puedo llegar de la nada y arrastrarla a la locura una vez más.

— ¿Entonces cuándo? — Parece molesto — ¿Cuál será el momento Ashton? Cuando ____ esté en una relación con alguien más, cuando se encuentre al otro lado del mundo, cuando otro tipo consiga poner un anillo en su dedo, ¿qué esperas? A que esté vestida de blanco caminando al altar, a que tenga esposo, hijos y una vida ya hecha.

Casi se siente como una pata en el hígado pensar en _____ de esa forma. Como si mi mente siguiera conservando esas imágenes de ella conmigo a su lado. Pero no es así.

— Su padre no me aceptaría jamás, me odia y más ahora que sólo conseguí lastimar a su hija. Acabo de comenzar la maestría, yo…

— Vales madres, Ashton — espeta — siempre admiré que a diferencia de Luke y yo tú solías aferrarte como nadie a lo que querías y luchar por ello sin importar que tus padres no lo aprobaran… o el mundo entero. Ahora no haces más que buscar pretextos. Tienes razón, es mejor que no vuelvas, quédate lejos y deja el lugar a otro, que _______ no merece al cobarde en que te has convertido.

Cuelga.

Lo próximo es mi móvil hecho añicos contra el suelo y la impotencia, frustración, rabia, tristeza, furia y soledad hirviendo en mí derribándome por completo hasta no dejar nada