Esta mañana desperté llena de energía, mis piernas casi ya no arden, el remedio casero de Ashton parece haber hecho un buen efecto. Por primera vez en mucho tiempo la idea de ir a clases dejó de sonar poco ‘interesante’.
Estuve lista para llegar a tiempo, bueno, quizá hasta un poco temprano. El aire matutino de los pasillos, con muy pocos alumnos aún, lleno mis pulmones.
- ¿_____? Llegando temprano – dijo una voz femenina que creí no tendría que escuchar este año.
- Buen día Lic. Noelia… así que, ¿está de regreso? – no sé si mi voz es precisamente de gusto, pero la verdad es que la Lic. Noelia y yo no llevamos la mejor de la relaciones “orientadora-orientada”, siempre terminábamos desorientándonos mutuamente.
No la vi la primera semana acá en el colegio, tuve la falsa ilusión de que finalmente había cansado al director con su metodología de psicóloga y este la había echado.
Sé que es su trabajo, pero tienen idea de lo fastidioso que resulta tener a alguien intentando meterse en tu cabeza a casa rato, por mi parte es detestable, lo odio.
- Bueno cariñito – allí estaba otra vez, esas expresiones empalagosas envueltas en su tono condescendiente que tanto detesto – en realidad nunca me fui, solo prolongué mis vacaciones una semana más… ¡pero he vuelto!
Si, ella parece la única entusiasmada de las dos con ello.
- Entonces seguirá aquí… nuevamente…
- Corazón, sé lo que estás pensando – no, no lo hace, por qué se esfuerza en ello – el año pasado no tuvimos mucho progreso – acaricia mi cabello, me siento como si fuera su cachorro – pero este año espero que sea diferente.
La Lic. Noelia cree seriamente que yo tengo problemas con la “integración social”, y nuestra relación pudo haber sido simplemente cortes, tal como lo hago con las personas que no me agradan, pero todo se arruinó cuando ella dijo que mis problemas eran a causa de mi “falta de una imagen materna”. Ella que sabía, no puede ir por la vida creyendo entender a todo el mundo, se suponía que si quería ayudarme debería hacer que me sintiera mejor, pero cada vez que la veía solo lograba deprimirme más. Por eso la evitaba y ella parecía haberse fijado en mi pues entre más la evitaba, ella más me buscaba.
No puedo negar que tenga buenas intenciones, pero como mi abuela dice “de buenas intenciones están llenos los panteones”. Y además, tratándome como un bicho raro y mirándome con lástima cada vez que le abría mi corazón no ayudaba en mucho… solo despertaba mi furia.
- Entonces… – le digo esbozando una sonrisa cínica en mi rostro – suerte con ello licenciada.
Hago una reverencia, todavía no estoy segura de por qué y me doy vuelta para avanzar sin dejarla si quiera decir nada más. Me he comportado como una malcriada de 5 años, pero sé que esa actitud la hace enfadar, y hacerla enfadar es una pequeña venganza que tomo hacia ella por hacer lo que hace conmigo.
Con esa pequeña (y algo loca) victoria ingreso al salón donde tomaré mi primera clase de hoy. Noto que han grabado ya su nombre en la placa de la puerta.
Aula F/Historia Universal contemporánea I – Filosofía I/ Profesor Ashton F. Irwin.