- ¡Con cuidado ____! – escucho a mi papá decirme mientras atravieso el estacionamiento como una bala. Voy tarde, por primera vez desde que comencé el semestre llego tarde a clase, y es la única clase en la que no me gusta perder ni un segundo, mi clase de historia.
¿La culpa? vale, mía en parte, de Keyttlin por otra. Ayer después de desayunar al medio día tenía la disposición de hacer mis tareas. Las cuales eran muchas. Avancé rápido con la de Ashton gracias a su ayuda indirecta con las páginas de consulta que me envió. Cuando comenzaba con mi tarea de química la cual consistía en una larguísima lista de ecuaciones y balances Key apareció por mi casa, al parecer Ashton desesperado habló con ella para encontrarme y después de que “aparecí” nadie la llamó para decirle que estaba bien. Hizo volver a sus padres y ni bien llegaba a su casa corrió a la mía.
Mientras narraba lo sucedido el día anterior “con lujo de detalle” tal como le gusta a ella la tarde llegó y el punto es que mis tareas seguían sin hacer. Para las 3:00 am yo ya era una zombi localizando phrasal verbs en mis textos de la clase de inglés.
Mi papá me hizo compañía, más que por consideración a mí lo hizo por su trabajo. Al parecer tenía que crear una presentación “sólida” para la reunión con los inversionistas del proyecto en el que trabaja con Paul. Según tengo entendido su trabajo se intensifica (como si no fuese ya lo suficientemente intenso) en las semanas venideras al doble por lo que Paul estará frecuentando la ciudad.
Ambos despertamos tarde, ambos corrimos por toda la casa para salir volando de ella. Yo tuve que desayunar un sándwich de nutella en el camino mientras terminaba de ponerme las medias blancas y zapatos del uniforme. Mi papá condujo lo más veloz que pudo pero el tráfico matutino no estaba ayudando. Así que ahora él también va retrasado con la corbata sin hacer y los cabellos despeinados
El aire frío de la mañana soleada me hace arder la nariz pero no tengo tiempo para ello mientras corro con la mochila a medios brazos, dos cartulinas para mi exposición de geografía, una bolsa de papel con las hazas en mi antebrazo donde llevo la chaqueta de Ashton y un vaso térmico lleno de café con la esperanza de que este logre mantenerme despierta el resto del día… o hasta el almuerzo.
- ¡Srta. Crowell! deténgase por favor – escucho claramente la voz del prefecto Marcos decirme justo cuando ingreso al edificio.
Oh, no, ahora no.
- Va tarde - me dice, justo lo que necesitaba, alguien que me dijera lo obvio.
- Lo sé – respondo aun agitada por la carrera en el estacionamiento que acabo de hacer.
- Y además no lleva puesto su gafete.
- Lo traigo en la mochila – digo con la esperanza de que no me haga sacarlo.
- Allí no es el lugar establecido en el reglamento. Eso implicaría dos infracciones, bien lo sabe. – dice y guarda silencio.
Creo que este es el momento en que se supone yo debo suplicar por clemencia. De acuerdo.
- Lo lamento mucho – digo intentado sonar lo más encantadora posible – es la primera vez que esto ocurre conmigo, realmente se me ha hecho tarde en la mañana, pero esto no volverá a ocurrir, prefecto Marcos – creo que ya he puesto mi cara de cachorrito – usted me conoce y sabe que jamás llego tarde….
-… hoy llegó tarde – me interrumpe.
- Solo 12 minutos.
- La tolerancia máxima es de 10 – explica él.
- ¿Entonces ya no puedo entrar a mis clases?
Genial. Tanto esfuerzo en mis jodidas tareas como para que al final no las pueda presentar.
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mi profesor 》irwin.
Hayran KurguUna relación un tanto peligrosa pero excitante a la vez.