Capítulo 24.

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Al abrir los ojos la luz de mañana me cegó momentáneamente y un agudo dolor en las sienes me hizo parpadear rápidamente, todo daba vueltas y el dolor de cabeza era constante.

Cuando finalmente reaccioné un escalofrió aterró mi cuerpo al ver que no estaba acostado en mi cama y que esas sabanas con las que estaba cubierto no lucían como ninguna que hubiese visto antes, entonces sentí que no estaba solo, giré la mirada unos centímetros y vi a _____ plácidamente dormida en mis brazos

- Mierda Ashton, no, ¿qué hiciste? – por favor, que no fuera lo que estaba pensando, no así, no con _____, hice un esfuerzo por intentar recordar la noche anterior pero el dolor de cabeza no me  permitía ni parpadear sin dolor. El terror que me invadió ante mis suposiciones desapareció cuando reaccione y me di cuenta que _____ y yo estábamos vestidos. Ahogué una leve risa, si, aparentemente aún estaba algo desorientado. Entonces me tomé unos segundos para contemplar a _____ quien parecía ser ajena a mis últimos locos pensamientos. ¿Fue real? me cuestioné, no soñé a _____, ella realmente estaba allí, en mis brazos aún, los sentía entumecidos pero no quería moverlos, no quería interrumpir su sueño, era lo más bonito que había visto en mucho tiempo, me preguntaba si así se sentirían esos enamorados cuando al despertar lo primero que ven es a la mujer que más aman. Vaya, pero que pienso, no, como era posible que me permitiera considerarlo, no después de lo de Danielle, a quien aún creo que amo. No con _____, por más dulce, hermosa y angelical que me pareciera no dejaba de ser mi alumna, una joven chica del colegio donde yo era profesor. Estaba mal de más de una manera. Me hacía sentir culpable, pero esos sentimientos eran completamente anulados cuando veía a _____a los ojos, llenos de vida, cuando sonreía y ese pequeño hoyuelo se formaba en su mejilla… Dios mío.

Danielle, _____, Danielle, _____, dos chicas abismalmente diferentes. Yo tan confundido. ¿Qué sentía por cada una de ellas? Debía admitirlo, no podía seguir negando qué algo me ocurría con _____, ¿pero qué? Creía que la necesitaba porque ella lograba hacerme sentir bien, porque era reconfortante, pero era más que eso, ella me hacía sentir… completo. Me sentía libre, en confianza de poder mostrarme tal cual era, me sentía libre, en confianza para ser yo mismo, sin miedo a no cumplir las expectativas. Era como si ella me conociera mejor que toda esa gente que dice hacerlo.

Pero _____ era un camino peligroso, para mi y para ella, tenÍa que andar con cuidado, no merece ser lastimada, ella no merece a alguien roto, tanto como estaba yo después de Danielle, a quién le entregué todo de mi y me pagó con traición. Aunque yo mirara a _____ como mujer, tal como lo había entendido la tarde pasada, cuando la ví de pie, en ese hermoso vestido negro de encaje, el hecho era que es una niña. “cinco años no son tanto” intenté convencerme, “A veces son muchos” replicó mi lado racional. Tomé un respiro y la observé unos segundos más.

-vHaré lo mejor para ambos – besé su frente, y suavemente me zafé de ella – Soy tu profesor, un pobre idiota sin suerte en el amor, esto debe terminar _____, quizá antes de que empiece.

Aunque algo en mi me decía que ya era algo tarde.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora