Capítulo XVII: Éxtasis

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¡¡¡CONTENIDO ADULTO Y EXPLÍCITO!!!

Me acerqué despacio hasta Steve, pegué con delicadeza mi cuerpo al de él y me empezó a besar, sus besos bajaron con cautela a mi cuello, con dos dedos Steve subió desde mi cintura hasta el nudo de la parte superior de mi bikini, sentí como se me erizaba la piel, sin dejar de verme a los ojos desató el nudo, para después desatar el de mi cuello, automáticamente el top cayó al suelo, Steve bajo su mirada hacia mis pechos, me pegó hacia él y me besó nuevamente, mi piel se erizaba más al sentir su pecho contra mi pecho, empujé a Steve contra la cama, estaba encima de él besando su cuello fui bajando hasta su pecho, después hasta su abdomen, con delicadeza baje el short de Steve, abrí los ojos al ver su miembro, tenía un buen tamaño, él rio suavemente ante mi reacción, tomo mi rostro y guio nuevamente hasta su boca, me senté a la altura de su pelvis, mientras me besaba empezó a desatar los nudos de la parte inferior de mi bikini y la lanzó por algún lado de la habitación. Tomo su miembro y con delicadeza lo metió dentro de mí provocando que gimiera alto y arqueara mi cuerpo, empecé a moverme suavemente, tenía una mano en una de mis caderas y con la otra acariciaba mis pechos, mi abdomen y mi rostro, subí el ritmo y él empezó a embestirme siguiendo mi ritmo, el cuarto se llenó de mis gemidos y los gruñidos de Steve. Él empezó a guiarme con sus manos que quería aumentar el ritmo, empecé a mover mis caderas más rápido.

- ¡Steve! – gemí fuertemente su nombre, él presiono ligeramente mi trasero pegándome más hacia él, seguí moviéndome más rápido, hasta sentí que ambos llegamos al orgasmo al mismo tiempo, sentí como el fluido de Steve recorría mi entrepierna. Se sentó aun con su miembro dentro mío y me volvió a besar, lo tome de los cabellos y empecé a moverme otra vez, no tenía suficiente de Steve quería más, él besaba mi cuello con mucha pasión haciendo que arqueara mi cuerpo, de un momento a otro, él se colocó encima mío, sin dejar de embestirme – Steve – volví a gemir.

- Me encanta que digas mi nombre así – dijo Steve, sorpresivamente tomo uno de mis pechos y se lo metió a la boca, gemí más fuerte, sentí como mis paredes vaginales apretaban el miembro de Steve, me sentía demasiado caliente abajo, él gruñía más fuerte y se movía más fuerte, agradecía que estuviéramos alejados de todos, cada gemido era más fuerte que el otro hasta que Steve paró – creo que te estoy lastimando – reí.

- Claro que no, me encanta todo lo que me estás haciendo, me encanta duro – susurré en su oído para darle un pequeño mordisco y encender al león otra vez, hasta que llegué primero al orgasmo, mi vagina apretaba el miembro de Steve debido a la satisfacción.

- Estas muy apretada – dijo para dar unos movimientos más y venirse dentro mío otra vez, sentí como el miembro de Steve palpitaba dentro de mi mientras me llenaba, se echó a mi lado y lo abracé.

- Usted coge demasiado bien, capitán – él rio.

- Me alegra haberte complacido, ____ – me dio un suave beso.

- Claro que sí, Steve – estuvimos acostados un momento, hasta que me quede dormida.

Al despertar el segundo día, no salimos en toda la mañana de la habitación hasta la hora del almuerzo, en la tarde entramos a nadar en el mar un momento, después observamos la luna en la cubierta echados en la misma hamaca.

- Te amo, ___ – soltó de repente Steve, lo miré.

- Yo también, te amo Steve – tome su rostro para besarlo, con delicadeza me cargo y me llevo a la habitación y volver hacerme sentir que solo era suya y él mío, esta vez la forma en la que lo hicimos fue más dulce, pude sentir el amor de Steve en cada beso, caricia hasta embestida, así como él pudo sentir que lo amaba. Cada vez que estaba con Steve me sentía maravillosa, como si estuviera en el cielo, estaba segura de que él era el indicado, que solo quería estar con él.

A la mañana siguiente Steve fue a la cabina porque debíamos tomar el avión por la tarde, así que teníamos que regresar a la realidad, mientras él estaba ahí, yo decidí arreglar las maletas, estaba levantando la ropa del piso, decidí abrir los cajones de las mesitas de noche para saber si Steve o yo no nos olvidábamos algo importante, cuando abrí el cajón del lado de Steve pude notar que aún no había guardado lo que tenía ahí, vi una pequeña brújula antigua, me dio curiosidad y la abrí, dentro de ella estaba la foto de Peggy cuando estaba joven, sentí como mi corazón se estrujo ya que no sabía si es que yo podría ser tan importante en la vida de Steve como lo es Peggy, entiendo que no es fácil para él, que ella siempre será alguien quien marcó su vida pero siento miedo de no tener el mismo impacto en su vida, que la que él está produciendo en la mía. Decidí dejar las cosas como estaban y seguir arreglando lo mío.

- Pronto llegaremos a tierra – entró Steve, asentí con la cabeza mientras seguía ordenando mis cosas – ¿ocurre algo? – él sabía que no era normal que este en silencio.

- No – traté de sonreír lo más sincera que pude – te dejo acomodar tus cosas, acomodé algunas, iré a llamar a papá para que haga las coordinaciones con el piloto – le di un suave beso en la mejilla y salí de la habitación.

De camino a New York, mientras estaba recostada en el pecho de Steve, pensaba en lo ocurrido, traté de dejar aquello de lado y solo concentrarme en mi presente con Steve, que lo venga en el futuro sea lo que tiene venir, quería aprovechar cada segundo el que estuviese con Steve y si él o por cosas del destino decidiese no estar conmigo, pues que fuese así, yo solo quería la felicidad de él y si él no la encuentra en mí, me alegra haber podido estar en la suya, pero igual necesitaba el consejo de una amiga.

- Ya sabes Nat, ninguna palabra de lo que te conté – dije mientras revisábamos algunos archivos.

- ¿De qué descorchaste a Steve o lo de la foto? – reí.

- Ambas, Nat.

- Ok ___, pero quiero que estés tranquila ¿ok? – puso su mano en mi hombro – estoy segura de que es cierto lo que te dijo de que te ama, he visto la forma en la que te mira, en cómo es cuando está contigo y cuando no.

- Como te dije solo quiero disfrutar mi presente con él, sé que estoy siendo un poco dramática pero así soy, es que tengo miedo – solo me abrazo.

Como dije, me dediqué a disfrutar mi tiempo con Steve, salíamos todo lo que podíamos, él se quedaba a dormir en mi departamento a veces, otras veces yo iba al suyo, y cada vez que lo hacía no perdíamos la oportunidad de estar juntos.

Teníamos que cambiar nuestro domicilio a Washington ya que S.H.I.E.L.D., había trasladado sus oficinas a un espacio más moderno, hasta la enfermera "casualmente" vivía en el mismo edificio de Steve, había sido asignada a un hospital en Washington, también. Había ido a dejar un reporte al departamento de Steve para la misión de mañana que se nos había asignado, toque la puerta, no tuve respuesta, así que supuse que estaría en el gimnasio de su edificio, efectivamente estaba golpeando bolsas de box, supongo que no podía dormir.

ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora