Capítulo 49.

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- De acuerdo, ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hija? – se burla mi papá al otro lado del auricular.

- Papá… - me quejo.

Veo a unos metros el edificio donde vive Ashton, para mi sorpresa su departamento no me está tan retirado del colegio como pensé, a dos cuadras de aquí está el bar aquel de donde lo saqué la noche pasada, seguro venía rumbo a casa cuando se tomo aquella parada. En fin, he decidido llegar caminando, no me ha tomado ni una hora, apenas serán la 1:00 y Ashton saldrá del colegio hasta las 2:00. Mi papá me ha llamado mientras venia con rumbo y le dije sobre mi reciente elección como presidenta de clase. No lo culpo por sorprenderse pues bien, yo aún no lo creo, pero estos últimos días no han sido los más ordinarios de mi vida.

- Perdón, pero es que me cuesta trabajo verte a ti disfrutar estar al mando de tu clase y sus problemas cuando hasta la última vez que te vi odiabas salir de tu cuarto.

- Sí, suena loco papá, de hecho ni yo misma aún lo creo, pero pienso que quizá a veces la vida nos presenta lo que necesitamos de la manera menos esperada y hay que dar una oportunidad, ¿no lo crees?

- Sí, sí, sí, mira princesa, mientras no te tatúes o te escapes con un motociclista rodante, por mi está bien hija – bromea mi papá y yo rio – solo quiero que seas feliz.

Ashton no me pediría que me tatuara, ni es un motociclista rodante (creo) y me hace muy feliz, mi papá sin querer se está poniendo la soga al cuello a si mismo pues si la situación lo ameritase en el futuro tendré que usar sus palabras a mi favor, así que hago un esfuerzo por memorizarlas.

- ¿A qué hora llega tu vuelo el viernes?

- A las 7:00 pm, ¿iras por mí al aeropuerto?

- Estaré allí desde las 6:30 – le digo – te he echado mucho de menos pa…

- Y yo a ti mi pequeña Crowell… cuando vuelva celebraremos tu elección.

- No es la gran cosa papá, solo soy la representante de otros 40 cabezones de mi clase – digo y mi papá ríe.

- Pero eso te asegura un lugar en el consejo estudiantil, no decías siempre que no hacías nada porque cuando hicieras algo sería muy importante, pues bien, creo que lo que deseaste toca a tu puerta.

- Entonces creo que debo de ser más cuidadosa con lo que deseo, parece que ando con buena racha.

- Bueno, ¿por qué no pides un novio? quizá se te cumpla - bromea mi papá y yo rio, si, algo nerviosa.

- Me retracto, mejor se tú el cuidadoso con lo que desea… o se puede volver realidad – le digo y lo escucho reír – oye, ¿por qué no eres un papá normal? se supone que tu deberías querer alejar a todo ser del sexo masculino potencialmente factible como novio para tu hija, ¡no sugerirle que desee uno!

- Solo bromeaba, además, creo que eres lo suficiente inteligente como para mantener a cualquier todo ser del sexo masculino potencialmente factible como novio que no sea bueno lejos.

- Eres extraño, luego no te quejes cuando pienses que yo lo soy.

- Así te amo hija, desde que naciste supe que no serías una niña ordinaria y no me he equivocado.

- ¿Me estás llamando anormal de nacimiento o algo así? – le digo enserio pero mi papá ríe como si estuviese bromeando.

- No preciosa, te estoy llamando extraordinaria.

- Esa es otra forma de decirme anormal.

- Y además perspicaz… - me dice divertido - ay hija… ya extrañaba mucho oír tu voz y tu necedad… la última semana solo he escuchado negociaciones.

- Pero ya podrás descansar cuando regreses... te quiero mucho.

- Y yo a ti mi pequeña Crowell – me dice mi papá dulcemente – debo de colgar, si puedo te hablo mañana.

- No te apures papá, te quiero más, nos vemos el viernes.

- Pórtate bien y no te encierres mucho en casa.

Mi papá cuelga y sin querer cumpliré con su sugerencia, pues ahora estoy subiendo por el elevador de un edificio que definitivamente no es mi casa, si no la de Ashton. El edificio no es muy grande, son 7 pisos y él vive en el quinto.

Uso la llave que me ha dado para abrir la puerta y entro. Me llevo una gran sorpresa al entrar, esperaba encontrar un clásico departamento de soltero, ropa por el suelo, quizá algunos trastos sucios en el fregadero y muebles desordenados, pero es todo lo contrario, todo está muy… limpio, el departamento está pintado de un azul masculino, es como grisáceo, como si hubiesen mezclado a tumblr con algo de blanco y huele a manzana, de allí podría explicar ese dulce aroma que tiene Ashton, claro, que el aroma a manzana se mescla con su masculino perfume. La cocina está al fondo, está solo dividida de la sala de estar por una barra que creo es donde Ashton come pues no hay un comedor y bien, tampoco habría espacio para una; tiene unos muebles de piel y una mesita en el centro, hay una puerta en el lado contrario a la cocina y puedo casi asegurar que es su cuarto, la curiosidad me incita a husmear pero no quiero ser una impertinente así que dejo mi mochila en el mueble y echo un vistazo a los dos libreros que Ashton tiene en la pared frontal, creo que se como pasaré la hora que resta mientras llega, clasifico mentalmente sus libros en “ya lo leí” y “quiero leer”.

Tomo uno, casi inconscientemente y sonrió al leer la portada: “Jaime Sabines: Recogiendo poemas”. Ayer Ashton citó un fragmento de él para hacerme saber que me quería, nuestro primer beso… ahora le sonrío a un libro, perfecto.

Me quito los zapatos quedando solo con las medias escolares que uso y me tumbo en un sofá a leer.

Quiero a Ashton, de eso estoy segura, él me quiere a mí, y eso me hace sentir inmensamente feliz.

Han pasado ya los dos de la tarde cuando oigo sonar el timbre. Y mi corazón me dice quién es. Me paro de un brinco y pego el ojo a la mirilla comprobando así que efectivamente no estaba equivocada. Quito el seguro y abro, doy unos paso hacia atrás para permitirle que entre, mi corazón se hincha de alegría al ver en sus manos un pequeño ramo de margaritas.

- No encontré rosas – me dice algo apenado mientras me extiende el ramillete de florecitas que trae en mano.

- Me encantan las margaritas – le respondo y tomo el pequeño ramo de florecitas y él me mira profundamente con esos ojos ámbar que tanto amo cuando me miran así, como si fuese lo único que importara ante sus ojos. - ¿por qué me miras así?

- Porque a mí me encantas tú.

Ashton me envuelve por la cintura con sus brazos y yo enrollo los míos en su cuello para después unir nuestros labios electrificando mi cuerpo al sentir sus labios contra los míos, acaricio su cabello, juego con sus labios, siento el calor de su cuerpo que está tan cerca del mío. Sin esfuerzo alguno Ashton me levanta por encima de mis pies, pero no separamos nuestros labios, puedo sentir su pecho latir y al mío latir tan rápido como el suyo. Libera mis labios y le da un besito a mi cuello provocando que una especie de gemido se escape de mis labios y una corriente eléctrica me recorra todo el cuerpo al sentir sus suaves labios en contacto con la piel de mi cuello pero me tiro para atrás y él lo nota. Siento su sonrisa en mi cuello, me baja y besa mi frente.

- Perdón, me he pasado – me dice.

De cierto modo me siento como una tonta, no quiero que Ashton se sienta culpable, me encantó lo que hizo pero el punto es que todo esto es nuevo para mí, y al no ser la clase de chica que se “deja llevar”, realmente no sé cómo actuar… pero en fin, lo hecho, hecho está.

- No, fuimos los dos… - le respondo para hacerle entender que no es el culpable y él sonriente toma mis manos.

- Creo que soy yo el que no es “capaz de controlar sus deseos” - bromea y ambos reimos.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora