Capítulo XIII: Sentimientos

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Llegamos a las instalaciones de S.H.I.E.L.D., Steve me ayudo a bajar, me encontré con Nat y Clint, nos abrazamos, pero dimos un quejido de dolor, a lo que respondimos con risas. Descansamos un momento, hasta que llegaron el tío Nick y la tía Mariah, estaban preocupados por nosotros, se sentían culpables, el tío Nick dijo que seguía investigando porque los informes cuando fueron corroborados al principio estaban en lo cierto, que es como si alguien de S.H.I.E.L.D. hubiera avisado que iríamos, nos enviaron a casa a descansar, pero antes le di al tío Nick el USB, él solo me sonrió dulcemente y me dijo que teníamos la semana libre. Steve me llevo a mi departamento, me llevo cargando hasta mi habitación y me ayudo a recostarme en mi cama.

- Quédate conmigo – tomé su mano, cuando estaba yéndose a sentar en el sofá.

- Solo estoy yendo a sentarme allá – respondió confundido.

- Me refiero a que acuestes conmigo, quiero sentirte a mi lado.

- Mmm no creo que sea apropiado – se enrojeció levemente.

- Steve, solo quiero que estés cerca de mi – le sonreí amablemente – no te estoy pidiendo tener fondue – reí, sus mejillas se enrojecieron mucho más – lo siento es el nombre que Pepper y papá acordaron darle, pero tranquilo, no te obligaré a hacer nada – él asintió con temor, ok entiendo, pero me siento como una acosadora de cierta forma – ¡Dios! Steve me haces sentir como una depravada.

- Lo ... – interrumpí.

- No digas nada Steve, iré a cambiarme, necesito ponerme algo más cómodo, ordenaremos comida – entre a mi walk-in closet y observé mis pijamas por un momento, pensando cual era la más conservadora, pero no, ninguna, todas eran mini vestidos de seda, me gusta dormir cómoda, aparte tengo calefacción, así que escogí uno de color rose nude, tome una de las batas del mismo color para intentar cubrirme, aunque sea un poco, no quería incomodar a Steve, bien trataría de estar tranquila, pero tenerlo en mi cama es demasiada tentación para mí - ¿qué te gustaría comer? – salí tranquilamente, Steve se encontraba viendo las fotos que estaban sobre mi estante.

-        No digas nada Steve, iré a cambiarme, necesito ponerme algo más cómodo, ordenaremos comida – entre a mi walk-in closet y observé mis pijamas por un momento, pensando cual era la más conservadora, pero no, ninguna, todas eran mini vestidos...

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- ¿Esa es la primera vez que conociste a Tony? – dijo aun viendo la foto del día de la feria de ciencias.

- Así es – volteo a verme, sentí por primera vez su mirada recorrer mi cuerpo, no me incomodo, quería que me siguiera viendo.

- Perdón – dijo avergonzado.

- Relajase, Capitán – me acerqué a él y puse mis brazos alrededor de su cuello – que todo esto será suyo cuando usted lo quiera – tragó saliva, me empiné para darle un beso en su nariz - ¿te gusta la comida china? – dije sentándome en mi cama.

- Si me gusta – dijo mientras se quitaba su casaca azul, dejándolo en esas camisetas blancas que me vuelven loca, se sentó a mi lado, llamamos al servicio de delivery.

- ¿Qué te parece si mientras esperamos la comida vemos una película? – dije para salir de aquel silencio.

- Si, claro – encendí la TV, entré a la app de Netflix y escogí Forrest Gump.

- Es de mis favoritas – le mencioné, él estaba encantando con la película y el personaje interpretado por Tom Hanks, coloqué en pausa la película para ir a abrirle la puerta a la persona del delivery.

- Espera – dijo Steve deteniéndome colocando su mano casi en mi cintura – no quiero que nadie más te vea así – me susurro en el oído, eso me encendió, pero debo respetar las decisiones de Steve de no fondue por ahora, recibió el pedido, almorzamos, terminamos de comer y ver la película, Steve estuvo contándome un poco sobre todo lo que le ocurrió antes de recibir el suero del super soldado, de cuantas veces había sido y rechazado por chicas y el ejército

- Con o sin músculos, yo hubiera volteado a verte.

- ¿Alguien tan hermosa como tú viendo al pequeño Steve? Bucky hubiera estado celoso – rio con nostalgia.

- Claro que si – lo miré fijamente – mi mamá siempre hablaba sobre que los ojos son el reflejo del alma y en tu mirada veo tanta sinceridad, tanto amor y compromiso.

- Yo también veo mucha sinceridad, fortaleza, valentía y amor – acarició mi rostro, nos empezamos a besar, él estaba recostado en mi cama, yo me pegue más hacia él, con cautela acaricié su pecho, ya que no quería incomodarlo, él acariciaba con delicadeza mi espalda, tener tan cerca a Steve hacía que me descontrolara, por lo que puse mayor intensidad en mis besos y caricias, mi bata se resbaló hasta la mitad de mi cuerpo, sentí como mi piel se erizaba por el efecto de las caricias de Steve, se sentían tan cálidas – ___, trató de ser un caballero contigo, pero si sigues así, siento que no podré tener control sobre mí mismo – dijo mientras se separó suavemente de mí.

- Perdón, Steve es que eso me pasa contigo, te tengo cerca y pierdo el control – susurré aun con nuestros labios cerca – no quiero que pienses – me interrumpió.

- No, ____ – suspiró – ya sé a lo que te refieres, antes de que pase algo entre nosotros, primero quiero cortejarte, llenarte de detalles, quiero hacerte sentir especial – me dio un suave beso – quiero que sientas que no estoy contigo por algo carnal, sino más profundo – vi a Steve por unos segundos y pensé en las personas con las que estuve, como dijo solo era algo carnal, algo superficial pero con él, era diferente, mi cuerpo y mi corazón se sentían diferentes cuando estaba con él, es que él es especial, diferente, no sé si llamarle destino, pero cuando conoces a la persona indicada es así, y de verdad, deseo tanto que sea Steve.

- Gracias, Steve – dije sonriendo.

- ¿Por qué? – preguntó viéndome fijamente.

- Por ser diferente, por ser tan lindo conmigo.

- Como no serlo con una chica tan especial como tú.

- Debí esperar al indicado – dije admirando su bello rostro, pero a la vez algo avergonzada porque para Steve sería su primera vez, para mi no.

- Eso no me importa – acaricio mi rostro, nuevamente – en ese momento, solo importaremos tú y yo, nadie más, no me importa tu pasado, no creo que una mujer sea más especial por ser virgen o no, sino por el tamaño de su corazón, y tú, en tan poco me has demostrado que es demasiado grande, y sé que aún hay más por demostrar – me sonrió, simplemente lo volví a besar – veamos otra película – dijo sin dejar de verme mientras acariciaba mi rostro. 

- Es hora de que veas Sintonía de Amor – le sonreí, estuvimos maratoneando varias películas hasta que un momento me quede dormida recostada junto a él.

ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora