Capítulo 116.

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Acomodé a _____ en el asiento del copiloto y se acurruco rápidamente subiendo los pies a la silla, haciéndose un ovillo. Creí que se quedaría dormida pero no lo hizo, simplemente me observaba.

 - No es que me moleste – le dije - pero ¿por qué me miras así?

 - Me gustas - contestó ella.

 Reí, cuando volví la mirada los ojos de _____ me miraban un poco más seria.

 - Tú también me gustas – le dije – pero en tu cabeza pasa algo más… anda, abre el pico.

 Ella sonrío algo tímida

 - Cuando estuviste con Danielle – comenzó algo dudosa y me pareció algo irreal escuchar aquel nombre salir de esos labios dulces.

 - Si – insistí para que ella terminase de hablar

 - Cuánto tiempo… paso para que ustedes dos… - su incomodidad parecía crecer – uhm,  ya sabes… estuvieran juntos.

 - Te lo he contado antes – le explico – yo siempre estuve flechado como un puerquito por ella como dos años hasta que finalmente me hizo caso.

 - No – dice ella ruborizándose – me refiero a juntos… de la otra manera.

 No estoy seguro si yo también cambie de color, pero si sentí arder mi rostro. Darle detalles a ____ de mi pasada vida sexual con Danielle jamás figuro en mi lista de temas a tratar con ella pero si preguntó y yo la animé ahora tenía el compromiso de responderle.

 - La primera vez que salimos juntos, fue en su casa, sus papás no estaban… éramos dos adolescentes con las hormonas despiertas – me encojo de hombros mientras un semáforo me hace frenar aprovecho para mirarla – así fue como comenzó, después de eso estuvimos juntos muchas veces, al final nuestra decadente relación se mantuvo a flote solo por eso, una buena sesión de sexo. Nada más.

 - oh – es todo lo que dice, su rostro parece haber sido teñido desde las mejillas hasta las orejas. –entonces tres meses puede que ya sea un periodo algo largo, ¿no?

 El semáforo pinta luz verde, avanzo, pero aparco en la siguiente calle.  No voy a negar que he fantaseado el hecho de estar con ella, de poder besarla, sentir su piel contra la mía, sus muslos contra los míos, escuchar sus labios pronunciar mi nombre. Pero _____ provocaba sentimientos difusos en mi, por una parte estaba el hecho de querer pasar más allá con ella de una sesión de besos y por otra, la que era consciente de lo divina que era ella, casi irreal, quería conservarla así, intacta, perfectamente adorable, inocente.

 - ______, yo no estoy contigo solo por sexo, para mi eres más valiosa que eso – ella me sonríe – y con ello no quiero decir tampoco que no deseo tener sexo contigo – sus mejillas se encienden intensamente y me provoca reír - solo que cuando eso pase, quiero que sea especial, porque tú lo eres, mereces más que unos minutos en el sillón de tu casa, lo nuestro merece más que eso.

 Ella me sonríe y me inclino a besarla. Ella acaricia mi mejilla y mi cuello con su mano.

 - Te amo – me susurra y me pregunto si ella sabrá lo inmensamente feliz que me hace cada vez que pronuncia aquella palabras.

 - Yo también te amo – le respondo. Aunque siento que aquellas palabras son cortas para describir todo lo que realmente ella me hace sentir.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora