El deseo de hacer el Bien

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CLEMEA


Estaba totalmente confundida, se supone que hace un momento estábamos dentro del pasillo del Destroyer, pero ahora veía a mí en frente la enorme fortaleza movible.

— ¿Chicas, están bien?

Escuche la voz de Mitusrugi y rápidamente encontré al resto del grupo.

Todos nos acercamos a nuestro líder. Fio, Aqua y yo, teníamos la misma expresión confundida mientras Mitsurugi puso un rostro pensativo.

— Parece que el Destroyer nos botó. ¿Será un mecanismo de defensa?

— Es verdad. Nos botó de la nada.

Fio respondió a Mitsurugi.

Puede que eso haya pasado, el Destroyer nos botó porque se estaba defendiendo, aunque nunca escuche de una máquina que hiciera algo parecido.

— El pitido del Destroyer sigue, así que no se ha resuelto el tema de la explosión.

Nuestra compañera arcipreste señalo ese hecho mientras apuntaba a la máquina de metal.

Es cierto, el Destroyer seguía declarando emergencia en sus altavoces.

— Volvemos a subir, ¿Entonces?

Pregunte.

— Es lo único que podemos hacer.

Mitsurugi respondió algo frustrado. Era molesto pero tendríamos que trepar una vez más la fortaleza movible, todo era por salvar el pueblo.

— Entonces, vamos.

— ¡Esperen un momento!

Aqua exclamo de pronto y comenzó a mirar a sus alrededores.

— Escucho algunos gemidos.

— ¿?

Los tres nos quedamos con signos de interrogación sobre la cabeza ante la declaración de Aqua.

Yo no escuchaba nada, más que el pitido molesto del Destroyer.

— Es verdad... ¡Oh, miren!

Aqua señaló algo detrás de nosotros.

El área árida en el que estábamos me hacía recordar al suelo donde la señorita Luna nos entregó la misión, pero viendo la posición del Destroyer, nos encontrábamos en el otro lado. Por eso el suelo era más estrecho y había paredes hechas por la tierra y la vegetación.

Mire con atención la dirección donde señaló Aqua, me sorprendí ante la imagen.

— Esos son, ¿cuerpos?

No solo era un cuerpo había varias decenas de personas tiradas en el suelo.

Desde aquí no podía distinguir a todos pero había algunos que se movían lentamente.

— ¡Vamos a ayudarlos!

La voz de Aqua nos sacó del shock inicial y empezamos a correr.

Aqua se acercó al primer cuerpo, este era rodeado por un charco de sangre y tenía roto el cuello. No estaba acostumbrada a ver esa escena, así que aparte los ojos, en cambio Aqua no tuvo ningún miedo y se encorvo a observar el cuerpo.

Lanzó un hechizo de curación mientras el cuerpo emitió un breve brillo, el cuerpo no se movió.

— Resurrection.

Esta vez lanzó resurrección, lamentablemente no hubo respuesta.

Si tengo entendido resurrección no es un hechizo imposible, solo un cuento de leyendas. Pero nuestra compañera lo lanzó sin dudar.

Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora