Una despedida Unilateral

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Parte 1

— Dime, Eris-sama, ¿por qué me trajiste a este callejón?

— Chris, no Eris.

— Bien, Chris-sama.

— Te dije como debes llamarme, Chris a secas. Sería extraño que me comiences a llamar así delante del resto.

— Entonces, Chris-san.

— Oye, hazlo como siempre o quieres que use mis poderes divinos para maldecirte.

— ¿Puedes hacer eso?, no se supone que eres una diosa amable y bondadosa que su único problema se encuentra en la zona del pecho.

— ¡Qué dijiste!

— Lo siento, Chris. Error mío. Baja esa daga, por favor.

— Más te vale.

La diosa Eris con el cuerpo de Chris, me detuvo antes de ingresar al Gremio y me llevó a un callejón silencioso y vacío.

Si hubiera recibido esta invitación de cualquier otra persona pensaría que estaria tramando algo entre manos, pero Chris era una dulce diosa que se preocupaba bastante por los reencarnados. A comparación de la arcipreste idiota que me envió a este mundo.

— Bien, Chris, ¿para qué me necesitas?

— ¿Traes a Eo contigo?

Fue una pregunta algo extraña, pensé que iba a hablar sobre la posesión de Mitsurugi.

Saque de mi bolsillo a Eo y se la mostré.

— Si, la tengo aquí.

Eo seguía como siempre en su forma de esfera, recargando mana.

Chris observo en silencio la esfera recargada en mi mano. No dijo nada durante los siguientes segundos.

— ...¿Acaso pasa algo malo con Eo?

— ....

Chris de pronto se rascó la mejilla.

Lo hacía siempre cuando tenía que pensar en algo complicado.

Era una acción muy común de ella, pero a la vez generó un sentimiento de incomodidad hacia mi lado.

Su expresión desde el comienzo de nuestra conversación estaba cargada de esa sensación nostálgica. Como si no pudiera decir algunas palabras.

— Chris, ¿Qué paso?

— Es sobre tu reliquia....

Se dio tiempo antes de decir las siguientes palabras:

— Para decirlo sin rodeos, Eo ya no es tu reliquia divina.

¿Qué es lo que dijo?...

— Lo siento, Kazuma. Eo dejo de ser tu arma. Una vez que moriste, el poder que tenías sobre ella se terminó y se convirtió es una reliquia sin dueño...

— ¿...?

Traté de preguntarle, pero todo lo que salió fue un estrangulado sonido de interrogación.

El shock me había cerrado la garganta y no podía hablar.

— Cuando una reliquia pierde a su dueño, la reliquia entra en un largo sueño y no reconoce a nadie más que no sea esa persona. El lazo que junto a ustedes dos, se rompió una vez que tu moriste.

Dijo Chris con una expresión grave.

Estaba aturdido, mirándola fijamente a la cara.

— Un alma que viaja al mundo de los muertos deja todo atrás. Así que una vez que regresaste se te negó tener nuevamente a Eo.... Esta es una regla que los dioses más antiguos impusieron.... Lo siento, Kazuma.

Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora