La batalla por la abstinencia

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En medio del viaje de regreso a casa dos personajes de diferentes equipos se acercaron para hablar sobre cierto tema.

— Así que de eso se trata. El contrato revela la información del amo.

— Si. Si te hubieras lanzado a tu estúpida lujuria estarías siendo perseguido por los hombres de Alderp. Agradece por cuidar tu trasero.

— Epa, acaso una oferta como esa no es así de tentadora. ¿Qué harías en mi lugar?

— Ir al mismo lugar a donde fui.

— No seas aburrido, Kazuma. Gozar de esos preciosos servicios es parte de ser un aventurero.

— No lo niego.

— ¡Cómo no! Descubrir ese callejón fue la mejor cosa que me pasó desde que llegué a este pueblo. No veo la hora de volvernos dueños de las lindas súcubos.

— Baja la voz. Recuerda donde estamos.

— Lo sé, lo sé.

— A todo esto, hay algo que no te he dicho.... no sé si decirlo.

— ¿De qué se trata?

— Es una cláusula. No repercute en el control de las súcubos directamente, pero es muy importante para el que será el amo. Si quieres saber, tendrás que darme algo por la información.

— ¿Eh? ¿De pronto dices eso? ¿Qué quieres?

— Te han dado una recompensa por el general, ¿no es cierto?

— ¿Cuánto pides?

— 1 millón de eris.

— ¡Epa!, eso es demasiado.

— La información lo vale.

— Dijiste que no repercute en el control de las súcubos.

— No directamente.

— No entiendo...

— Realmente sería fácil para mí entregarte el sello y dejar que ese "atributo" se vaya contigo, pero aquí estoy para ofrecerte un trato.

— Um... no lo entiendo del todo, pero debe ser algo importante.

— ¿Entonces?

— 100 mil eris.

— No me jodas, vale mucho más que eso, que sea 800.

— Pides mucho. 200.

— La información lo vale, ya te dije. 650.

— Gaste mucho en invitar los tragos. Todo el mundo comenzó a joder con eso. Te doy 350.

— No te hagas el vivo conmigo. La recompensa fue de 10 millones. Tienes mucho dinero para fanfarronear. 600.

— Estoy juntando para mi retiro. Me arriesgo al ofrecerte esa cantidad por una simple información. Voy 400.

— ¿Tu, retirarte? No bromees. ¿Qué es eso de arriesgarte? No creo en nada de lo que dices. Dame 550.

— Epa, no sé de qué va la información y me quieres cobrar ese precio. Te puedo dar 500, es mi oferta final. Si la información no vale la pena me devolverás el dinero.

— Es un trato.

— Bien. Entonces, ¿Qué es?

— ¿Estás preparado?

— Nací listo.

— OK. Ahí te va. El que obtiene el poder de las súcubos, no podrá enamorarse de una de ellas o sino perderá el control.

Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora