La calidez y la dulzura de sus besos me hacían sentir maravillosa, mi lugar favorito era entre sus brazos, él era mío y yo suya.
En estos momentos, solo importaba él, quería cuidarlo de mi misma, de la devastación que estaba causando, pero no podía...
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(Una pequeña referencia sobre el aspecto de Dr. Doom y quien esta bajo el traje, el actor se llama Jonathan Rhys-Meyers, actuó como Enrique VIII en la serie The Tudors, muy buena, la recomiendo)
Fuimos a pequeñas ciudades de los países cercanos, quemaba todo a mi paso, algunas personas morían por mi causa, sobre todo si no se arrodillaban ante Doom y yo, él decía que la gente que no nos presentara su rendición no servía para el mundo que planeamos crear, no me importaba hasta un cierto punto, pero muy dentro de mi sabía que todo esto estaba mal, no sabía cómo detenerme; sin embargo, me sentía poderosa, imparable e indestructible, quería buscar mi propia felicidad dentro de ese caos, como Doom dijo podía reconstruir el mundo a mi modo, quería mi felicidad, ser feliz por siempre y no por momentos.
Estaba en el balcón de mi habitación en el castillo, admirando el caos que había ocasionado alrededor, aldeas en llamas, otras cubiertas en cenizas, sentí una presencia detrás de mí, era Loki, mi mente lo sabía.
- ¿Qué haces aquí, Loki? – pregunté aún de espaldas.
- ¿Cómo lo supiste? Si no has volteado a verme – preguntó y voltee.
- Porque soy el Fénix – respondí con mis ojos en llamas.
- No, tú eres ___ Stark, la persona que suavizo mi corazón con la nobleza de su alma, que se conservó pura a pesar de toda la oscuridad en la que estuvo.
- Que ridículo – reí.
- ¿Qué hicieron contigo? No debí dejarte.
- Ni siquiera estás aquí – lancé fuego hacia él, lo atravesó como un fantasma – te lo dije.
- Debo solucionar todo en Asgard y volver por ti.
- No te necesito, ni a ti, ni a nadie, yo crearé un mundo mejor y quemaré lo que no sirve – sonreí.
- ¿estás segura? Tú no eres así.
- Claro que sí, soy el Fénix.
- No dejes que te controle.
- No sé de qué estás hablando, todo está bajo control, bajo mi control como siempre debió ser.
- Sabía que el Capitán no podía darte todo ese amor que necesitabas – mi sonrisa se desvaneció, hace tiempo que no me lo mencionaban en voz alta.
- Cállate – grité, sentí que mis ojos se humedecían.
- Lo sabía – sonrió.
- No vuelvas a mencionarlo – dije llenando mis brazos de fuego – o iré hasta Asgard personalmente para hacerte tragar tus palabras.
- Esto solo me demuestras que extrañas a tu Capitán ¿Qué dirá cuando vea lo traviesa que has sido? Te importa lo que él piense de ti ¿volverá a decir que eres peligrosa y que te alejes de él? – las lágrimas recorrían mis mejillas.
