¡Debo brillar como una puta luciérnaga!

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¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?


Veo una bestia muy extraña viniendo hacia nosotros con la mandíbula abierta, preparando unos enormes colmillos listos para tragarnos. 

Debo escapar, igual ellas. 

Espera... ¿ellas?... siento que esas palabras no son correctas. Pienso por un momento. Recuerdo estar solo cuando llegue a este mundo. Cuando reviso mis costados descubro a tres chicas que corren diligentemente en mi dirección. Las observo detenidamente. Hay una arcipreste, un caballero y una maga. Todas son mujeres hermosas. Me encuentro sorprendido cuando una de ellas grita mi nombre.

— ¡Kazuma-san!, ¡Kazuma-san! ¡Haz algo!

La chica que lleva el traje de arcipreste se abalanza a mi brazo, llorando. Hay moco en su rostro. Hace un contraste muy extraño con su notable belleza.

Eso no es todo, otra mas habla.

— Oye Kazuma crees que esa bestia se detenga si dejamos a uno de nosotros atrás. ¡Quiero ser la pieza sacrificable, por favor!

La rubia que lleva vestimenta de caballero esta pidiendo que la sacrifique. Acaso escuche mal.

— Mmm... si avanzamos hasta llegar a la salida puedo hacer explotar el calabozo. Kazuma, ¿estamos en números rojos? ¿Puedo explotar el calabozo sin tener que pagar al gremio?

¿Números rojos? De que habla esta niña. Sus ojos parecen estar brillando de un tono carmesí.

En serio no entiendo lo que sucede. 

¿Quiénes son estas chicas?

Antes de responder la pregunta el escenario cambia. El sentimiento de adormecimiento va desapareciendo. Un dolor comienza a golpear mi cabeza. Duele. Duele mucho.


¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡?


— Ahhhh... Que maldito dolor...  ¿Por qué está todo oscuro? ¿huh?... ¡ah! ¡aahhhh! ¡¡Aléjense, aléjense malditas cosas!!

Grite repentinamente al despertarme y ver sobre mis piernas un grupo de roedores mordiendo mi buzo de gimnasia.

— ¿D-dónde estoy?... ¡oh mi cabeza!

Un repentino dolor me hizo sujetar la parte de atrás de la cabeza.

Sentí un ligero líquido espeso entre mis dedos...

Deslice mis dedos sobre el dolor...

Noté la sangre seca de mis dedos...

Mire el enorme e incipiente cuarto donde me encontraba...

¡¡¡¿COMO DIABLOS TERMINE EN UN CALABOZO?!!!

Todos mis instintos de gamer apuntaron a que me encontraba dentro de un calabozo, el sitio era baldío y silencioso, también la presencia de esos ratones deformes y más que nada la presencia de algo de tamaño humano, pero sin ser definitivamente algo humano, acercándose.

Recuerda, Kazuma Satou, ¿Cómo diablos llegaste a este lugar?


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Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora