Capítulo 144.

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- Si no me dices a dónde vamos me voy a quitar esta cosa que aún no se bien como accedí a usar – amenazo y escucho a Ashton reír.

- Es oficial, tú y las sorpresas no son compatibles.

- No es que quiera arruinar tu sorpresa, sólo quiero saber a dónde vamos.

- Sabes, no soy maestro de español, pero por ti haré una excepción. Si te digo a dónde vamos, ya no te sorprenderás  y la palabra “sorpresa” significa que tienes que sorprenderte.  

- ¡Uh! Brillante, pero no dejes la historia, amor – me burlo de él.

- Ya falta menos, mejor sígueme contando de lo de tu papá – me dice pero yo me quedo callada - ¿ya te dormiste? Que rápida…

- No, no es eso… es que…

- ¿Qué…?

- Que estoy muy feliz de estar contigo mientras conduces a no sé dónde, pero me lo paso fatal por no tenerte a mi lado y no poder verte… cosa que no es justa, porque tu si estás viendo.

- De no hacerlo nos hubiésemos estampado al salir del estacionamiento.

- ¡Ashton!

- Está bien, no sé ni porque lo intento… puedes quitarte la venda, solo promete que te sorprenderás.

- ¡Lo prometo! – y no hizo falta más para que me deshiciera de la tonta venda de los ojos. Parpadeé dos veces a pesar de que la tarde ya era dorada.

- ¿Mejor? – me pregunta sonriente.

- Absolutamente – estamos por una ruta de pista, busco algún letrero que me indique dónde estamos pero solo hay señalamientos de velocidad.

- Deja de inducir dónde estamos – me reprende Ashton y me encojo de hombros.

- No lo hago – intento defenderme.

- Ay preciosa, si no te conociera – dice y ríe – venga, ahora si cuéntame contra que compito.

- ¿Cómo?

- Tu papá, me ibas a decir que te dió por cumpleaños.

- Ah, sí, pues tuve varios obsequios de su parte, pero el mejor de todos fue el gatito.

- ¿Un gato?

- Si, un gatito.

- ¿Lo has llamado Queso?

Frunzo el ceño.

- ¿Por qué lo dices?

- Si lo has llamado así, ¿verdad? – dice luciendo sus blancos dientes – vamos preciosa, tu misma dijiste que si tuvieras un gato le llamarías Queso.

- ¿Cómo es que mi papá y tú recuerdan esas cosas?

- Es fácil, para nosotros tú eres nuestro más grande amor.

Le sonrío.

– Te he extrañado tanto, cuando atardeció te juro que pensé que ya no vendrías…

- No podría, tú hiciste de mi cumpleaños el mejor que he tenido en toda la vida, allí descubrí que no iba simplemente poder mantenerte en mi mente mi fascinación por ti, porque no me era suficiente, me encantabas, te necesitaba real. Tuve tanto miedo pero se sintió tan bien despertar contigo en brazos… - me da una mirada llena de ternura que provoca en mi unas ganas enormes de abrazarlo y besarlo, si tan solo no estuviese conduciendo – mi intención es lograr hacer que tu cumpleaños sea lo más especial posible, aunque no creo que logre superar lo que tu hiciste por el mío… y por mi vida entera.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora