Diciembre trae en la ciudad ese efecto alegórico y cálido, aunque las temperaturas estén en picada y el sol se limite a aparecer esporádicamente entre el usual cielo nuboso, pinos adornados, coronas en las puertas, guirnaldas de luces decorando las casas como pequeñas luciérnagas juguetonas, ropa de invierno, mi favorita entre todas. Tengo el firme propósito de hacer de está navidad la mejor de todas. Mi papá y yo lo merecemos.
Sin embargo las vacaciones de invierno también están cerca, nos quedan tan solo una semana y unos días para salir. Por ello creo que los profes se han confabulado para hundirnos y ahogarnos en tareas, trabajos, proyectos y pruebas.
Desde que Pamela dejó el colegio todo ha fluido de una manera extrañamente natural. Incluso su sequito de seguidoras ahora son más amables y parece como si un peso de los hombros se les hubiese ido. Eso me hace sentir un tanto de pena por ella, no me gustaría que al partir de un lugar nadie me echara de menos, si no que todo lo contrario, estuviesen felices por mi ausencia.
Alejo un poco la laptop de mi para poder recostar mi cara sobre el colchón de la cama por unos segundos, me siento amodorrada y no son más de las 2:00 pm.
Al poco tiempo un cuerpo choca contra el mío y un brazo me rodea por la espalda. No abro los ojos, pues sé que es él. Me vuelvo del otro lado y acomodo mi cara contra su pecho, disfrutando sentir sus suaves respiraciones subir y bajar.
- ¿Alguien tiene sueño? – me murmura dulcemente enredando sus dedos en mi cabello.
- Y también mucha tarea…- me quejo adormilada.
- ¿Qué haces ahorita?
- Tu tonta investigación documental más ensayo – me quejo – la cual nos trae a todos como locos.
- Casi nunca les pido trabajos muy elaborados, _____ - se justifica – y este es el trabajo final del semestre…
- No me quejo por eso, sino porque fuiste un demente con el tiempo que nos diste, sólo tres días.
- Las exposiciones de ustedes se extendieron, no podía haberles encargado antes el trabajo.
- ¡Ya sé! – le digo abriendo los ojos, él aún tiene la camiseta que llevo hoy al colegio, sólo que desaliñada, igual que su cabello, lo cual le da una apariencia realmente sexy. – pero aún falta una semana más de clase, no entiendo por qué nos diste como fecha límite mañana, ¿qué haremos el resto de la semana?
Ashton no me contesta sólo sigue enredando mechones de mi cabello en su dedo índice.
- Porque yo no voy a estar la última semana – me dice finalmente y me incorporo sentándome sobre el colchón.
- ¿Qué dices?
- Me voy mañana en la tarde.
- ¿Por qué? – exclamo realmente confundida.
- ¿Recuerdas a mi otro amigo, Luke?
- Claro, lo conocí el día de tu cumpleaños…
- En una semana cumple años.
- ¿En serio?
- Así es, Calum y yo estaremos con Luke esta última semana antes su cumpleaños, Calum no tiene tanto problema porque la semana pasada concluyó su semestre en la universidad y ya está en su casa. Por mi parte tuve que pedir un permiso especial, accedieron con la condición de que terminará todas mis actividades con mis grupos.
- Por eso nos traes como esclavos trabajando.
Ashton ríe.
- Culpa de Luke, por si quieres reclamarle cuando lo veas.