Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan Autor

HISTORIAS EXTRAS #9: La Navidad de esos tres

Esta pequeña historia se encuentra dentro del segundo arco, es un aventura pequeña sobre la navidad o el evento en si. Después de todo, ¿Cómo se celebraría la navidad en otro mundo?

LA NAVIDAD DE ESOS TRES

— Llegue tarde, lo siento por esperar. El adquirir este árbol tomó más tiempo de lo que esperaba.

Llegue a casa después de una espera larga en una tienda de jardinería.

Tenía un árbol sobre mi espalda sujeto por un par de sogas que rodeaban mi cintura. El árbol era el doble de mi tamaño así que lo ataques y me asegure de traerlo con mucho cuidado.

— ¿Por qué trajiste un árbol?, ¿sabes que puedo crear uno por mi cuenta?

La voz indiferente de Flu apareció desde la sala. La pequeña chica de la tranquilidad se encontraba tirada bajo un sofá.

Dejando el árbol cerca de la chimenea, tome asiento frente a Flu y respondí.

— Es un árbol especial, no lo entenderías.

La chica de la tranquilidad me miró vagamente y su pequeña sonrisa de burla floreció.

— ¿No lo entiendo?. Por favor. Es un abeto, un árbol conífero de hojas perennes en forma diagonal. Es común en las zonas montañosas y su altura puede alcanzar los 20 metros a más. No he visto ninguno que supere los 50 pero estoy segura que pueden alcanzar los 80 metros si los dejas crecer con cuidado, además...

La voz cantarina escupió toda la información de un tajo manteniendo la sonrisa hilarante de siempre.

Esta loli es una maldita chica de la tranquilidad, por supuesto que sabe el nombre de las plantas pero su talento va más allá para una especie tipo planta. Ella puede reconocer a simple vista cualquier cosa verde. ¿Eso no es algo sorprendente aún para su especie?

— Ahora, ¿por qué trajiste un abeto a casa? Hay más árboles por ahí, inclusive puedo darte un abeto de color blanco.

— Hmph, ahora no te lo diré.

Respondí molesto a la loli.

Ella hizo uso de sus habilidades para herir el orgullo de un aventurero.

— Maldita, chica vegetal.

— Oye, ¿Qué te pasa? Acaso te herí al decirte que es fácil para mí obtener un abeto. Piensas que te hubieras ahorrado toda la espera en esa tienda.

Flu se levantó y se sentó a mi lado hostigándome con sus suaves palabras.

— Bien, dime, ¿por qué un abeto?

Ella sostuvo su dedo y lo apego a mi cachete. Era una acción molesta y muy repetitiva que acostumbraba hacer una vez que quería algo. De cierta forma eso creaba un estímulo reconfortante en mí.

— E-está bien te lo diré.

Lo siento. Sigo siendo débil por el sexo opuesto.

Además, porque esta chica huele tan bien, si siempre se la pasa en el huerto lleno de tierra.

Entonces, respondí.

— Es un árbol que utilizamos en mi ciudad natal.

— Hablas del otro mundo, Japón.

Flu puso más atención y dejo caer su cabeza sobre mi regazo.

Distraídamente, sentí que mi corazón latía con más fuerza ante su lindo gesto, y estaba decepcionado de mí mismo.