ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO

Capítulo XLVII: Hasta luego

- No, Nat, Sam, Wanda, Bucky y yo seguimos con la calidad de fugitivos, Bucky está en Wakanda tratando de limpiar su mente – lo comprendía totalmente – Nat, Sam, Wanda y yo vivimos por todo el mundo, debemos cambiar de residencia constantemente para no ser encontrados por Ross, después de que se enteró de lo que paso contigo y que nosotros fuimos a ayudarte, está empecinado en capturarnos, creo que lo que le molesto más fue que Tony no nos capturo – rio – no hablamos sobre eso, lo importante es que ahora estoy aquí contigo, quiero aprovechar estos tres días que puedo estar a tu lado – me voltee a verlo – sé que prometí no dejarte, pero, por el momento, el estilo de vida que llevo no es el adecuado para ti, ____ – me beso – te prometo que estaremos juntos, solo dame tiempo para que pueda buscar algún lugar estable para los dos.

- Está bien, Steve, además, digamos que aún debo tener control sobre mí, no me gustaría arriesgarte otra vez – dije acariciando su cabello – aún no me perdono por lo que te hice, tú estabas muerto por mi culpa.

- Hubiera muerto por ti, ___, daría mi vida mil veces por ti, si tuviera que volver a hacerlo en estos momentos, lo haría sin dudar.

- No digas esas cosas, yo no podría vivir en un universo sin Steve Rogers.

- Yo tampoco podría vivir sin ti – me beso, lo tomé del cuello para aferrarme más a él.

- Por cierto, me encanta tu nuevo look – dije cuando nos separamos – esa barba – me mordí el labio inferior – me enciende.

- Tu nuevo look, también me fascina – me beso – me vuelve loco.

- ¿Entonces qué esperamos para entrar? – me cargo sin dejar de besarme, entramos a la cabaña, me bajo, con mis poderes avive más la chimenea, le hice una seña para que se acercara, lo hizo y comenzó a devorarme la boca a besos. Lentamente fuimos despojándonos de nuestra ropa, quedándonos solamente en nuestras prendas íntimas, observé que seguía llevando puesto el collar del escudo que le regalé, sonreí y lo acaricié – ¿aún lo tienes?

- Te dije que jamás lo soltaría – me besó – pero ¿Cómo es posible seas tan hermosa? – dijo mientras me tomaba de la cintura.

- Lo mismo digo, cada vez que te veo – empezó a besar a mi cuello, tiré mi cabeza hacía atrás para que tuviera mayor alcance, yo acariciaba su espalda y besaba su pecho, sentí como desabrocho mi brasier y lo lanzo hacia algún lado, sus besos bajaron hasta llegar a mis caderas, con delicadeza me ayudo a quitarme la última prenda que traía, empezó a besarme mi zona V, gemí fuerte – Steve – dije en señal de que me encantaba lo que me estaba haciendo.

- Eres demasiado deliciosa – dijo relamiéndose los labios, la tomé del cabello para guiarlo a la cama, antes de echarnos, él se quitó su última prenda, yo lo tiré a la cama y me puse encima de él, entró en mí, me tomó de las caderas para que se pudiera recostar en el espaldar de la cama, enrollé mis piernas a él, empezamos a movernos mientras nos besábamos, bajo sus besos hasta mi pecho, metió uno de ellos a su boca, yo lo acaricia desesperadamente, la habitación se llenaba de mis gemidos y sus gruñidos, no sé cuánto tiempo estuvimos juntos así, de lo que estaba segura era que ninguno de los dos quería que acabara, hasta que por fin llegamos juntos al clímax.

- Vaya Capitán, usted si que me ha dejado demasiado cansada – dije mientras estábamos abrazados.

- Te necesitaba demasiado, creo que quiero más de ti, sí, en definitiva, quiero más – dijo mientras fingía ponerse encima mío, yo solo reí – de verdad siento no haber estado contigo cuando paso lo de nuestro hijo – dijo acariciando mi vientre.