Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan Autor

¿En Serio Piensan Que Soy Un Buen Aventurero?

Corro bajo la oscuridad del calabozo, no tengo escapatoria, el suelo húmedo choca con mis zapatillas y deja una marca en la oscuridad, mi respiración es irregular igual que las fuerzas de mis pies. Hace tiempo la ilusión de que todo esto era irreal había desaparecido. La cosa de atrás, mi perseguidor, mostró sus dientes filosos como navajas de hierro.

¿Donde estan mis compañeros?

¿Donde esta mi arma?

¿Qué hago aquí?

* ¡Maestro! *

Una extraña voz me llama en la oscuridad.

El monstruo seguía corriendo exclamando sus fauces a su víctima.

Tengo miedo. El ambiente húmedo se sigue extendiendo aunque avance se que no encontraré luz, ¿por qué?

* ¡Maestro! *

La extraña voz se enciende otra vez, pero esta vez es diferente, lo siento cerca como si fuera parte de mi. Noto un leve brillo en la oscuridad de mi brazo derecho. En el dedo del corazón hay un anillo.

- E... Eo.

Cuando digo el nombre de pronto todo desaparece. Vuelvo a mis sentidos, estoy sentado sobre la cama de mi cuarto repleto de sudor frío. Los fragmentos están en mi cabeza, la oscuridad, el miedo, el monstruo y la interminable soledad...

- Mierda.

Mi voz cae como un soplido de alivio y se pierde en el aire.

* Maestro se encuentra bien *

Recuerdo que no estoy solo.

La voz fría de Eo toca mi pecho confundido. Después de unos segundos mi respiración se calma.

Otra vez lo mismo. Sueños como estos son muy recurrentes después de que salí del calabozo. Ahora se volvieron mas fuertes debido a la maldición que tiene esta mansión.

Aunque varias veces me dije a mi mismo que ya lo había superado una parte de mi aun pensaba que seguía en ese lugar, en lo oscuro y profundo de ese calabozo, llorando y maldiciendo a la diosa que me abandonó.

¡Maldita sea!

Odio esta debilidad, odio saber que no puedo separarme de las cosas que pasaron en el fondo de ese lugar.

Miro el anillo plateado insertado en mi dedo, posee un enorme brillo rojizo que lo hace hermoso e invaluable. Con la otra mano palpo el cristal rojizo en el centro. Desde que dejó de ser una bola de cristal y se convirtió en un anillo no me he separado de ella en ningún momento. Parece que sentir esa dureza me calma.

* Estaré contigo hasta el final *

La voz es fría y monótona, no siento ninguna emoción en ella pero se que todo esta bien.

- Lo sé.

Respondo.
Una diáfana luz pasa por las cortinas del cuarto. Así que ya es de día.

****

- Kasuma otra vez los extraños sueños.

Veo a Flu asomando con desgano su cabeza sobre el marco de la puerta.

- Eres un hombre muy débil de mente, enserio quieres ganar dinero como aventurero. ¿Por qué no vamos a lo seguro y esperamos que las semillas germinen?

La chica de la juventud entró sin miedo al cuarto de un hombre y me miró con recelo.

Llevaba su típica ropa de una blusa blanca corta y una minifalda pequeña de volantes.