- Me lo repites una vez más – dice Key al otro lado del auricular - es algo confuso.
- ¿Pero qué te confunde Key? es muy sencillo, mira, aferrándonos a la posibilidad de que el director quiera aclarar la situación lo más en secreto posible.
- Que es lo más probable – comenta ella.
- Sí, no creo que quiera hacer un escándalo de este tipo para su colegio, bueno, como te decía, la explicación que daremos será que todo ha sido una confusión muy embarazosa. Diremos que Wesley me pidió salir y yo me negué…
- Eso es verdad – dice entre risas.
- ¡Keyttlin, concéntrate! – le digo.
- Lo siento.
- Bien, como yo me negué, él quiso saber el por qué… fue allí cuando le dije que estaba saliendo con alguien más, pero no le dije quién. ¿Voy bien?
- Si.
- Entonces ocurrió lo de mi incidente con la glucosa y la ayuda que recibí de Ashton.
- Sr. Irwin – me corrige.
- Vale, cómo sea, la ayuda de Ash… del Sr. Irwin hacia mí y sus atenciones se deben a el padre de su mejor amigo mantiene negocios con el mío y nos habíamos visto los 3 algunas veces. Aquí es donde entras tú, yo ya te había contado que salía con un chico desde hace tiempo, pero que no quería hacerlo público porque nuestra situación era complicada y por ello no quería hablar más al respecto.
- Lo entiendo.
- Tú me escuchaste un día, el viernes pasado, hablando por teléfono con él, y escuchaste nombré a “Irwin”, eso te hizo pensar inmediatamente en Ashton, y todo embonaba para ti, por lo de la situación complicada. A eso se sumó lo de las atenciones que recibí de Ashton cuando tuve el shock insulínico, pero cómo sabías que no quería hablar de ello no me hiciste ningún comentario. Wesley se acercó a ti, para sacarte información y por accidente le dijiste que con quien yo salía era Ashton, eso lo puso como loco.
- Vaya, que intenso.
- Si, y a eso se sumó mi ausencia hoy coincidentemente con la de él.
- ¿Lo qué terminó de confirmar nuestras especulaciones?
- ¡Exacto! Es allí donde entra Calum – le digo.
- Y entonces donde entra el amigo del Sr. Irwin en todo esto – dice confundida.
- Calma, te explico, diremos que todas esas especulaciones fueron equivocadas, que cuando tú me escuchaste decir “Irwin” yo estaba hablando sobre la historia que Calum me había contado sobre Ashton.
- Oh…
- Sí, y cuando yo te dije que era una situación complicada me refería a que nuestros padres están haciendo negocios juntos y ambos decidimos intentarlo en secreto porque si no funcionaba no queríamos que afectara a nuestros padres.
- Oh, mi dios, entonces eso haría que el vídeo que tiene Wesley no sea más que el resultado de un mal entendido.
- Mezclado con un poco de tu furia.
- Es asombroso, es asombroso.
- ¿Ahora ya lo entiendes? – le pregunto para confirmar que no tenga dudas.
- Sí, está muy claro.
- Bien, de cualquier forma mañana temprano repasamos la historia para asegurarnos de tener la misma versión.
- Vale, no se preocupen, no les fallaré esta vez.
- Oh, ya, no te apures más con eso…te quiero Key.
- Te quiero _____... pasa una muy, muy, linda y apasionada noche con Ashton – bromea sinuosamente y cuelga. Acaso tener sexo es lo único que piensan los jóvenes de ahora. No me queda más que reír de lo ridículos que quizá somos Ashton y yo tumbados en su cama viendo películas de Disney.
- Esta es mi parte favorita de mi película favorita – me dice conteniendo su emoción, me enternece verlo emocionarse así. Oh si, estoy es lindo y apasionante.
- ¿Peter pan es tu película favorita? – le digo mientras dejo mi móvil a un lado para volver a acurrucarme en su pecho
– Sí, me encanta Londres y la tierra del nunca jamás…
- Es muy precioso.
- ¿Ya quedó todo con Key?
- Después de un par de explicaciones extras, sí.
- Es tarde, quizá debamos dar pause e ir a cenar…
- Quiero cenar comida china – le digo.
- Yo no sé preparar comida china – se lamenta.
- Pero yo tengo dinero… y tu un auto…¿y si vas a comprar? ¿si…? – parpadeo varias veces y le doy mirada de cachorrito.
- Está bien, pero yo pago…
- ¿Orgullo de hombre?
- Si.
- Tienes razón, me parece estúpido, pero bueno… lo respeto.
Ashton se incorpora, toma una sudadera, las llaves de su camioneta y su billetera, yo pongo pausa a la película.
- Si quieres sigue viéndola, yo ya me la sé de memoria.
- ¿Seguro?
- Si – se agacha y besa mi frente – no tardo, amor.
- Conduce con cuidado, las calles están húmedas por la lluvia.
- Lo haré, y tu cúbrete que hace frío.
Me arropa y se marcha. Yo me hundo más entre las sabanas e inhalo su aroma embriagante aún presente.