Capítulo 114.

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- Lo siento, vuelva mañana, ya no lo puedo dejar entrar. – me dice el señor en el cubículo de la entrada sin despegar la mirada de su libro.

- Usted no lo entiende, tengo que entrar, hay una chica allí dentro y…

El sujeto suelta una risa socarrona. – Joven, es sábado por la noche, creo que podría encontrar chicas en muchos lugares, pero no en el cementerio.

- Sé que ella está allí, usted debió verla entrar como mínimo, podría decirme si la ha visto por aquí cuando menos, llevamos horas sin saber de ella – insisto – es como de esta estatura, de complexión media, su cabello es castaño, largo hasta la espalda, tiene ojos marrones y unas cejas muy bonitas…

El hombre me mira como si yo no hablara en serio.

- Joven, créame, no hay nadie vivo allí dentro, yo solo cubro el horario nocturno, pero siempre hago una ronda cuando recibo mi turno… el cementerio esta vacío.

- Entonces que le cuesta dejar que corroboré, es todo lo que le pido, además, es un cementerio… ¿Por qué son tan inflexibles con el horario? ni que los muertos fueran a escapar – le suelto ya molesto pero él comienza  a reírse.

- ¿y cómo sé que todo este asunto de la chica perdida no es más que una excusa para que lo deje entrar y aproveche en saquear una tumba?

- ¿Tengo cara de saqueador de tumbas? – le digo acercando mi cara a él.

- No, pero es un sujeto extraño… ande, ya no de más problemas y regrese mañana. – Vuelve la vista a su libro y es como si yo no estuviera allí.

- ¡______! – grito - ¡______!, ¡Soy Ashton! ¡Sé que estás allí!

- ¡Hey!, cálmese… - me dice el hombre.

- ¿por qué? voy a despertar a un muerto – le digo y sigo gritando - ¡_____! ¡Sal por favor!

- Le advierto que si no se va voy a llamar a la policía.

- Llámelos, así podrán enterarse de lo intransigentes que son aquí.

- Es un cementerio… - se queja - no hay burocracias aquí – dice ya desesperado – yo solo hago mi trabajo. Por favor, no me lo haga difícil y váyase.

- Está bien – le digo intentando parecer resignado – está bien, usted gana, me iré.

Parece convencido de que lo haré vuelve a su lectura. Solo tengo una oportunidad para hacerlo. El cementerio es enorme, pero si lo recorro en secciones podré verlo completamente, debo ser rápido. Él sujeto no puede ser más veloz que yo, ni siquiera se le ve en condición física. Y ____ que se burlaba de mis horas de ejercicios. ____, sé que está aquí, lo puedo sentir.

En un segundo me monto en el portón de barras metálicas negras… lo subo tan rápido como puedo. Cuando él vigilante depara en mi yo ya estoy en la cima, no tengo tiempo para bajar trepando porque él ya está saliendo de su cubículo con una linterna en mano. Salto y caigo en el pasto que está húmedo por la neblina tan espesa que hubo toda la tarde. Corro, corro tan rápido como puedo.  Lo oigo tras de mí, pero no me detengo, hay farolas iluminando los pasillos por todo el lugar, lo cual es bueno porque me permiten una buena visión.

En el extremo posterior, casi en el fondo, vislumbro a lo lejos un leve movimiento. Paro en seco. ¡Es ella! ¡la encontré! pero parece ida en sí misma. Sentada en el pasto frente a la lápida de mármol. Me pregunto si es consciente de todo el tiempo que ha pasado. ¿Habrá estado aquí todo el día?

Tiran mis brazos hacia atrás sometiéndome inmediatamente.  Había olvidado que estaba en medio de una persecución.

- ¡No intente nada! – me advierte pero casi no tiene aliento lo que hace que su orden suene más como si estuviera hiperventilando.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora