Capítulo XLI: Adictivo

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Steve y Bucky regresaron, Bucky solo me sonrió y se sentó a mi lado, Steve me veía no sé cómo describirlo como con cara de cachorro abandonado, él tomó su sándwich y empezó a comerlo.

- Bien tenemos 36 horas para armar un equipo e ir a Rusia, busquemos algún lugar donde podamos pasar la noche ¿alguna sugerencia? – dijo Steve, levanté mi mano como si estuviéramos en la escuela, Sam sonrió.

- Bueno una vez tuve una misión con Nat aquí en Berlín, conocimos un lugar donde te alquilan departamentos sin hacer preguntas, no es muy caro, están amoblados y podré darme una ducha con agua caliente, yo traigo algo de efectivo.

- ¿Dónde lo guardaste? – preguntó Sam riendo.

- Eso no importa – le sonreí – ¿iremos o no?

- Entonces qué esperamos, yo también quiero agua caliente – dijo Sam, salimos con mucha cautela y caminamos hasta donde les indiqué – entraré primero si me lo permiten.

- Adelante – le dije.

- Debo hacer unas llamadas – dijo Steve.

- ¿Cómo va tu cabeza? No querrás ahorcarme otra vez ¿cierto? – le dije cuando nos quedamos solos en la sala.

- Claro que no – me sonrió – de verdad, me siento apenado por todo, tanta gente murió.

- Te entiendo Bucky, también me he ensuciado las manos y sé lo que es no poder controlarte, esto – hice que mi mano se llenara de fuego – me ha controlado, tengo miedo de que vuelva a suceder, que mis poderes hagan lo que quieran conmigo, creo que por eso quieren que firme ese tratado, los del Estado solo quieren encerrarme y controlarme, pero después de Strocker decidí que solo me obedecería a mí misma en lo que creo yo, firmando ese tratado no podré, lo único que me apena es que el equipo se está separando, somos una familia ¿entiendes?

- Si, te entiendo, mi única familia es Steve y por eso muy a mi pesar, no quiero arruinar nuestra amistad – me tomó de las manos – haberte conocido es lo mejor que me pudo pasar, cuando tenía pesadillas por todo el horror ocasionado por H.Y.D.R.A., lo me calmaba era recordar esa risa adorable que tienes, pensar en aquella noche en Bruselas y Sokovia, pero si intento algo contigo, no me gustaría lastimar a Steve, creo que llegué muy tarde a tu vida.

- Bucky, no sé qué decir.

- Es mejor así, ___ – acarició el moretón de mi cuello – me alegra que no pienses que soy un monstro peligroso.

- Es que también han pensado de mi – sonreí con cierta tristeza al recordar las palabras de Steve – somos dos alterados mentalmente ¿Quién mejor que nosotros mismos para comprendernos? – reímos.

- Me alegra haberte vuelto a encontrar, ___.

- A mi igual, Buck – nos abrazamos.

- Perdón, ya está desocupada la ducha, Sam ya salió – dijo Steve algo apenado.

- Yo entraré y dormiré en el sófa – dijo Bucky, para después entrar al baño.

- Iré a seguir haciendo unas llamadas, Sam y yo nos acomodaremos en la habitación de la izquierda, así que la otra es toda tuya – dijo Steve para retirarse.

Steve estuvo hablando por teléfono con Clint para convencerlo de que nos ayudé a derrotar a los otros soldados del invierno, dijo que iría por Wanda, además hablo con Sharon para pudiera entregarle su traje, su escudo y el traje de Sam, después de que Bucky salió de la ducha decidió descansar por lo que esperé en mi habitación a que Steve saliera del baño, tocaron mi puerta, era Steve, indicándome que ya podía usar la ducha, me di una ducha relajante, al entrar a mi habitación, me percaté que Steve me estaba esperando, yo solo estaba envuelta en una toalla.

ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora