El sueño de Kazuma es rápidamente interrumpido cuando Aqua conoce a otro invocado y es abandonado. ¿Qué hará, Kazuma? ¿Podrá depender de su suerte? ¿Conocerá a las heroínas de su historia? Adéntrate a este mundo más diferente de lo normal, después d...
Dijo Vanir, mientras la sangre proveniente de mi dedo tocaba el sello de las súcubos.
Estaba en la tienda de Wiz con la solitaria compañía de Vanir. Como había prometido, en estos momentos me estaba volviendo el amo de las mujeres demoníacas llamadas súcubos. Puede que para un oyente común la idea de volverse el dueño de las súcubos sonará muy bien, pero para la persona que está de pie haciendo la acción es una realidad totalmente diferente.
El sello del papel absorbió la sangre y un luminoso color morado salió de allí.
De repente mi mano derecha se llenó del mismo brillo.
— ¿Qué pasa?
Ante mi sorpresa el demonio respondió mi pregunta.
— Es la autenticidad de control que está creándose en el dorso de tu mano. Con eso las súcubos podrán saber que eres su dueño.
— Ya veo.
Lo que quiere decir es que un símbolo se creará en mi mano para que las súcubos me reconozcan como su dueño.
A pesar de lo negativo que era volverme el amo, tener el control de unas bellas mujeres me daba cierta satisfacción.
Poco a poco el brillo morado comenzó a disminuir y un dibujo apareció.
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— ¿Esto es?
El dibujo iba de un corazón con alas que sobresalía ligeramente una cola instintiva de demonio.
— Es el símbolo de las súcubos.
Continuo Vanir.
— Es un símbolo muy conocido entre los humanos. Moi te recomienda que escondas eso al grupo de aventureros femeninas sino serás rechazado cruelmente.
Por la ligera sonrisa que sobresalió entre sus dientes me di la idea de lo malo de esto.
Con leve preocupación le pedí que me vendiera unos guantes.
Parte 2
— Hah....
Me puse los guantes de cuero mientras un ligero suspiro salía de mis labios.
— ¿Qué pasa aventurero novato con pensamientos melancólicos?
Vanir, el demonio que todo lo ve, rápidamente noto mi estado de ánimo junto a la nubosidad en mi cabeza.
— Acaso, ¿te tiene así el volverte dueño de unas mujeres tan bellas que no podrás tocar o será que no ver a la pequeña chica vegetal te sigue afectando?
Ya me había acostumbrado a las palabras de este demonio y asentí con desánimo.
— Ambas.
— Por supuesto. Este duque del infierno que todo lo ve está atento a las emociones negativas de su cliente. Es lo más divertido de este trabajo.
